«Una manada de ñus» es un libro de relatos de Juan Bonilla publicado en 2013. El título anuncia una poderosa imagen que se relaciona con los personajes que vamos a encontrar en el libro. Como sabemos por los documentales de la televisión, todos lo años una inmensa cantidad de ñus abandona los pastos resecos del Serenguetti para alcanzar los más verdes y frescos de Masai Mara. En su migración deben cruzar ríos en los que les esperan, hambrientos, los cocodrilos. Todos hemos visto en esos documentales como los ñus se apelotonan en la escarpada ribera de un río, dudando sobre si atreverse o no a entrar en el agua. Al final se deciden y algunos son atacados por los cocodrilos y devorados mientras que los demás pasan a toda prisa sin mirar siquiera de reojo a sus compañeros caídos. Unos mueren para que otros se salven. Horrible metáfora de la condición humana.
Pues bien, para Bonilla, los protagonistas del libro son como esos ñus apelotonados en la orilla del río, temerosos de que, de dar el primer paso, seguramente serán ellos los devorados por los cocodrilos. Y esos ríos infestados de cocodrilos habrá que cruzarlos innumerables veces en la vida. Todos, por supuesto, podemos ser ñus, algunos quizá más ñus que otros. Y algún que otro cocodrilo también hay...
El primero de los relatos de libro, Había una manera, cuenta unas supuestas simultáneas que el legendario jugador de ajedrez norteamericano Robert «Bobby» Fischer, campeón del mundo entre 1972 y 1975, habría dado en España años después de su renuncia a disputar el título frente a Karpov. En las simultáneas, después de acabar con facilidad con todos sus rivales, solo un adolescente aguanta al campeón. Durante un tiempo, parece que el muchacho tiene las de ganar pero la ventaja va desapareciendo y al final el simultaneador propone unas tablas que son aceptadas. Al estrechar la mano de su rival, Fischer le susurra unas palabras. El adolescente no sabe inglés y no entiende lo que le dice, pero otro adolescente, que había jugado en la mesa de al lado y que si sabía inglés asegura que el Gran Maestro norteamericano había dicho que no era tablas, que había una manera de ganar. Esa frase de Fischer atormentará a los dos muchachos durante bastante tiempo. ¿Había dicho Fischer realmente eso? ¿Había entendido bien la frase? Pero sobre todo ¿de verdad «había una manera» de ganar esa posición?
Pese a su indudable interés, el relato tiene algunos detalles puramente ajedrecísticos que son matizables. Por ejemplo, no es normal que en una simultánea a 50 tableros, como la que se plantea en el relato, se emplee reloj ni tampoco que participen jugadores profesionales en contra del simultaneador (ambas cosas pueden darse, pero en simultáneas a muchos menos tableros) y tampoco es normal, aunque también es posible, que el simultaneador ceda las blancas a su rival. Incidentalmente, Fischer hablaba con corrección el castellano aunque si se hubiera dirigido en nuestra lengua a su rival no habría habido cuento.
Hay pocas imágenes de las simultáneas celebradas por Bobby Fischer en España y de no muy buena calidad. La que subo es una fotografía de una fotocopia ampliada a gran tamaño tomada en el Club de Ajedrez de Mataelpino y pertenece a la colección de Ricardo Lamarca. En ella vemos a Fischer en presencia del Dr. Rey Ardid y otros que no he sabido identificar en una de las dos sesiones que el de Brooklyn dio en Madrid en diciembre de 1970.
FICHA TÉCNICA
JUAN BONILLA
UNA MANADA DE ÑUS
PRE-TEXTOS. VALENCIA, 2013
2 comentarios:
Muy interesante, como todo lo que subes, incluida la foto.
Gracias por la visita, Antonio.
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