La vida instrucciones de uso está considerada como la obra cumbre del escritor francés George Perec.
Perec fue un escritor de extraordinaria originalidad, muy interesado en el mundo de los juegos, fueran estos literarios, de palabras o entretenimientos, como los rompecabezas y puzzles.
En La vida, instrucciones de uso describe la historia de un edificio como si hubieran caído sus fachadas y pudiéramos ver lo que hay dentro desde la calle.
Para estructurar la novela, Perec recurrió al tour del caballo, solo que en un tablero de 10x10. Cada capítulo de la novela transcurrirá en una habitación del edificio siguiendo el orden del movimiento de un caballo que las recorriera todas de una en una sin pasar dos veces por la misma habitación. Noventa y nueve movimientos, noventa y nueva habitaciones, noventa y nueve capítulos.
En el diagrama puede verse el orden de la trama.
Aparte de esto, hay algo más de ajedrez en la novela. A continuación les presento...
EL AJEDREZ, INSTRUCCIONES DE USO.
En el edificio situado en el número 11
de la calle Simon-Cubrellier, en París, como en cualquier edificio de cualquier
parte de nuestro mundo occidental hay algunos vecinos, pocos, que son
aficionados al ajedrez y otros, en mayor número, que conocen el juego o, por lo
menos, disponen de los instrumentos necesarios para jugarlo.
Por ejemplo, la vecina del bajo derecha,
la señora Clara Marcia, de profesión anticuaria, tiene en la trastienda de su
almacén, situado en el mismo inmueble pero en el bajo izquierda, entre una
inmensa variedad de cosas de toda procedencia, época y condición, tableros de
ajedrez. (Salto 24)
En el 5º derecha vivió Paul Hébert.
Hébert fue detenido en octubre de 1943 por las tropas de ocupación nazis que
andaban buscando a los responsables de un atentado que había costado la vida de
tres oficiales alemanes. Aunque pronto se demostró que el detenido no tenía
nada que ver con el atentado, su actitud levantó sospechas en sus
interrogadores, que pidieron que se registrase su domicilio. En un trastero
contiguo a su vivienda aparecieron unos documentos que parecían aludir a otro
atentado cometido unos meses antes, en junio de 1943. Aunque no pudo probarse
fehacientemente que Hébert estuviera al tanto de estos planes, fue suficiente para que diera con sus huesos
en Buchenwald. El atentado había costado la vida al general Pferdleichter,
responsable de las fortificaciones costeras de Jutlandia y otras obras de gran
importancia estratégica para Alemania. Pero lo que aquí nos importa es que
Pferdleichter murió mientras jugaba una partida de ajedrez con uno de sus
ayudantes, un ingeniero japonés apellidado Uchida. (Salto 43)
La señora Flora Albin, que ocupa una de
las buhardillas del inmueble, guarda como recuerdo de su estancia en Damasco,
cuando los negocios emprendidos junto a su marido marchaban viento en popa,
envuelto en viejos números del France-Dimanche, un tablero de ajedrez de madera
de palisandro con incrustaciones de nácar. En ocasiones especiales lo
desenvuelve para que pueda admirarlo alguno de sus vecinos. (Salto 48)
Más triste es la historia de Gaspard
Winckler, el artesano que ocupó el sexto derecha hasta su muerte. Gran parte
del invierno de 1943/1944 lo pasó acariciando un pequeño unicornio de jade,
perteneciente a un precioso juego de ajedrez, que había pertenecido a su
esposa, Marguerite, fallecida al dar a luz en Noviembre de 1943. (Salto 53)
Peor trato reciben unas piezas de
ajedrez de fantasía, hechas de plástico, que imitan de una manera tosca los
marfiles chinos (el caballo es una especie de dragón y el rey un Buda sentado)
que tienen abandonadas en su sótano la familia Rorschash, Rémi y Olivia, los
vecinos del 4º izquierda. (Salto 67)
Como hecho curioso señalemos que algún
visitante del inmueble, aunque pudo ser también un inquilino, perdió en las
escaleras del edificio un tablero de ajedrez de viaje de cuero sintético con
piezas magnéticas. (Salto 68)
En el despacho de Cyril Altamont, sito
en la segunda planta, hay un tablero de ajedrez con la posición aparecida en el
tablero después de la decimoctava jugada de la celebérrima partida jugada entre
Anderssen y Dufresne en Berlín en 1852. (Salto 69)
Para el lector curioso ofrecemos el antes y el después de esta posición.
Percival Bartlebooth, el excéntrico
inglés que vivió en el 3º izquierda y que, como es bien sabido, dedicó gran
parte de su vida a la reconstrucción de puzzles, afrontaba esta tarea como un
jugador de ajedrez que elaborara una estrategia ineluctable e imparable. (Salto 70)
Por fin, en sus célebres soirès
celebradas en el estudio que hizo construir en las dos últimas plantas del
edificio, el pintor Franz Hutting, pintó en una ocasión un cuadro al alimón con
uno de sus amigos relevándose cada tres minutos delante del lienzo, como si
disputaran una partida de ajedrez. (Salto 97)
Queda para un investigador más sagaz el
determinar si alguno de los múltiples aficionados al arte que habitaron el
número 11 de la calle Simon-Cubrillier, como el historiador Leon Marcia, marido
de Clara, o los dos pintores que habitaron el inmueble, el ya mencionado
Hutting y Serge Valène, que ocupó un cuarto en el 7º piso, poseyó un cuadro
titulado: “Los jugadores de ajedrez” que posteriormente fue adquirido por el
coleccionista norteamericano de origen alemán Hermann Raffke. Como se demostró
en el catalogo de la subasta realizada del 12 al 15 de mayo de 1924 en
Filadelfia, la primera atribución de este cuadro a Karel van Mander es errónea
ya que Mander murió en 1606 y la posición de los trebejos que aparece en el
cuadro corresponde a una partida disputada en 1625 por Giochino Greco. El autor
de esta refutación fue Lester K. Nowak y la publicó por vez primera en “Art and
Reflection” Bulletin of the Ohio School of Arts, sin fecha. Esta obra es un
extenso estudio sobre el cuadro de Heinrich Kürz “El gabinete de un aficionado”
en el que Raffke se hizo retratar con su colección de pintura.
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Hemos decidido incluir El gabinete de un aficionado, que después de todo es una capítulo desgajado de La vida, instrucciones de uso publicado como una obra independiente, por razones de afinidad ajedrecística.
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Hemos decidido incluir El gabinete de un aficionado, que después de todo es una capítulo desgajado de La vida, instrucciones de uso publicado como una obra independiente, por razones de afinidad ajedrecística.
FICHA TÉCNICA
GEORGE PEREC
LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO
ANAGRAMA. BARCELONA, 1988
TRADUCCIÓN DE JOSEP ESCUER
GEORGE PEREC
EL GABINETE DE UN AFICIONADO. HISTORIA DE UN CUADRO
ANAGRAMA. BARCELONA, 1989
TRADUCCIÓN DE MENENE GRAS BALAGUER
GEORGE PEREC
EL GABINETE DE UN AFICIONADO. HISTORIA DE UN CUADRO
ANAGRAMA. BARCELONA, 1989
TRADUCCIÓN DE MENENE GRAS BALAGUER
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