Ilustraciones de Mateo Amade para el artículo de Jorge Benítez ¿Por qué su hijo debe jugar al ajedrez?, publicado el 9 de febrero de 2007 en Zen, suplemento semanal del diario El Mundo.
viernes, 29 de septiembre de 2017
miércoles, 27 de septiembre de 2017
KANAREK vs CARROLL
Su papel en Baby Doll (Elia Kazan; Warner Bros, 1956) supuso el salto a la fama definitivo para la actriz Carroll Baker. La película, inspirada en una obra de teatro de Tennessee Williams, que ya había levantado cierto revuelo desde la presentación del tráiler, recibió el espaldarazo definitivo de la Liga Nacional de la Decencia, por sus denodados esfuerzos por prohibir el filme. A partir de ahí, el interés por este drama negro, ambientado en el delta del Mississippi, que centra gran parte de su estructura en la tensión sexual existente entre el trío protagonista, fue imparable.
Recordemos que Carroll Baker interpreta en Baby Doll a una joven de 19 años de aspecto y comportamiento muy infantiles que se ha casado por conveniencia de su familia con un empresario de la industria del algodón que ha jurado no hacer uso del débito conyugal hasta que la interfecta no cumpla los veinte años. En esas estamos, esperando, cuando otro industrial del algodón, enemigo del marido, irrumpe en escena. Pronto se siente atraído por Baby Doll y la tensión crece... La película ha legado al imaginario erótico del siglo XX la visión de una Carroll Baker acostada en su cunita mientras se chupa inocentemente el pulgar.
La inminencia del estreno suscitó el interés del público por sus protagonistas y la revista Life publicó, en junio de 1956, un artículo sobre la cinta que incluía un reportaje que se quería mostrar, ilustrado por fotografías de Peter Stackpole, cómo era la vida de Carroll Baker fuera de los sets de rodaje. En él podemos ver a Carroll desayunando con su marido en su apartamento, estudiando sus guiones en el metro, visitando una exposición de Picasso y jugando al ajedrez con un pariente. El pie de foto de esta última imagen decía:
Carroll juega contra el primo de su marido, Elias Thomas Kanarek, artista, arriesgando su torre negra en una salvaje incursión en territorio enemigo.
Hace tiempo publicamos otra foto de Carroll Baker por Peter Stackpole tomada en la misma sesión pero que no fue empleada en el artículo.
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PETER STACKPOLE
lunes, 25 de septiembre de 2017
EL MAESTRO DEL JUICIO FINAL
Después habíamos coincidido a menudo en el salón de ajedrez de un café que yo frecuentaba.
FICHA TÉCNICA
LEO PERUTZ
EL MAESTRO DEL JUICIO FINAL
LIBROS DEL ASTEROIDE. BARCELONA, 2017
TRADUCCIÓN DE JORDI IBÁÑEZ
DAVE BANG
JUGANDO AL AJEDREZ EN UNA CAFETERÍA
CAFÉ SOBRE PAPEL. 57 x 67 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
Sí, café sobre papel. El artista neozelandés Dave Bang tiene una serie de trabajos en los que ha experimentado el uso de café, vino o cerveza como pigmentos. Esta es su web.
DAVE BANG
JUGANDO AL AJEDREZ EN UNA CAFETERÍA
CAFÉ SOBRE PAPEL. 57 x 67 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
Sí, café sobre papel. El artista neozelandés Dave Bang tiene una serie de trabajos en los que ha experimentado el uso de café, vino o cerveza como pigmentos. Esta es su web.
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NUEVA ZELANDA
viernes, 22 de septiembre de 2017
POR LA NOCHE JUGAMOS
El fotógrafo australiano Bill Gekas ha creado una obra singular en la que su hija es la protagonista absoluta de la mayoría de sus composiciones. Efectivamente, Athena Gekas posa, frecuentemente en ropa de época, para que su padre realice una suerte de homenaje a la pintura clásica europea —con particular atención a la pintura holandesa del siglo XVII; Rembrandt, pero también Veermer— cuyas obras fundamentales parece haber estudiado en profundidad.
Por la noche jugamos, la obra de hoy, es una inquietante y onírica imagen en la que resuenan los ecos de la Alicia de Carroll.
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miércoles, 20 de septiembre de 2017
AJEDREZ EN YERBA BUENA GARDENS. EN LAS CALLES DE SAN FRANCISCO
Suhita Shirodkar es una artista californiana que se define a sí misma como dibujante obsesiva, ilustradora free lancer, diseñadora gráfica y maestra. En junio de 2016 bosquejó a los jugadores de ajedrez que se reúnen en los jardines de Yerba Buena, en San Francisco.
