Estaba Abul moro, hermano del rey de Granada, preso en Salobreña y, para desmentir sus confirmadas desdichas, púsose a jugar al ajedrez, propio ensayo del juego de la fortuna. Llegó en esto el correo de su muerte, que siempre esta nos corre la posta. Pidió Abul dos horas de vida; muchas le parecieron al comisario, y otorgole solo acabar el juego comenzado. Díjole la suerte, y ganó la vida y aun el reino, pues antes de acabarlo llegó otro correo con la vida y la corona, que por muerte del rey le presentaba Granada.
FICHA TÉCNICA
BALTASAR GRACIÁNEL HÉROE
JERÓNIMO Y JUAN BAUTISTA VERDUSSEN. AMBERES, 1669
EDICIÓN DIGITAL EN CENTRO VIRTUAL CERVANTES
ÁRABES JUGANDO AL AJEDREZ (SIGLO XII)
CAPILLA PALATINA DE PALERMO
TÉMPERA SOBRE YESO
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