sábado, 22 de diciembre de 2007

EL AJEDREZ EN LA ERA GALÁCTICA

«Un guijarro en el cielo» es la primera novela publicada por el que luego sería prolífico escritor, editor, compilador y divulgador científico Isaac Asimov. Esta obra se sitúa, dentro de la obra de ficción de Asimov, en el año 827 de la Era Galáctica, durante el Primer Imperio y justo antes de la que posiblemente sea su obra más famosa: la pentalogía de la Fundación.

La Tierra es un pequeño planeta perdido en un confín de la galaxia. Sus habitantes luchan desesperadamente por obtener alimentos en un medio altamente radioactivo y están sometidos a la «ley de los 60»: como el planeta no tiene capacidad productiva más que para veinte millones de personas, todas las que alcanzan esa edad deben morir para aliviar la penuria de alimentos de la generación siguiente.

En este mundo aparece Joseph Schwartz,  al que un accidente ocurrido en el año 1949 (de nuestra era) ha proyectado hasta el futuro. Tomado por un loco o por un imbécil, Schwartz es sometido a un tratamiento que mejora su capacidad intelectual. Dicho tratamiento tiene un resultado espectacular y confiere a Schwartz poderes sorprendentes.

Pero lo que nos interesa aquí es ver como es el ajedrez de la Era Galáctica. Schwartz suele jugar con Grew un anciano que se oculta para impedir que se cumpla la ley de los 60. Grew le habló de las nuevas modalidades de ajedrez: “Había un ajedrez a cuatro manos, en el que cada jugador tenía un tablero (sic) (1) ; éstos se tocaban en las esquinas, en tanto que un quinto tablero llenaba el hueco del centro como una vulgar tierra de nadie. Había juegos de ajedrez tridimensionales en los que se colocaban ocho tableros transparentes uno encima del otro en tanto que cada pieza se movía en tres dimensiones como antes se había movido en dos; el número de piezas y de peones estaba aumentado al doble y sólo se triunfaba al dar jaque mate simultáneamente a ambos reyes enemigos. Incluso había variantes populares en las cuales las posiciones originales de los trebejos eran decididas por el azar de los dados (2), o en los cuales ciertos cuadrados conferían ventajas o desventajas a las piezas colocadas sobre ellos o en los cuales se introducían nuevas piezas con extrañas propiedades”.

En el capítulo 11 se reproduce una de las partidas jugadas entre Grew y Schwartz. Se disputó una noche del año 827, en las cercanías de la ciudad de Chica, con un tablero nocturno que hacía innecesaria la luz artificial dado que tanto el tablero como los trebejos brillaban en la oscuridad.

GREW – JOSEPH SCHWARTZ
C84 APERTURA RUY LÓPEZ
Chica, en el año 827 de la Era Galáctica.

Asimov sigue casi en su totalidad una partida de la tercera ronda del campeonato de la U.R.S.S. de 1924 disputada por Boris Verlinsky y Grigory Levenfish. Veamos el desarrollo de la partida.

1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ab5 a6 4. Aa4 Cf6 5.Cc3 Ae7 6. O-O b5 7. Ab3 d6 8. d3 O-O 9.Cd5 Ca5 10. Ce7 De7 11. Ce1 Cb3 12. ab3 Cd7 13. f4 f5 14. ef5 Tf5 15. Cf3 Ab7 16. Ad2 ef4 17 Cd4 Tg5 18. Cf3 Tg4 19. h3


19. …Tg2 20. Rg2 Dg5 21. Rh1 Ce5 22. De2 Dg3 23. Dg2 Cf3 24. Ac3 Cd4 25. Db7

Durante la partida, Schwartz ha ido interrogando a Grew para intentar despejar sus múltiples dudas: ¿en dónde se halla?, ¿tiene amnesia?, ¿está loco?, ¿está siendo victima de una broma? Poco a poco va dándose cuenta de dónde se halla, de los miles de años que le separan de su hogar y sobre todo de que a él también le afecta la ley de los 60. Por lo que le toca morir cuando se realice el siguiente censo.