El trabajo de Suhita puede ser admirado en su blog Sketch Away o en su página web.
lunes, 18 de septiembre de 2017
HAY MÁS AVENTURAS EN UN TABLERO DE AJEDREZ QUE EN TODOS LOS MARES DEL MUNDO
HAY MÁS AVENTURAS EN UN TABLERO DE AJEDREZ
QUE EN TODOS LOS MARES DEL MUNDO
En esta nota se cuenta el final de la novela que vamos a comentar, si algún lector está interesado en leerla queda avisado.
Una de las citas más reproducidas sobre el ajedrez es la que encabeza estás líneas. Sin duda, parte de este éxito se debe a la rotundidad de su afirmación. Rotundidad que sorprende aún más al venir de un autor que es ampliamente aclamado, por más que siga siendo minoritario, como autor de aventuras. La cita, efectivamente, aparece en la novela del escritor francés Pierre Mac Orlan El ancla de la esperanza.
El protagonista de la historia, llamado el pequeño Morgat para diferenciarlo de su padre, el gran Morgat, es un joven deseoso de aventuras que está a punto de ingresar en la escuela de artillería y que sueña con embarcarse en la marina real. Su entorno, especialmente su padre y un oscuro y misterioso personaje, Jérôme Burns, que ejerce una gran influencia sobre él y al que considera su mentor, intentan frenar su deseo de aventuras. Lo que es fácil entender en su padre, después de todo un próspero y sedentario comerciante, miembro de una pequeña burguesía tan satisfecha de sí misma como recelosa de los riesgos, no lo es tanto en el caso de Burns, quien ha recorrido el mundo como cirujano naval y ha corrido cientos de aventuras.
Es el propio Burns, que suele jugar con el gran Morgat al ajedrez frecuentemente, el que pronuncia la frase en cuestión. Y la pronuncia para desengañar al pequeño Morgat que ha cometido, más que una aventura, una travesura que no ha terminado del todo bien. Burns, que poco antes le había asegurado que no había sacado nada de placer en sus muchos viajes, le dice señalando el tablero en el que está jugando: «Ves, hay más aventuras en una partida de ajedrez que en todos los mares del mundo». (Vois-tu, il y a plus d’aventure dans une partie d’échecs que sur toutes les mers du monde).
Pese a que Mac Orlan es un escritor de aventuras, sus novelas hablan de aventuras crepusculares, donde se ha perdido la inocencia que envolvía al género y donde las motivaciones de los personajes nunca son del todo limpias sino, a veces, francamente aviesas. Ambientada en el siglo XVIII, El ancla de la Esperanza, título que se refiere al ancla que constituye la última esperanza de los marineros cuando todas las demás anclas han saltado por la furia del temporal, es una gran novela de aventuras donde se habla del duro paso a la edad adulta, de los límites y obligaciones de la amistad y del fin de la inocencia.
Hay dos tipos de aventureros en la perspectiva de Mac Orlan, el aventurero activo que se lanza al descubrimiento del mundo con todas sus consecuencias y el aventurero pasivo, que es, para él, el aventurero perfecto, el que se contenta con viajar a través de los libros y las experiencias ajenas. A veces, como en El ancla de la Esperanza existe también un viaje interior que termina siendo más duro y deja más heridas que el más peligroso de los viajes por mar. Cuando al final de la novela descubrimos la verdadera identidad de Burns, la frase que comentamos aparece inesperadamente revestida de ambigüedad, pues Burns es realmente un pirata temible y odiado en todos los mares.
¿Qué pretendía decir Burns cuando pronunció esa frase? ¿Quizá convertir a su joven pupilo en un aventurero perfecto y evitar que su ansias de aventura le llevaran a adentrarse en un camino similar al que él había recorrido en su juventud y al final del cual solo esperaba la horca?
