domingo, 30 de abril de 2023

SAM HURT


Dibujo de Sam Hurt publicado en The New Yorker el 16 de enero de 2023. El texto dice: Normalmente, juegas al ajedrez online, ¿no?

Lo bueno de jugar online es que el tablero sale bien colocado por defecto.

sábado, 29 de abril de 2023

NATHAN NEVER

Nathan Never es un cómic italiano de estilo ciberpunk (la rama de la ciencia ficción que se ocupa de la vida en sociedades situadas en un futuro cercano en el que las distancias entre la realidad y la realidad virtual se han atenuado mucho, utilizando códigos muy cercanos al género negro). Lleva publicándose ininterrumpidamente desde los años 90 del siglo XX, por lo que se ha convertido en un éxito editorial de la editorial Sergio Bonelli.

La idea original de la serie fue de los guionistas Michelle Medda, Antonio Serra y Bepi Vigna, mientras que el dibujo y el aspecto visual de los personajes se debió a Claudio Castellini. Como es de suponer en una serie que lleva treinta años en prensa, a lo largo de los años se han sucedido gran número de guionistas y dibujantes.

En un futuro distópico (¿qué futuro no es distópico?), con la sociedad sumida en la violencia y el caos, la seguridad ciudadana ha quedado en manos de agencias privadas. Una de ellas, la Agencia Alfa, la trabajo al héroe epónimo de la serie. Los enemigos de la agencia son, generalmente, megacorporaciones privadas que actúan al margen de cualquier control ciudadano.

Varios personajes recurrentes forman la espina dorsal de la serie. Por supuesto, el propio Nathan Never, un expolicía de trágico pasado; Legs Weaver, experta en artes marciales y todo tipo de armas; y Sigmund Bagínov, un polaco tartamudo, genio de la informática.

Cubierta del número 295 de Nathan Never (diciembre de 2015) con dibujo de Sergio Giardo y color de Gianmauro Cozzi

En el episodio titulado Scacco matto (Jague mate), publicado  en diciembre de 2015, con guion de Giovanni Gualdoni y Davide Rigamonti y dibujo de Iván Zoni, el ajedrez tiene una presencia fundamental en la trama.

Un laboratorio de investigación ultrasecreto de una oscura corporación, la Armored Corporation, apunta sus misiles a Ciudad Este, el lugar donde transcurren las aventuras de Nathan Never, concretamente a uno de los hospitales de la ciudad.

Ninguna reivindicación, solo una amenaza: en tres horas los misiles partirán.

Una voz en off nos va contando la historia. Se trata de Ernest Noway, el campeón del mundo de ajedrez, considerado una, si no la más, de las personas más inteligentes de La Tierra.

Le vemos ganar el campeonato del mundo de ajedrez. (Por cierto, la partida que se ve es La inmortal. Los pacientes lectores de ARTEDREZ saben que cuando se pone una partida real en un cómic, el 90% de las veces es La inmortal). Pero también vemos su extremada soledad y su tristeza. Tal suele ser muchas veces el destino del genio.

Un caballo blanco en g7, la dama en f6... ¿Será La inmortal?

Caballo por dama, Ae7, jaque mate. ¡¡Es La inmortal!!

La Armored Corporation decide secuestrarlo para estudiar su cerebro y de esa forma mejorar la efectividad de sus armas. Para ello lo sumergen en una suerte de estado semivegetativo, conectado a un superordenador. Una suerte de fusión entre una las privilegiadas sinapsis cerebrales de Noway y la potencia de la inteligencia artificial.

Pero Noway es mucho Noway. Una de sus gestas en ajedrez fue derrotar a cuatro superordenadores en simultáneas. Así que no tarda en hacerse con el control de todos los sistemas informáticos de la Armored Corporation. Va a comenzar su venganza.

Aquí es donde entran en juego Nathan Never y la Agencia Alfa. 

A partir de este punto, la acción transcurrirá en un doble plano. El real, donde Natham Never y Legs Weaver intentarán expugnar la sede de la Armored Corporation; y el virtual, donde Sigmund Bagínov intentará ayudar desde la tecnología a sus compañeros.

El enfrentamiento entre Noway y Bagínov tomará la forma de una partida de ajedrez.

Bagínov vs Noway en el universo virtual

 
Noway elige una playa solitaria como telón de fondo de su encuentro virtual

Noway va sincerándose a lo largo de la partida con Bagínov y este empieza a comprender el sufrimiento del campeón. Cuando al final Noway muere, el cómic lo presenta  gráficamente como la caída del rey negro.

La muerte del campeón del mundo de ajedrez

Desactivada la amenaza sobre Ciudad Este, la vida sigue su rumbo. Al final, como dice Bgínov, «nadie echará de menos a un viejo ajedrecista solitario». Solo él mismo, que a lo largo de su partida ha llegado a conocerlo, le rendirá homenaje en una hermosa escena final en la que compra el rey negro de un antiguo juego de ajedrez y lo deposita sobre la arena de la playa donde Noway paseaba.

