Wilhelm von Kaulbach fue un pintor e ilustrador alemán del siglo XIX. Como ilustrador, se inspiró frecuentemente en las obras de Wolfgang von Goethe. Parte de estos trabajos fueron recogidos por Rebecca Warren Brown en The Goethe Gallery: from the original drawings of Wilhelm von Kaulbach; Houghton, Osgood and Company. Boston, 1879. Hay edición digital en archive.org.
Entre las ilustraciones seleccionadas encontramos una que describe parte de la escena I del acto II de Goetz von Berlichingen, un drama de Goethe de 1773. Es en esta obra donde se dice una célebre frase sobre el ajedrez que está presente en todos los repertorios de citas sobre el tema.
Es verdaderamente (el ajedrez) la piedra de toque de la inteligencia
(Es ist wahr, dies Spiel ist ein Probierstein des Gehirns)
Veamos el contexto de la cita. El drama de Goethe se inspira en la autobiografía del caballero Gottfried von Berlichingen de Hornberg, noble alemán de finales del siglo XV y principios del XVI, quien participó como caballero de fortuna en todo cuanto conflicto armado se le puso a tiro, sin importarle mucho de parte de quién combatía.
Goethe trata el tema con gran libertad y convierte a Goetz en un héroe de características románticas que defiende su integridad frente a una sociedad decadente e injusta que soslaya los derechos de los nobles y los pueblos con intrigas palaciegas. Leal y amigo de sus amigos es traicionado y, malherido, muere en prisión con la palabra Libertad, así en mayúsculas, en los labios.
La ilustración de Wilhelm von Kaulbach representa el momento en que en la corte del obispo de Bamberg, enemigo de Goetz en la realidad y en el arte, se está tramando la perdición del caballero. Liebtraut, un cortesano —representado en la escena tocando el laúd— será el encargado de atraer a Adelbert von Weislingen, amigo de la infancia de Goetz y prometido de su hermana, a Bamberg donde la bella sin escrúpulos Adelaida se encargará de seducirlo e instarle a traicionar a Goetz. Detrás de las cortinas se esconden el abate de Fulda, otro cortesano del obispo de Bamberg, y Franz, el escudero enamorado que perecerá víctima de todas sus traiciones. La bella Adelaida y el obispo juegan al ajedrez.
El diálogo que mantienen es el siguiente:
ADELAIDA
—Vuestra mente no está en el juego. Jaque.
BAMBERG
—Aún puedo salvarme.
ADELAIDA
—No lo lograréis durante mucho rato. Jaque.
LIEBTRAUT
—Si yo fuera un príncipe poderoso, no jugaría a este juego. Es más, lo prohibiría en la corte y en todo mi reino.
ADELAIDA
—Es verdaderamente la piedra de toque de la inteligencia. Mate.
ADENDA ESCATOLÓGICA
Célebre, por el escándalo que promovió, se hizo un parlamento de la escena XXXI del acto III de esta obra en la que el protagonista, rodeado en su castillo por el ejército imperial, es conminado a rendirse por un emisario del capitán que comanda las tropas: «¿Rendirme a discreción?» —replicó Goetz—. «¿A quién creéis que habláis? Decidle a vuestro amo que tocante a Su Majestad Imperial, ni antes ni ahora ni jamás dejaré de respetarle, como cumple a mi honor; pero en lo tocante a él, decidle y repetidle que bien puede besarme el culo». La frase textual solo aparece en la primera edición, en las siguientes se consideró preferible sustituir «el culo» por unos puntos suspensivos. La expresión «la frase de Goetz» se convirtió en una forma eufemística de explicar claramente a un interlocutor lo que se pensaba de él.
Pero aún hay más. A Mozart le hizo gracia la frase y compuso un canon para seis voces en si bemol mayor K231 con el título Leck mich im Arsch (Bésame el culo) inspirada de forma expresa en esa frase de Goetz von Berlichingen. Probablemente, no fuera más que un divertimento para entretener a sus amigos pero ahí ha quedado, dentro del corpus mozartiano.