FICHA TÉCNICA
PIERRE MAC ORLAN
EL ANCLA DE LA ESPERANZA
1ª EDICIÓN L’ANCRE DE MISÉRICORDE. ÉDITIONS ÉMILE-PAUL, 1941
IKUSAGER. VITORIA, 2005
TRADUCCIÓN DE J. MANUEL IBEAS
ROYAS NAVY vs. PIRATAS
TREBEJOS EN RESINA DISEÑADOS POR ITALFAMA
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SIGLO XX,
TREBEJOS
viernes, 15 de septiembre de 2017
AJEDREZ EN EL SET XX
John Wayne, caracterizado como el coronel Cord McNally, pondera la situación en el tablero mientras Chris Mitchum, en el rol del sargento confederado Tuscarora Williams, observa detenidamente al Duque. La acción transcurre en el set de Río Lobo (Howard Hawks; Cinema Center Films, 1970)
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JOHN WAYNE
miércoles, 13 de septiembre de 2017
DUELO ELEGANTE
Indra Grušaitė es una pintora lituana que busca su inspiración en el arte Manierista del Renacimiento italiano. No por la elección de los temas (paisaje, retrato, naturaleza muerta, etc.) ya que estos suelen variar poco a través de los tiempos, salvo que nos refiramos a la abstracción más pura o al conceptualismo más radical, sino por el tratamiento de los mismos, distinto, como era de esperar, al de los pintores clásicos. Así las obras de Grušaitė están pobladas por animales, muchos animales. A veces son antropomorfos y su comportamiento humano aporta un punto irónico a las composiciones. Otras simplemente acompañan a los personajes aunque casi siempre de forma sorprendente y desconcertante. Su presencia puede variar, pero su papel es siempre protagonista.
Duelo elegante, el cuadro de arriba, presenta a dos mujeres jugando una partida de ajedrez en un paisaje resuelto a la manera clásica. Toda la escena se articula en torno a la oposición del blanco y el negro de los trebejos de ajedrez. Blanco y negro en los perros dálmatas que acompañan a las jugadoras, blanco vestido para la jugadora negra —que juega con las negras—, negro vestido para la jugadora blanca —lógicamente con las blancas— y blanco y negro el suelo en el que la escena se desarrolla.
FICHA TÉCNICA
INDRA GRUŠAITĖ
ELEGANITIŠKA DVIKOVA, 2013 (DUELO ELEGANTE)
ACRÍLICO SOBRE LIENZO. 60 x 90 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
lunes, 11 de septiembre de 2017
AISLIN
La asimetría del Tratado de Libre Comercio de 1987 entre U.S.A. y Canadá vista por el dibujante Aislin, nombre de guerra de Terry Mosher.
El texto dice:
¡De acuerdo! Canadá monopolizará el mercado norteamericano de piezas y tableros de ajedrez Haida tallados a mano mientras los Estados Unidos controlan el petróleo...Publicada en el Montreal Gazette el 10 de julio de 1987.
FICHA TÉCNICA
AISLIN (TERRY MOSHER)
LIBRE COMERCIO - PIEZAS DE AJEDREZ HAIDA Y PETRÓLEO
ROTULADOR Y TINTA SOBRE PAPEL. 27,9 x 22,8
MUSEO McCORD DE MONTREAL
viernes, 8 de septiembre de 2017
BRITT EKLAND
A veces, el intento de emplear el ajedrez como vehículo publicitario —para asociar las cualidades que le son propias con las del modelo retratado— produce monstruos.
Vean si no está foto de Britt Ekland, tomada en su casa de Roma por el fotógrafo Glauco Cortini en 1964. Aprovechando que una mesita del salón de la actriz sueca tenía una decoración a base de cuadraditos, los creativos responsables de la sesión fotográfica decidieron tirar por ahí un juego completo de piezas de ajedrez, sin importarles que la piezas quedaran, como así fue, colocadas sin orden ni concierto. Mientras, la actriz finge pensar dónde va a colocar el peón que sostiene en la mano. Bien podían haberse ahorrado el espectáculo, la verdad es que la futura chica Bond, que contaba con veintidós años en el momento de la foto, necesitaba de pocos adornos para lucir bien.
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SUECIA
miércoles, 6 de septiembre de 2017
DAN PIRARO
Segunda aparición del humorista norteamericano Dan Piraro, creador de la tira cómica «Bizarro», en ARTEDREZ. Esta vez en una viñeta de julio de 2012. El texto dice lo siguiente:
Te lo repito, el objeto del juego es dar jaque mate a mi rey, no devolverlo al rebaño.
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U.S.A.
lunes, 4 de septiembre de 2017
EL ENROQUE ES CONMIGO
REDUCTOS
a Vladimir Nabokov
I
Bien sabe el ajedrecista
del riesgo material de su intuición,
eso que para el poeta implica moneda de cambio.
(En el ajedrez se puede perder
con las ráfagas que necesitaba el poema.)
No obstante, el trozo de universo que ambos arrojan
sobre el paño no obstruye, no perturba:
administra razones (o indicios de que hubo allí
algo exultante).
Socios en las mudanzas del fuego y el cansancio,
los poetas y los ajedrecistas desvarían
por un amor inexplicable.
II
Poetas y ajedrecistas se yerguen en la noche
de la memoria.
Saco la testa del pantano y toco el fuego.
Un buey resopla tras una tranquera imaginaria.
