Se ha dicho en muchas ocasiones que el surrealismo fue el primer movimientos artístico en el que las mujeres tuvieron una participación destacada. Por supuesto que en épocas anteriores algunas mujeres habían destacado en el arte pero la gran cantidad de mujeres artistas y la importancia de sus obras (algunas todavía en fase de recuperación) era algo que no se había visto hasta la fecha.
Ana María Gómez González (1902-1995), Maruja Mallo para el arte, fue una de esas mujeres. Única mujer en ingresar en la Real Academia de Bellas Artes en la promoción de 1922, desde el principio rompió moldes con su obra y su carácter. Amiga de Federico García Lorca, María Zambrano, Luis Buñuel, Salvador Dalí y un larguísimo etcétera. Pionera del «sinsombrerismo», lo que le valió agresiones físicas y verbales. Catedrática de dibujo, participó en las misiones pedagógicas en un intento de llevar la educación y la cultura a las capas más desfavorecidas de la sociedad. Asidua participante en las tertulias de la época, la de Gómez de la Serna en el café de Pombo, la de Valle-Inclán en el café Granja El Henar, la de María Zambrano en el propio domicilio de la filósofa. Tuvo que exiliarse después de la Guerra Civil en Argentina y los Estados Unidos de América. En 1962 regresó a España donde se había perdido toda memoria de su persona y de su obra. Solo después de 1980 su figura empezó a recuperarse y a recibir el reconocimiento oficial. sin embargo, su figura no ha alcanzado el reconocimiento popular en la misma medida que sus compañeros de la generación del 27. No habrá que preguntarse el porqué.
Una de las características de la obra de Maruja Mallo es el intento de mostrar a la nueva mujer, independiente y dinámica —y sin sombrero—. Y una de las formas de reflejarlo fue el deporte: las mujeres salen de la casa, dejan de ser las guardianas del hogar y ocupan un espacio en la vida pública: juegan al tenis, montan en bicicleta, practican deportes aeronáuticos y, ¡por supuesto! juegan al ajedrez.
FICHA TÉCNICA
MARUJA MALLOELEMENTOS PARA EL DEPORTE, 1927
ÓLEO SOBRE CARTÓN. 64x70 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR. MADRID
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