Es bien sabido que John Wayne, el Duque, fue un apasionado jugador de ajedrez durante toda su vida. Centenares de fotografías lo atestiguan. Como buen aficionado intentó legar su pasión a sus hijos.
En 1963 fotografió a su hija Aissa, de siete añitos y con blancas, jugando con la hija de su ama de llaves, Pilarcita. Hoy en día, ni de broma se hubiera permitido que una niña se fotografiara con un cigarrillo en la mano.
Publicada en el libro de Aissa Wayne «John Wayne, my father».
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