Segunda obra de Kristian Zahrtmann (1843-1917) que presentamos en ARTEDREZ. Se trata de otra pintura de historia ambientada en la corte danesa, corte que como hemos visto da mucho juego en conspiraciones y extravíos.
La escena en cuestión nos muestra a los cuatro personajes de un drama que se desarrolló en Dinamarca el año 1772. A la izquierda, jugueteando indolentemente con una ave exótica, Christian VII (1749-1808), rey de Dinamarca y Noruega, de los vendos y de los godos, duque de Schleswig, Holstein, Stormarn y Dithmarschen y conde de Oldenburg y Delmenhorst. Pese a sus muchos títulos, era una persona mentalmente enferma —y además un canalla— que fue abandonando progresivamente sus responsabilidades institucionales para entregarse a una conducta estrafalaria y libertina. Por las noches, salía a vejar a aquellos de sus súbditos que tenían la mala fortuna de encontrárselo.
A continuación, jugando al ajedrez, encontramos a la reina Carolina Matilda de Gran Bretaña (1751-1775). Se había casado a los quince años con Christian, que era su primo en primer grado, quien nunca le dispensó el menor cariño. Se cuenta que el rey declaró que entonces «no estaba de moda amar a la propia esposa». Quizá aquí encontremos la clave de la fidelidad de la condesa Leonora Christina a su marido, tal y como vimos en la otra obra de Zahrtman que publicamos, porque esta dijo del conde su marido «se comportaba como un amante, no como un marido». Carolina, casi una niña, sola en un país extraño, abandonada por su marido, fue presa fácil del primero que mostró cierta simpatía por ella.
Este fue su rival en la partida, Johann Friedrich Struensee (1737-1772), médico real. La influencia que ejercía sobre Christian era tal que le llevó a ser regente de facto del país. Sus medidas de corte progresista: abolición de la tortura y el trabajo esclavo, reducción de los privilegios nobiliarios, reforma agraria, junto con el escándalo suscitado por sus relaciones adúlteras con la reina propiciaron su caída en desgracia.
Observando la partida, la vencedora final del drama. La reina madre Juliana María de Brunswick-Wolfenbüttel (1729-1796), madrastra del rey y opositora feroz a Struensee , a quien consiguió alejar del poder, arrestar y ejecutar en 1792 y a Carolina Matilda, a quien desterró a Alemania. Su hijo fue nombrado regente, ante la incapacidad de Christian, aunque fue ella la que ejerció el poder real. Bajo su gobierno, extremadamente conservador, la nobleza no solo conservó sino que aumentó sus privilegios de forma notable.
FICHA TÉCNICA
KRISTIAN ZAHRTMANN
ESCENA DE LA CORTE DE CHRISTIAN VII (1873)ÓLEO SOBRE LIENZO. 92 x 83 cm.
COLECCIÓN HIRSCHSPUNG. COPENHAGUE
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