miércoles, 6 de febrero de 2019

FANTÔMAS vs C—21

Fantômas es un personaje literario creado por los franceses Pierre Souvestre y Marcel Allain protagonista de cuarenta y tres novelas (treinta y dos escritas al alimón y once por Allain en solitario tras la muerte de Souvestre). Fantômas es el malo malísimo por antonomasía. Sociópata, asesino sádico y despiadado, ladrón, maestro del engaño y el disfraz... Nadie sabe cuál es su verdadera identidad ni, muchas veces, la razón de sus crímenes, que parecen ser perpetrados solo por el mero placer de cometerlos. En definitiva, el auténtico «genio del mal» y el prototipo de todos los archivillanos que han venido después.

Con estos mimbres no es de extrañar que su figura obtuviese un éxito inmediato y sin precedentes —hoy en día su figura parece estar algo de capa caída, superada probablemente por la realidad— y que rápidamente surgieran todo tipo de adaptaciones; al cine, al teatro, al cómic...

Y una de las adaptaciones al cómic es la que nos interesa hoy. Concretamente la hecha en México a finales de los años 60 del siglo XX por la editorial Novaro. El Fantomas de la editorial Novaro fue creado por el guionista Guillermo Mendizabal y el dibujante Rubén Lara, aunque a lo largo de los años se sucedió un pequeño ejército de dibujantes y guionistas al frente de la publicación que llegó hasta finales de los 90, cuando se clausuró definitivamente la serie. Cubierto siempre por una máscara blanca —o disfrazado de cualquier persona— y asisitido por el Zodiaco, doce sexys e inteligentes señoritas, este Fantomas sigue siendo un ladrón pero ahora más parecido a Robin Hood que a su sicópata precedente francés. Y con conciencia de clase, en sus páginas se combate la corrupción, se denuncia la explotación, la desigualdad, la guerra y en general los motivos espurios tras los que se escuda el poder.

Con el tiempo, «Fantomas, la amenaza elegante» (este era el título completo de la obra) se ha convertido en una serie de culto. Una de las característas fundamentales de la serie es la enorme cantidad de referencias culturales que contiene, sobre todo de arte, pero también de filosofía, literatura, ciencia o música, y la gran cantidad de personajes reales que desfilan por sus páginas: Salvador Dalí, Sigmund Freud, Einstein, Madonna... El culmen está en el episodio titulado «La inteligencia en llamas». Por sus páginas desfilan nada más y nada menos que Julio Cortazar, Alberto Moravia, Octavio Paz y Susan Sontag.

El sufrido aficionado al ajedrez que haya aguantado hasta aquí va a tener su recompensa. En el número 206, aparecido el 19 de marzo de 1975 con dibujos de Víctor Cruz y guion de Gonzalo Martré, se publica El futuro de Fantomas en el que Fantomas viaja al futuro. ¿Y qué hace en el futuro? Jugar al ajedrez, por supuesto. Y con un robot que es como una premonición de AlphaZero ya que parece capaz de autoaprendizaje. Véanlo.







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