Irritado por tanta pregunta, Grew le conmina a jugar y Schwartz, desesperado ante la perspectiva de su pronta muerte y deseando encontrar una solución a sus problemas, anunció mate en 5 en la posición del siguiente diagrama.



Después de meditar un largo rato, Grew reconoció su derrota arrojando piezas y tablero fuera de la mesa. Los comportamientos antideportivos no habían terminado con el cambio de era.

El mate anunciado por Schwartz se da de la siguiente manera:

25. … Dh3 26. Rg1 Ce2 27. Rf2 De3 28. Rg2

La partida entre Verlinsky y Levenfish terminó después de 28. Re1 Cc3#

28. … Dg3 29. Rh1 Dh3#

NOTAS
(1) Es desgraciadamente habitual que las traducciones de obras de ficción en las que se trata de ajedrez tengan bastantes errores. En este caso es evidente que cada jugador tiene que tener dos tableros

(2) Como en el ajedrez de Brünner o en el Fischer Random Chess.


FICHA TÉCNICA
ISAAC ASIMOV
UN GUIJARRO EN EL CIELO
EDICIONES MARTÍNEZ ROCA. BARCELONA, 1987.
TRADUCCIÓN DE EDUARDO GOLIGORSKY
1ª EDICIÓN. PEBBLE IN THE SKY. DOUBLEDAY, 1950.

sábado, 15 de diciembre de 2007

EL MOVIMIENTO 36

Hace unos días ha saltado a los medios de comunicación la noticia de que unos científicos coreanos han obtenido por clonación dos gatos que brillan en la oscuridad si son expuestos a una luz ultravioleta. Esto es: han creado gatos fluorescentes.

La verdad es que en los tiempos que corren ya ni las extravagancias consiguen ser originales.

El arte le ha ganado la carrera a la ciencia. El brasileño Eduardo Kac ya había hecho lo propio en el año 2.000 con un conejo; en realidad con una conejita, Alba. El animalito había sido manipulado genéticamente para incorporarle un gen proveniente de una medusa que tiene la capacidad de brillar al ser iluminado por una luz especial. Había nacido el Arte Transgénico que, en palabras de su propio inventor, “es una nueva forma de arte basada en el uso de la ingeniería genética para transferir genes naturales o sintetizados a un organismo y así crear seres vivos únicos”. Parece de ciencia ficción, ¿verdad?

Bueno, ¿y qué? –se estará preguntando Vd., Lector-. ¿Qué tiene que ver esto con el ajedrez?

Pues tiene, porque una de las siguientes obras de Arte Transgénico es la siguiente:

Es también obra de Eduardo Kac y se llama Move 36 (Jugada o movimiento 36). Es una instalación en la que se presenta una mesa con un tablero de ajedrez cuyos escaques negros están hechos de tierra y los blancos, de arena blanca. El tablero está desprovisto de trebejos y en uno de los escaques crece una planta.

El título de la obra hace referencia a la segunda partida del match entre la supercomputadora Deep Blue y Kasparov celebrado en Nueva York en 1997 y que supuso la primera derrota de un Campeón del Mundo en ejercicio frente a un ordenador. Quiero decir en un encuentro a varias partidas, el propio Kasparov había perdido una partida contra una versión anterior de Deep Blue pero logró salir victorioso en el cómputo final.

El movimiento 36 de Deep Blue en la segunda partida del match fue considerado por Kasparov como una jugada impropia de un ordenador por su profundidad estratégica. La planta, lógicamente, crece en la casilla donde fue realizado el movimiento 36 de las blancas en dicha partida. Además, la planta ha sido modificada genéticamente. El artista ha incluido un nuevo gen en la planta. Un gen creado expresamente para esta obra y que traduce en código ASCII la máxima de Descartes: cogito ergo sum. La instalación se completa con unos paneles donde se proyectan diversas imágenes y que pretenden evocar a los jugadores ausentes.