Sigmund Bagínov deposita un rey negro en la playa como homenaje a Noway

Las aguas del mar custodiarán su recuerdo

A continuación, La inmortal:

viernes, 28 de abril de 2023

ALEKSANDER POKŁAD


Aleksander Pokład (1969) es un pintor bielorruso afincado en Lituania. Con una temática centrada en la infancia y adolescencia, especialmente en los juegos infantiles, junto con escenas de género situadas en entornos rurales muy idealizados, Pokład construye un universo poético nostálgico y algo naif.

FICHA TÉCNICA
ALEXANDER POKŁAD
AJEDREZ
ÓLEO SOBRE LIENZO. 75 x 85 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

martes, 25 de abril de 2023

APRENDIENDO AJEDREZ


Fotografía de John Woods, tomada el 26 de agosto de 1961 en la escuela primaria Welby Way de California. Un grupo de colegiales atiende a las explicaciones del monitor Harold Milner, dentro de un programa de enseñanza del ajedrez promovido por el Consejo de Educación de Los Ángeles.

Sharon y Diana Jordan, de nueve y diez años respectivamente, estudian el tablero. Mientras, Nora Lee Conner, de seis años, mira fijamente al fotógrafo.

Esta fotografía se conserva en la Biblioteca Pública de Los Ángeles.

lunes, 24 de abril de 2023

BROCHA TEICHMAN

 


Brocha Teichman es una pintora norteamericana que utiliza para sus composiciones la técnica del impasto, que consiste en aplicar gruesas capas de pintura (fundamentalmente óleo) mediante una espátula o cuchillos de paleta. Es resultado son pinturas muy matéricas con fuertes texturas que dan cierta tridimensionalidad y un colorido especial a las obras.

Los temas preferidos de Brocha son los paisajes de Maryland o las montañas Castkill  y las costumbres y ritos hebraicos. También la vida callejera de Nueva York, como podemos ver en esta Partida de ajedrez en Union Square. Uno de los sitios emblemáticos del ajedrez callejero de la ciudad.

FICHA TÉCNICA
BROCHA TEICHMAN
UNION SQUARE CHESS MATCH
ÓLEO SOBRE LIENZO. 30,48 x 40,64 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

domingo, 23 de abril de 2023

LA HERENCIA


Lily Collins (Lauren Monroe) y Patrick Warburton (Archer Monroe) en una escena de Inheritance
El padre enseña a jugar a la hija al ajedrez como medio para inculcarle una serie de enseñanzas

Inheritance es una película de 2020 dirigida por Vaughn Stein

Un rico riquísimo muere dejando una doble herencia: una multimillonaria; la otra, maldita. La dineraria la reparte desigualmente: veinte millones para su hijo, uno solo para su hija. La herencia maldita se la deja toda a ella.

Empecemos por el final.

Un tipo emborracha a la mujer de un amigo y la viola. El marido lo descubre y decide castigarlo por su cuenta (sin leyes ni juicios). Lo atrae a una propiedad donde tiene una residencia de verano. En el trayecto atropella y mata a un transeúnte al que decide enterrar sin dar parte (sin juicios ni leyes). 

Encadena al violador en un búnker subterráneo donde, entre malos tratos frecuentes, lo mantiene encerrado de por vida con una sola hora de luz al día, alimentado con proteínas en polvo, con el único entretenimiento de un tablero de ajedrez y la única compañía de las ratas. De alguna manera, el preso consigue envenenar con un raticida a su carcelero y este muere. Aquí empieza la película.

El tablero de ajedrez sigue presidiendo el despacho de Archer Monroe tras su muerte

Descubrimos que la hija es fiscal del distrito y el hijo un congresista en pleno proceso de reelección. Cuando la hija recibe su herencia se perfila el tema de fondo de la película. El conflicto de intereses entre la lealtad a la familia o el respeto a la verdad.

Por supuesto, el primer impulso de la  mujer no es llamar a la policía y aclarar el asunto, no. Antes quiere saber. Saber si lo que cuenta el preso es verdad. Este, por supuesto, oculta la violación y dice que su prisión es porque fue testigo del atropello mortal.

Poco a poco va proporcionando pruebas de que lo que dice es verdad, al tiempo que destruye la reputación del magnate (señala dónde está el cuerpo enterrado, revela que mantuvo una amante hasta su muerte).

El mundo de la fiscal del distrito, que eligió su profesión para lavar su conciencia de las prácticas oscuras que dieron origen a la fortuna familiar, se tambalea. No ayuda descubrir que su hermano el congresista tampoco es muy sensible a la ética y se aprovecha de circunstancias deshonestas para prosperar en su carrera política.

Simon Pegg (Morgan Warner) y Lily Collins (Lauren Monroe) sellan un pacto

El preso presiona. Su única opción, la única opción conforme a la verdad y la ética es liberarle. Así lo hace ella. Además, lo indemniza con el millón de dólares de su herencia y le proporciona una nueva vida en un paraíso fiscal y natural a la vez.

Y aquí la película, como suele pasar en este tipo de producciones, da un muy poco sorprendente giro de guion. Resulta que el cautivo es malo (ustedes lo saben porque se lo he dicho yo al principio). Como dice Albert Camus en El hombre rebelde a propósito de Sade, pasar treinta años de injusto cautiverio no ayuda precisamente a dulcificar el carácter. Así que ahora es un sicópata sediento de venganza. Y esta venganza quiere cobrarla en los deudos de su captor. 

