Ali Akbar Sadeghi es uno de los artistas iraníes contemporáneos más importantes. Su actividad se ha desarrollado fundamentalmente en el campo de la pintura aunque también ha trabajado en ilustración y diseño gráfico y en la producción y dirección de cine de animación. Su estilo, iconografía y temática hunden sus raíces en la tradición persa y están muy influidos por las ideas surrealistas.
En 1974 dirigió el cortometraje رخ (La torre) cuya trama es una partida de ajedrez.
En esta obra se pueden apreciar perfectamente las dos influencias que apuntábamos más arriba. Sobre la iconografía de tradición persa poco hay que decir ya que es evidente a poco que se recuerde el aspecto de los emperadores sasánidas o de los soldados partos en la estatuaria antigua. Sí me gustaría insistir en el hecho de que, fieles a su etimología, los alfiles estén representados por elefantes. Hace poco hablábamos de este tema a propósito de una obra de Marina Molares. También llama la atención que el rey vaya acompañado por un visir, según la tradición oriental, y no por una reina, a la occidental. Sobre el surrealismo tampoco le quedará mucha duda a nadie después de observar ciertas capturas o cómo se realizan los enroques.
En su página web el autor dice que «esta obra humorística de animación examina el absurdo de la política y la guerra y la postura de la sociedad atrapada entre esos conceptos».
En lo ajedrecistico, la partida se desarrolla por los cauces de la variante del cambio de la apertura de Ruy López, la apertura española. Se distinguen perfectamente los primeros movimientos:
En lo ajedrecistico, la partida se desarrolla por los cauces de la variante del cambio de la apertura de Ruy López, la apertura española. Se distinguen perfectamente los primeros movimientos:
A partir de este momento soy incapaz de seguir correctamente la partida, convertida en una barahúnda que resulta en la total aniquilación de ambos ejércitos. Solo los reyes sobreviven y se enzarzan en un nuevo juego que propone una circularidad sin fin.
Me resulta difícil no recordar, dado el final del cortometraje, los versos de otro persa, este poeta, que vivió a caballo entre los siglos X y XI y del que ya hemos hablado en relación con un soneto de Borges: Omar Jayyan.
Uno de los Rubaiyats de Jayyan reza así (en la traducción de Joaquín V. González realizada en 1926):
Nosotros, piezas mudas del juego que Él despliega
sobre el tablero abierto de noches y de días,
aquí y allá las mueve, las une, las despega,
y una a una en la Caja, al final, las relega.
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Conocí la obra de Ali Akbar Sadeghi en el extraordinario blog "El Hurgador [Arte en la red]"
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