martes, 30 de marzo de 2021
ELSA MAJIMBO
domingo, 28 de marzo de 2021
TOM TORO EN THE NEW YORKER
Estás sacrificando tu dama con bastante displicencia, ¿no?
Viñeta de Tom Toro para The New Yorker (2018)
viernes, 26 de marzo de 2021
KUBELÍK vs. KUBELÍK
jueves, 25 de marzo de 2021
EL SACRIFICIO DE LA DAMA, DE FRANTIŠEK MALÝ
František Malý (1900-1980) fue un pintor, pedagogo y diseñador gráfico y textil checo. Muy influido por diversos estilos, como el modernismo o el cubismo en los comienzos de su carrera, con la aparición del Manifiesto del surrealismo de André Breton en 1924, Malý encontró el estilo que le iba a ser propio. También estuvo involucrado con el Poetismo, un movimiento artístico exclusivamente checo, que aspiraba a trascender el arte y convertir la vida en un poema vivo.
Su influencia pedagógica al frente de las escuelas de Artes y Oficios de Bratislava y Brno fue decisiva para introducir tanto en Eslovaquia como en Chequia el diseño moderno inspirado en la Bauhaus. Después de la guerra, se instaló definitivamente en Brno, donde trabajó como profesor, pero también como diseñador textil y escenógrafo.
GAMBIT DÁMY (EL SACRIFICIO DE LA DAMA), 1975
ÓLEO SOBRE LIENZO. 65 x 75 cm.
COLECCIÓN DE LOS HEREDEROS DEL AUTOR
martes, 23 de marzo de 2021
GAMBITO DE ALFIL DE REY, DE CARMELO M. LOZANO
Antes que nada, creo necesario decir que Gambito de alfil de rey, pese a su título y portada, no es un tratado técnico sobre el rey de los gambitos, en afortunada expresión de Antonio Gude. No. Gambito de alfil de rey es una antigua novela española, muy poco conocida, que a punto estuvo, en 1967, de ganar el premio Nadal de literatura, uno de los más prestigiosos de la época.
—Pepa, tráeme el ajedrez. El de viaje.—¿Otra vez ella?—Sí; otra vez.—Es muy tarde para ver a nadie.—A ella no. Trae el ajedrez.
sábado, 20 de marzo de 2021
365º
miércoles, 17 de marzo de 2021
MASI
domingo, 14 de marzo de 2021
DESPERTAR EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
viernes, 12 de marzo de 2021
REDMER HOEKSTRA
Redmer Hoekstra (1982) es un ilustrador neerlandés que cultiva una figuración fantástica e imaginativa, pero realista en la representación, en la que mezcla objetos de procedencia muy diversa. En su obra lo orgánico se funde con lo inorgánico, lo humano con lo animal, o con lo vegetal; o con lo animal y lo vegetal a un tiempo. Los animales se hacen música y el interior de los objetos puede esconder cosas sorprendentes. Un mundo fantástico, abierto a cualquier interpretación.
En la imagen que mostramos, de 2017, creemos adivinar un reflejo de la célebre aporía de Zenón. La lenta tortuga y el vertiginoso ritmo de una partida relámpago.
miércoles, 10 de marzo de 2021
ZUGZWANG, POR MENCÍA GÓMEZ LUNA
inocencia de un recuerdo,
asomada a un pozo de dolor,
se han sucedido balas
y monedas de cartón,
de dos caras,
sin opción a cruz.
He probado mi vida
En cuatro pétalos caídos,
He sentido el desencanto
Por palabras asépticas,
Promesas y clavos;
He sido inútil peón
Estático en la jugada
En estado de zugzwang»;
«Me he hablado a mi misma
En la letra de una canción cursi,
Pero tremendamente triste,
Reflejándome en mi soliloquio;
Y finalmente,
Tras desangrarme en versos,
He huido sin maletas de viaje».
domingo, 7 de marzo de 2021
TABLAS POR SEGUNDOS DE ICCHOKAS MERAS
Y en la misteriosa quietud de la noche había gente, lámparas de carburo, una pequeña mesa de ajedrez y piezas, algunas piezas muertas y dos vivas: Isaac Lipman y Adolf Schoger.
