Roma. 16 de febrero de 1978
ALDO MORO
—¿Te gusta más el póquer, verdad?
ENRICO BERLINGUER
— Sí.
ALDO MORO
— En el ajedrez resulta casi imposible marcarse un farol. El único capaz de hacerlo es Mijaíl Tal, el mago de Riga. Soviético, como todos los mejores. Ataca sacrificando piezas. Parece que va a perder, confunde a su adversario, lo estresa. Pero siempre gana. Yo no puedo hacerlo, necesito una estrategia menos impulsiva.
Diálogo de la película Berlinguer. La grande ambizione (La gran ambición. Andrea Segre. Lucky Red, 2024) entre Aldo Moro (1916-1978) y Enrico Berlinguer (1922-1984).
El contexto de la película es el periodo conocido en Italia como «el compromiso histórico». Propuesto por el secretario general del Partido Comunista Italiano, Enrico Berlinguer, consistía en favorecer la colaboración de las tres fuerzas mayoritarias del mapa político italiano de la época —la Democracia Cristiana, el Partido Comunista Italiano y el Partido Socialista Italiano— para fortalecer la democracia y evitar una deriva autoritaria. El compromiso saltó por los aires con el secuestro y posterior asesinato del presidente de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, por parte de las Brigadas Rojas.
El diálogo es una referencia a la complicadísima política italiana en la que la ausencia de mayorías estables obligaba a a establecer coaliciones contra natura en medio dificilísimas negociaciones.
La alusión al octavo campeón del mundo, el soviético/letón Mijaíl Tal (1936-1992) puede considerarse anacrónica. Aunque en 1978, fecha en la que transcurre la película, Tal seguía siendo un ajedrecista formidable, su halo de jugador invencible, forjado en su triunfo en el mundial de 1960, había quedado atrás. Tampoco estamos de acuerdo en que fuera un farolero, simplemente veía muy lejos.
En la escena se ve un tablero de ajedrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario