viernes, 21 de diciembre de 2018

jueves, 20 de diciembre de 2018

DUELO DE PIN UPS

Las pin up eran esas chicas que posaron para los calendarios que los soldados americanos difundieron por Europa durante la II Guerra Mundial y que poblaron los sueños de los adolescentes de los años cincuenta del siglo XX, dando pie a lo que se ha llamado desde entonces moda pin up. Lo que en tiempos fue atrevido hoy, en el enésimo giro de la moda, nos parece cándido, aunque su imaginería no deja de reaparecer a lo largo de los años.

La actriz italiana Maria Grazia Cucinotta, con el fotógrafo Douglas Kirkland y el crítico cinematográfico Vincenzo Mollica, publicó en 2014 el libro Come una pin up, en el que la actriz homenajeaba este estilo, posando a la manera de las pin up clásicas. El objetivo del libro era benéfico ya que parte de sus beneficios se destinaron a fomentar la investigación sobre el cáncer de mama.

La siguiente es una de las fotografías del libro.

Maria Grazia Cucinotta por Douglas Kirkland (2014)

Y nos ha recordado instantáneamente a la que la revista Vanity Fair publicara en 2008 de la también actriz Carla Gugino. La revista norteamericana publicaba desde 2006 fotografías de actrices contemporáneas a la manera de la vieja fotografía de pin up. El autor de esta imagen en concreto fue Matthew Rolston.

Carla Gugino por Matthew Rolston (2008)

Y la foto de Carla Gugino nos lleva indefectiblemente al dibujo de Gil Elvgren al que rinde homenaje y que está ne el origen de esta serie. Elvgren fue uno de los grandes dibujantes de pin up de posguerra. La imagen fue realizada en 1964 para la agencia de publicidad Brown & Bigelow.

Pin up por Gil Elvgren (1964)

miércoles, 19 de diciembre de 2018

PETER HAMMILL

En marzo de 1977 la revista musical holandesa Oor publicó una entrevista ajedrecística a Peter Hammill, líder de la banda de rock progresivo Van der Graf Generator. Durante la misma, Hammill jugó una partida de ajedrez con Bert Van de Kamp, el periodista/jugador. Anton Corbijn fue el fotógrafo.

De Peter Hammill ya habíamos publicado la portada de su álbum de 1971 Fool's Mate.



La revista reproducía la partida disputada entre van de Kamp y Hammill en la que ambos bandos tuvieron alternativamente opciones para ganar. Al final firmaron unas diplomáticas tablas. He aquí la partida.


martes, 18 de diciembre de 2018

LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS

Una insólita propuesta sobre el ajedrez considerado como metáfora de la guerra es la instalación títulada La guerra de los cien años realizada por Biancoshock en Turín el año 2013. Los trabajos de Biancoshock son difíciles de etiquetar ya que se mueven a caballo entre el arte urbano, la performance o el activismo social, quizá por ello, él mismo ha propuesto el término «efemeralismo» (ephemeralism) para definir su trabajo.


Esta guerra de los cien años se nos antoja incruenta. Por desarrollarse en un tablero de ajedrez, claro está, pero también por las dimensiones del campo de batalla en el que el enemigo es solo una sombra en la lejanía. Parece que, en efecto, se necesitarán cien años para que las tropas entren en contacto. Tampoco la apertura Larsen parece la más enérgica a la hora de llegar a la lucha cuerpo a cuerpo en el centro de este tablero.


lunes, 17 de diciembre de 2018

ESTUDIO DE MOVIMIENTO



La marca de moda estadounidense Rag & Bones decidió apoyar la campaña promocional de su colección otoño-invierno para hombre de 2015 con un pequeño corto interpretado por los bailarines Lil Buck y Mijail Baryshnikov.

Entre pedicojes y cabriolas, los dos bailarines encuentraron tiempo para jugar una partida de ajedrez con uno de los modelos de piezas diseñados por Man Ray.



Aquí el video completo, concebido como un estudio del moviemiento. 

viernes, 14 de diciembre de 2018

LAS PIEZAS EMBRUJADAS

Aunque lo parezca, aunque todo se confabule para nominarlo como tal, el ajedrez no es un juego. Puede ser, según los ángulos de enfoque, un rito, una pasión cabalística o una lucha simbólica del hombre con el fatalismo y con el tiempo en que se cumple su destino. Pero no es un Juego.
La cita precedente es el colofón de Las piezas embrujadas: el ajedrez como rito, un texto del escritor y artista colombiano Héctor Rojas Herazo (1921-2002) redactado el emblemático año de 1968. En él Rojas dice del ajedrez cosas como que es «la filosofía de la lucha», «un idioma capacitado para legar modelos antológicos» o «una cátedra depurada de lógica». El ajedrez es como la música, es como el arte. Sus mejores intérpretes están a la altura de los grandes de su época, Philidor juega en la misma categoría que Watteau, Mozart o Leibniz; Anderssen comparte mesa con Hölderlin; Nimzovitch con Odilon Redon, Gerard de Nerval o E.T.A. Hoffmann...

El texto termina depositando su esperanza en el crecimiento del ajedrez colombiano que «había sido cultivado con el orgullo de un vicio solitario» en «cuevas malolientes llenas de humo». Que los nuevos valores, Cuéllar, Cuartas, de Greiff, puedan llegar a ser noticia.

El texto completo pueden leerlo en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes siguiendo este enlace.

FICHA TÉCNICA
HÉCTOR ROJAS HERAZO
LAS PIEZAS EMBRUJADAS: EL AJEDREZ COMO RITO
BOLETÍN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO; VOL. 11, Núm. 10 (1968)

jueves, 13 de diciembre de 2018

PEDAL PUSHERS


En su número de agosto de 1944, entre mapas detallando la evolución de los frentes oriental y occidental en la II Guerra Mundial, la revista Life, en su apartado dedicado a la «vida moderna», explicaba como la generalización del uso de bicicletas entre las jóvenes estudiantes había determinado la moda de fabricar pantalones cuyo largo se ajustara a las rodillas, para evitar que se mancharan con la cadena que impulsa a dicho vehículo. Anunciaba, también, para el cercano otoño el lanzamiento de una nueva línea de esta prendas —bautizadas pedal pushers (pedaleadoras)—. El artículo se extendía sobre qué universidades consideraban estas prendas «admisibles» solo en el campus y qué otras las permitían también en clase.

En el campus del Colegio Sarah Lawrence, en Bronxville, Nueva York, las modelos Arline Dahlman (izquierda) y Tee Matthews lucen unos pedal pushers de Gary Flannel en esta fotografía de Philippe Halsman. 

¡Y también juegan al ajedrez!

miércoles, 12 de diciembre de 2018

SUS SATÁNICAS MAJESTADES

En 2016, el sello Reel to reel sacó al mercado una edición limitada de una serie de grabaciones inéditas que los Rolling Stones realizaron en 1964 para la discográfica Chess.




lunes, 10 de diciembre de 2018

JEREMY MILLAR


Jeremy Millar (1970) es un artista británico de difícil catalogación ya que se mueve en un terreno multidisciplinar y es permeable a multitud de influencias, entre ellas, como no, a la de un asiduo de estas páginas: Marcel Duchamp.


La obra que presentamos hoy es, evidentemente, una reinterpretación más de la célebre foto que Julian Wasser tomara de Duchamp jugando al ajedrez contra Eve Babitz en la exposición retrospectiva que el Museo de Arte de Pasadena dedicó al artista francés.

Se trata de un collage de título extenso y enigmático: «Nueva York, 1920/Folkestone, 1933/Pasadena, 1963/Château de Kirwan, 1964/Toronto, 1968/Folkestone, 2006».

Realmente, las fechas que forman el título aluden a los distintos elementos que componene el collage.

En 1920, Marcel Duchamp ideó en Nueva York un ajedrez con los trebejos de distintos colores dentro del mismo juego. Esos trebejos son los que aparecen en el collage

En 1933 disputó en las Olimpiadas de ajedrez que se celebraron en Folkestone la partida de ajedrez cuya posición se muestra en el tablero.


En 1963 se celebró en Pasadena la primera retrospectiva en los Estados Unidos de la obra de Marcel Duchamp, allí se realizó la foto que está en la base de este collage.

Un château de Kirwan fue el vino que bebieron Marcel Duchamp en la performance Reunion —de la que no hemos hablado pero hablaremos— que se celebró en Toronto en 1968.

Por último, la galería Metropol de Folkestone proporcionó en 2006 el fondo de la composición.

La partida mencionada fue la que le enfrentó al islandés Thrainn Sigurðsson. He aquí la posición final, que creo es la que se muestra en el collage de Millar.



Y aquí el desarrollo de la partida.



viernes, 7 de diciembre de 2018

ARTISTAS



Fotografía tomada durante la exposición «The Imagery of Chess» que tuvo lugar en la galería neoyorquina de Julien Levy en 1945. En primer plano, Max Ernst y Dorothea Tanning juegan con los trebejos que Ernst diseñó para la exposición. En segundo plano, Muriel Streeter juega contra Julien Levy.

Llamamos la atención sobre el hecho de que en la fotografía salen dos parejas de amantes unidas por el ajedrez.






jueves, 6 de diciembre de 2018

¡CHOCOLATE!

El maestro chocolatero francés Daniel Mercier ha creado este ajedrez de chocolate que hará de las delicias de los ajedrecistas golosos, como su seguro servidor el autor de este blog. Las blancas son de chocolate con leche; la negras, de chocolate puro. Como decía el GM húngaro András Adorján «¡las negras saben bien!». Está claro que tendré que jugar con blancas la partida.

La Escandinava... mmm... ñam, ñam... Ya me como un peoncito.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

BOB DYLAN. LA HISTORIA DE EAST ORANGE, NEW JERSEY

Un monólogo de Bob Dylan en el Gas Light Cafe. 6 de septiembre de 1961.