Ha llegado el momento, Lector, de ver la partida en la que se inspira esta obra.

DEEP BLUE - KASPAROV,GARY KIMOVICH
C93 APERTURA RUY LÓPEZ, VARIANTE SMYSLOV

NUEVA YORK, 1997

1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ab5 a6 4. Aa4 Cf6 5. O-O Ae7 6. Te1 b5 7. Ab3 d6 8. c3 O-O 9. h3 h6
10. d4 Te8 11.
Cbd2 Af8 12. Cf1 Ad7 13. Cg3 Ca5 14. Ac2 c5 15. b3 Cc6 16. d5 Ce7 17. Ae3 Cg6
18. Dd2 Ch7 19 a4 Ch4 20. Ch4 Dh4 21.
De2 Dd8 22. b4 Dc7 23. Tec1 c4 24. Ta3 Tec8 25. Tac1 Dd8 26. f4 Cf6 27. fe5 de5 28. Df1 Ce8 29. Df2 Cd6 30. Ab6 De8 31. T3a2 Ae7 32. Ac5 Af8
36. ab5

Así que éste es el movimiento que asombró a Kasparov, y b5 el escaque honrado con la designación como hogar de un ser vivo nuevo y nunca visto antes sobre la faz de la tierra. La posición merece un diagrama:



Por si a alguien le interesa, la partida terminó así:

36. … ab5 37. Ae4 Ta2 38. Da2 Dd7 39. Da7 Tc7 40. Db6 Tb7 41. Ta8 Rf7 42. Da6 Dc7 43. Dc6 Db6 44. Rf1 Tb8 45. Ta6

Y Kasparov abandonó.

La verdad es que en este punto estaba encantado de haber descubierto esta obra. No sólo incita a la reflexión sobre las fronteras que delimitan la capacidad de la mente humana y la capacidad de la llamada inteligencia artificial; a la reflexión sobre los límites de la ciencia, y también del arte, claro está. Además, a mi modo de ver, el hecho de ser b5 el escaque elegido refuerza su valor simbólico.

Sobre todo si consideramos que fue a esa casilla a la que llevó su alfil Ruy López de Segura en su obra de 1561 Libro de la invencion liberal y arte del juego de Ajedrez, considerado con justicia el primer tratado técnico sobre el juego. Esta jugada, Alfil a b5, fue el aporte más perdurable de Ruy López a la teoría de las aperturas. En su honor dicho sistema de apertura se conoce en todo el mundo como la apertura española, salvo en España donde se prefiere denominarla con el nombre de su creador. El éxito de la apertura de Ruy López fue tal que se ha seguido jugando hasta el día de hoy. Incluso en la partida que estamos comentando en estas páginas.

Es un hecho llamativo que el destronamiento del ser humano (Kasparov puede considerarse el último campeón del mundo absoluto de ajedrez. Kramnik, su sucesor, sólo será ya el campeón humano del mundo) en la supremacía del ajedrez se haya producido con la apertura que ideó el que es considerado oficiosamente como el primer campeón del mundo. Extraño hermanamiento entre el primero y el último de una estirpe.

Pero una mirada más detenida a la obra de Kac echó un borrón en mi entusiasmo.


Como puede verse en la imagen de arriba, la planta está creciendo en un escaque negro. Lógico si recordamos que las casillas negras son de tierra y las blancas, de arena. Pero, ¡coño!, b5 es un escaque blanco. Ya lo era en tiempos de Ruy López y lo sigue siendo ahora. Alguien, el autor o algún empleado de la galería donde se exhibió la obra, depositó la semilla o trasplantó el plantón a otra casilla. ¡La planta transgénica está creciendo en la casilla equivocada!

Yo no sé a Vd, Lector, pero a mí me ha sacudido un escalofrío. En los libros de terror que devoraba con pasión en mi juventud, un pequeño error, como éste, solía ser el desencadenante de las más horribles catástrofes.