Jellal Ben Abdallah (1912-2017) fue un pintor tunecino de estilo figurativo y marcada preferencia por la pintura de género. En su obra está muy presente la cultura popular de su país, cuyos símbolos y motivos ornamentales sirvieron como inspiración para muchas de sus composiciones.
Una parte muy importante de su temática se centra en la representación de mujeres en actividades cotidianas, recreativas o domésticas. En general, como podemos ver en las jugadoras de ajedrez de debajo de estas líneas, el artista presta especial atención a los motivos decorativos tradicionales, a los muebles, al vestuario de las protagonistas. Incluso a los trebejos.
Me ha sido imposible encontrar datos técnicos sobre su obra, por lo que no puedo datar ninguna de las composiciones que voy a comentar. La información que ofrezco la he obtenido en su mayor parte de la página de Facebook del artista (comisariada por Amin Bouker).
Temática y compositivamente muy cercano al anterior está la siguiente obra en la que destacan dos elementos muy significativos. El primero el Djebel Boukornine, el monte de dos cumbres, sagrado para los antiguos cartagineses, y muy presente en la obra de Jellal ben Abdallah. El monte puede verse, al otro lado del golfo de Túnez, desde Sidi Bou Said, la localidad natal del pintor. El otro son los «mashmoun», ramilletes de flores de jazmín, la flor nacional de Túnez, que las mujeres utilizan como zarcillos o llevan simplemente en las manos.
Jellal ben Abdallah recibió múltiples encargos oficiales para decorar, bien al fresco bien con paneles cerámicos, edificios públicos.
También se prodigó en pintar naturalezas muertas y paisajes. O naturalezas muertas con paisaje, como el ejemplo siguiente, en el vemos una granada y unas gafas encima de un tablero de ajedrez, mientras que al fondo, tras el mar, se yergue el Djebel Boukornine. La granada es un fruto de gran contenido simbólico, la fertilidad, sin ir más lejos, por la abundancia de semillas que produce. Aquí aparece asociado al juego, como una promesa de victoria. Por cierto, como veremos en la próxima entrada, el tablero que aparece reproduce uno de los que tenía el artista y que había fabricado él mismo.
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