Bob Dylan en la sala de ajedrez de la Sociedad Bilbaina de Bilbao en 2012
Fotografía de Sam Jones
Anatoly Karpov preside desde la pared


La primera vez que trabajé en East Orange, Nueva Jersey. 
Chicos, nunca vayáis a East Orange, Nueva Jersey, 
Es una ciudad horrible. 
Tuve que actuar en una cafetería de allí. 
Fue tan, tan malo, 
La gente jugaba al ajedrez allí.
Era lo único en que pensaban.
Ajedrez, ajedrez y ajedrez. 
La gente se acercaba
«Si vas a tocar una canción que sea una canción muy tranquila».
Y en el medio de la canción se oía: «jaque».
O: «eh, esa jugada ha sido muy buena».
Y todo tipo de cosas por el estilo.

Sí, amigos, fue tan horrible que tuve un pequeño sueño,
la primera noche que trabajé, 
sobre esto de jugar al ajedrez. 
Soñé que iba a trabajar a East Orange, Nueva Jersey, 
Y al terminar, dos días después,
fui a pedirle mi dinero al tipo:
«He trabajado dos días para ti».
Él dijo: «Bueno, está bien, no pagamos en dinero aquí».
Le dije: «¿Sí?» Me dijo: «bueno».
Me dijo: «Pagamos con piezas de ajedrez».
Le dije: «Bueno, pues dame mis piezas de ajedrez. He trabajado dos días».

Estaba un poco... pensé...
Pensé que estaba mintiendo al principio, 
pero lo tomé de todos modos. 
Me dio un rey y una dama por trabajar dos días. 
Le dije:«Está bien, está bien».
Así que tomé mi rey y mi dama, bajé a un bar, el bar más cercano que pude encontrar. 
Entré al bar y pedí una cerveza. 
En el bar, un camarero.
Le dije: "¿Puedo tomar una pinta?"
Maldita sea, me dio una pinta. 
Me pidió la pasta, 
le di mi rey y mi dama. 
Maldita sea, cogió el rey y la dama, 
Los puso bajo el mostrador, 
y me devolvió cuatro peones, dos alfiles y una torre de cambio.






martes, 4 de diciembre de 2018

DUELO DE ALFILES


Duelo de alfiles es un fascinante libro del poeta Vicente Valero (1963). Libro de viajes, de viajes físicos, en su sentido puramente geográfico, pero también de viajes literarios, de travesías intelectuales. Son varias las historias, los viajes, que se entrecruzan en esta obra mientras el autor rastrea las huellas de Benjamin, de Brecht, de Kafka, de Nietzsche y de Rilke, cuyos senderos se entrecruzan constantemente, pero todas contienen un estribillo común: el ajedrez, sintetizado en una frase que se repite en cada capítulo: «En fin, como afirman los grandes maestros de ajedrez, hasta dónde te puede llevar una partida siempre es un misterio».

El autor, que confiesa una juventud ajedrecística, juega al ajedrez —siempre viaja con un ajedrez de bolsillo— con muchas de las personas con las que se cruza en libro: un anciano pintor español, un entrañable matrimonio italiano de profesores jubilados, un excéntrico médico alemán obsesionado con el holocausto... Para terminar asistiendo como periodista especializado en ajedrez al Zurich Chess Challenge de 2012. Como es lógico, en el libro se habla mucho de ajedrez, por ejemplo del duelo Brecht-Benjamin del que nosotros hablamos aquí. Por el momento, solo vamos a comentar dos reflexiones del autor sobre el juego, aunque quizá en el futuro volvamos sobre el tema:

Una partida de ajedrez no es una metáfora del mundo pero sí puede llegar a serlo de las pasiones que lo mueven, de las tensiones infinitas de su organización social.
El ajedrez, según se dice a menudo, también representa la guerra, pero no hay guerra en el mundo que pueda terminar en tablas.

Los responsables de la editorial Periférica eligieron para la cubierta del libro el cuadro de Lubin Baugin que comentamos ayer.

FICHA TÉCNICA
VICENTE VALERO
DUELO DE ALFILES
PERIFÉRICA. CÁCERES, 2018




lunes, 3 de diciembre de 2018

LUBIN BAUGIN


¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad! (Eclesiastés, 1:2)
Naturaleza muerta con tablero de ajedrez, también conocida por Los cinco sentidos es el más famoso de los cuatro bodegones pintados por el francés Lubin Baugin (1610-1643). La vista está representada por el espejo; el gusto, por el pan y el vino; el oído, por el laúd y la partitura; el olfato, por los claveles; el tacto, por las cartas, el monedero y el tablero de ajedrez.

Como era costumbre en la época barroca, debemos considerar que este bodegón tiene un sentido moralizante, que es realmente una Vanitas. Su intención es señalar la brevedad de la vida —las flores que ya están empezando a marchitarse— y lo superfluo de los placeres —la música, el juego— ante la certeza de la muerte. Mientras que el pan y el vino, que aluden directamente a la eucaristía, pretenden mostrar al espectador el camino de la vida cristiana.

FICHA TÉCNICA
LUBIN BAUGIN
LOS CINCO SENTIDOS (1630)
ÓLEO SOBRE TABLA (55x73 cm.)
MUSEO DEL LOUVRE