En el crepúsculo, si estás
de veras solo, mira,
lo que se dice solo, vienen,
poquito a poco en torno tuyo,
levísimos fantasmas, tus recuerdos.
José riéndose, su vaso
junto a la sapientísima naríz
capaz de discernir
el olor de lo eterno
en el breve grosor de la cerveza.
José —José riéndose.
Una partida de ajedrez,
jugada por nosotros dos,
ha de quedar, no piensa usted,
siempre honorablemente a tablas,
dice José, riendo entre la espuma.
La brisa en las arecas, y el cristal
tan firme y frío de la mesa,
y en torno los demás, los entrañables
—refugio, abrigo nuestro.
Ni arecas ni cristal, José
se acabó la cerveza.
Sólo su risa oculta permanece
como un farol iluminando
las piezas, el vitral
de blancura y negror. ¡Ah, tablas,
mi querido José! Pero su risa, sí,
me tumba el rey definitivamente.
Arrecia el viento en las arecas, mira,
y a solas yo —lo que se dice a solas.
FICHA TÉCNICA
ELISEO DIEGO
OBRA POÉTICA
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. MÉXICO, 2009
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