El fotógrafo australiano Bill Gekas ha creado una obra singular en la que su hija es la protagonista absoluta de la mayoría de sus composiciones. Efectivamente, Athena Gekas posa, frecuentemente en ropa de época, para que su padre realice una suerte de homenaje a la pintura clásica europea —con particular atención a la pintura holandesa del siglo XVII; Rembrandt, pero también Veermer— cuyas obras fundamentales parece haber estudiado en profundidad.
Por la noche jugamos, la obra de hoy, es una inquietante y onírica imagen en la que resuenan los ecos de la Alicia de Carroll.
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