La tristeza que nunca abandonó su musa
deambula por mí.
III
Hasta el patio de la memoria
(una cuadrícula infinita, una palabra despejada)
llegan Lolitas, Adas, Mariposas, Arlequines.
La repetición será confusa e infinita.
La muchedumbre se repite,
las aflicciones también se repiten.
Recuerdo el “índex”:
aquella lista de libros prohibidos
se exhibía en la vitrina del patio de la parroquia:
1°-“Lolita”
2°- “Trópico de Cáncer”
3°- “El Capital”
Las tías, las catequistas, los finados se repiten.
Giran purretes en torno a la higuera parroquial.
(Poesía: amor de mi vida; ajedrez: fetiche santo.)
Vuelan tus mariposas, Nabokov.
Yo las persigo para que queden atascadas
en las jaulas del sueño.
IV
Por aquel entonces Nabokov escribía:
“Las palabras reflejadas sólo pueden tiritar/
como alargadas luces que se contorsionan/
en el espejo negro de un río/ entre la ciudad y la bruma”.
VI
(Descubrí un corredor
entre el papel en blanco y el tablero.
Un pasadizo: ahí estuvo mi mano.)
VII
Nabokov escribía:
“Un destino envidiable he ansiado conocer:
/Durante mucho tiempo anhelé,
cansado esclavo, volar hacia/
Un lugar remoto de trabajo y puro júbilo.”
VIII
(Hay un cruce entre lo posible y la derrota.
Eso me informa el cuerpo.)
IX
Temeroso, ahora voy con blancas.
Mi juego: 1P4R-…
a Vladimir Nabokov
I
Bien sabe el ajedrecista
del riesgo material de su intuición,
eso que para el poeta implica moneda de cambio.
(En el ajedrez se puede perder
con las ráfagas que necesitaba el poema.)
No obstante, el trozo de universo que ambos arrojan
sobre el paño no obstruye, no perturba:
administra razones (o indicios de que hubo allí
algo exultante).
Socios en las mudanzas del fuego y el cansancio,
los poetas y los ajedrecistas desvarían
por un amor inexplicable.
II
Poetas y ajedrecistas se yerguen en la noche
de la memoria.
Saco la testa del pantano y toco el fuego.
Un buey resopla tras una tranquera imaginaria.
La tristeza que nunca abandonó su musa
deambula por mí.
III
Hasta el patio de la memoria
(una cuadrícula infinita, una palabra despejada)
llegan Lolitas, Adas, Mariposas, Arlequines.
La repetición será confusa e infinita.
La muchedumbre se repite,
las aflicciones también se repiten.
Recuerdo el “índex”:
aquella lista de libros prohibidos
se exhibía en la vitrina del patio de la parroquia:
1°-“Lolita”
2°- “Trópico de Cáncer”
3°- “El Capital”
Las tías, las catequistas, los finados se repiten.
Giran purretes en torno a la higuera parroquial.
(Poesía: amor de mi vida; ajedrez: fetiche santo.)
Vuelan tus mariposas, Nabokov.
Yo las persigo para que queden atascadas
en las jaulas del sueño.
IV
Por aquel entonces Nabokov escribía:
“Las palabras reflejadas sólo pueden tiritar/
como alargadas luces que se contorsionan/
en el espejo negro de un río/ entre la ciudad y la bruma”.
VI
(Descubrí un corredor
entre el papel en blanco y el tablero.
Un pasadizo: ahí estuvo mi mano.)
VII
Nabokov escribía:
“Un destino envidiable he ansiado conocer:
/Durante mucho tiempo anhelé,
cansado esclavo, volar hacia/
Un lugar remoto de trabajo y puro júbilo.”
VIII
(Hay un cruce entre lo posible y la derrota.
Eso me informa el cuerpo.)
IX
Temeroso, ahora voy con blancas.
Mi juego: 1P4R-…
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José Emilo Tallarico (Buenos Aires, 1950)
FICHA TÉCNICA
JOSÉ EMILIO TALLARICO
EL ENROQUE ES CONMIGO
LA PORTEÑA. BUENOS AIRES, 2016
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JOSÉ EMILIO TALLARICO,
LITERATURA,
POESÍA,
SIGLO XXI
viernes, 1 de septiembre de 2017
LA PAUSA PARA EL BOCADILLO
Dos mujeres jugando al ajedrez durante la pausa para el bocadillo en la londinense Trafalgar Square el 19 de marzo de 1936. Ante una buena partida de ajedrez, ¿quién tiene tiempo para comer?
Fotografía de E. Dean.
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REINO UNIDO,
SIGLO XX
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