Las piezas muertas no eran más que un trozo de madera.
Pero las vivas eran luchadores.
Cubierta de una edición alemana Tablas por segundos El diagrama reproduce un momento de la Inmortal |
—¿Tú eres Lipman, el que juega al ajedrez?—Sí, soy yo.—¿Juegas con Schoger?—Sí.—Me lo imaginaba —dice Janek—. ¿Y por qué juegas con él?—Porque me lo manda.—¿Sólo por eso?—No. Así le obligo a rendirse.—¿Nunca ha ganado?—No.—¿Y nunca ha hecho tablas?—No.—Sé que eres un buen chico, Isia.—¿Yo?—Sí. Pero de todas formas debo hablar contigo.—No me gusta hablar del ajedrez —me excuso—. Puedo encerrarme y jugar contra mí mismo. También puedo obligar a Schoger a rendirse. Pero cada vez me resulta más difícil. Antes era fácil. Ahora siempre tengo miedo de perder. Por eso no quiero hablar.
Schoger quiere derrotar como sea a Lipman. Se trata de una persona libre frente a un prisionero, de un hombre frente a un chiquillo, de un ario frente a un judío. Por supuesto, ni ser libre ni ser adulto ni ser ario garantizan la excelencia ajedrecística. Pero una ideología que defiende el racismo y la superioridad de unos sobre otros casa mal con aceptar las derrotas con deportividad, sobre todo si vienen de manos de los considerados inferiores.
El comandante nazi impone una terrible condición. Todos los niños del gueto están a punto de ser deportados. No hace falta explicar a dónde. Si Lipman gana la próxima partida, los niños se salvarán, pero él perderá la vida. Si pierde, se salvará. Pero los niños serán deportados y, probablemente, morirán.
Para que Lipman tenga difícil entregar su vida por la de los niños, ni siquiera el heroísmo está permitido, Schoger deja claro que Ester, a quien Lipman ama con la pasión que solo los adolescentes conocen, correrá la misma suerte que él. Morirá si él muere, se salvará si él se salva.
Un error a la hora de establecer las condiciones del duelo deja un agujero para la esperanza: las tablas. Si hay tablas todo quedará como está. Lipman tiene que intentar conseguir las tablas. Pero todo jugador sabe que jugar a tablas conlleva sus riesgos. ¿Qué hará Lipman?
En medio del horror del gueto todavía queda espacio para la poesía, aunque sea mediante la imaginación, poesía que viene simbolizada por las flores. Porque «¿quién puede prohibir las flores?». En medio de la tragedia, en medio de la degradación, en medio de la inmoralidad y la vileza aún queda espacio para la dignidad y el amor. Tablas por segundos nos muestra estas cosas mediante una narración de alta intensidad emocional que progresa de forma fragmentada, contando a través de los siete hijos de Abraham Lipman, la historia de una época y un puñado de seres humanos.
Una curiosidad, cómo se ha traducido el título a diferentes lenguas.
El original lituano es Lygiosios trunka akimirką, algo así como Las tablas solo duran un instante; en alemán se tradujo como Remis für Sekunden (Tablas por segundos); en español se ha traducido, siguiendo el alemán, como Tablas por segundos, en España, y por Jaque perpetuo, en Argentina; en Francia La partie n'est jamais nulle (La partida nunca es tablas); en Israel תיקו עם המוות (Tablas con la muerte); en italiano (Scacco perpetuo); en turco Zafer bizim olacak (La victoria será nuestra) y en inglés Stalemate (Tablas) o A Stalemate Lasts But a Moment, el más parecido al original.
Cubierta de una edición argentina de los años 70 Se tradujo por Jaque perpetuo |
Cubierta de una edición francesa El título sería más o menos La partida nunca es tablas |
Cubierta de una edición israelí en hebreo La traducción sería Tablas con la muerte |
Cubierta de una edición norteamericana La traducción del título sería Ahogado |
Cubierta de una edición española Tablas por segundos, al igual que en alemán |
Cubierta de una edición turca La victoria será nuestra |
Cubierta de una edición lituana Las tablas solo duran un instante |