En rápida sucesión se sugiere que la fiscal es el fruto de la violación y que el carcelero es su verdadero padre. De ahí la herencia maldita que recibe. Ahorraremos al lector el resto de la película. Solo diremos que al final ganan los malos, digo los buenos.

Simon Pegg (Morgan Warner) en su cautiverio

El ajedrez aparece en un primer momento en esta película como un entretenimiento familiar, un tiempo compartido entre padre e hija en el que este no solo le enseña un juego, también aprovecha para inculcarle una serie de valores sobre la vida. Un momento iniciático que hemos visto muchas veces en la literatura y el cine. En un momento dado, el padre le dice algo así como: «en la vida como en el ajedrez lo importante no es dónde estás ahora, sino dónde estarás dentro de diez movimientos».

Las demás apariciones del ajedrez en la cinta tienen que ver con el personaje cautivo. Ya dijimos que un ajedrez es el único elemento de ocio en el bunker donde este esta encerrado. Su carcelero juega con él en las visitas diarias que hace para alimentarlo. Una hora al día, se nos dice en la película. 

El resto del tiempo si quiere jugar, tiene que hacerlo a oscuras. La presencia constante del tablero en estas escenas sugiere el análisis profundo realizado por el preso en el calabozo en aras de pergeñar un plan adecuado que le permita obtener la libertad. Un asunto de estrategia. Un asunto de planificación. Un asunto de ajedrez.

Al terminar el cautiverio, después de convencer a la fiscal de que lo libere, se lleva una pieza. Quizá, pensamos, como recuerdo. Pero cuando lo deja sobre el cadáver de otra de sus víctimas comprendemos que es una firma.

La firma de un asesino.


sábado, 22 de abril de 2023

RYSZARD DUDZICKI


 Serigrafía del artista polaco Ryszard Dudzicki (1930)



FICHA TÉCNICA
RYSZARD DUDZICKI
GRA W SZACHY (PARTIDA DE AJEDREZ), 1960
SERIGRAFÍA. 34 x 29,7 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

viernes, 21 de abril de 2023

SÉBASTIEN THIBAULT


Ilustración del artista canadiense Sébastien Thibault. Fue publicada por el semanario francés Le Nouvel Observateur el 27 de febrero de 2014 para ilustrar un artículo sobre las escuelas de negocios de ese país.

jueves, 20 de abril de 2023

OSCAR HAMMERSTEIN II


El letrista estadounidense Oscar Hammerstein II (1895-1960) jugando al ajedrez contra su hijo en un reportaje para la revista Life, publicado en enero de 1944, fotografiado por Walter Sanders (1897-1895).

Hammerstein —junto con el compositor Richard Rogers (1902-1979)— creó un gran número de musicales, algunos tan conocidos como The King and I (El rey y yo)  o The sound of music (Sonrisas y lágrimas) y obtuvo grandes reconocimientos por su labor, entre ellos dos premios Oscar. 

Un sobrino, John Steele Gordon, lo recuerda como muy aficionado al ajedrez (a todos los juegos en general), pero lo describe como el típico jugador que no para de molestar con su cháchara a los rivales.

Walter Sanders fue un fotógrafo estadounidense de origen alemán. Trabajó para Life y otras revistas de información gráfica, aunque también tuvo sus incursiones en el mundo de la moda. Como otros fotógrafos de origen alemán —el más conocido de ellos probablemente sea Andreas Feininger—, Sanders vio sus cámaras confiscadas durante unas semanas después de Pearl Harbour, mientras se certificaba su adhesión a los EE. UU.  

 

martes, 18 de abril de 2023

ANDREY FEDOROV


Andrey Fedorov (1961) es un pintor ruso figurativo de amplia temática y técnica realista. Hijo de un célebre paisajista ruso, también ha cultivado el paisaje en la línea del realismo ruso. Sin embargo, su obra más personal reflexiona sobre el papel que los antiguos mitos tienen en el mundo moderno.

En el cuadro que mostramos, Hijos de Babilonia, hay una adaptación moderna del mito bíblico de la torre de Babel, que se cuenta en Génesis 11:1-9 , que explica la división de la humanidad y las diferentes lenguas que se hablan. Es pues un cuadro sobre la incomunicación o, al menos, sobre las dificultades que encontramos a la hora de comunicarnos.

Ante un paisaje en el que se yergue una torre de Babel que recuerda la sección de un termitero, aparecen un hombre y una mujer, incidiendo en las dificultades de comunicación entre los sexos. A los pies de los personajes, la eterna oposición entre blancas y negras en el tablero de ajedrez refuerza la 

FICHA TÉCNICA
ANDREY FEDOROV
HIJOS DE BABILONIA (1992)
ÓLEO SOBRE LIENZO. 150 x 145 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
 

domingo, 16 de abril de 2023

DIEMER vs TROMMSDORF


Diemer vs. Trommsdorf es la primera novela del colombiano Mauricio Montenegro. Resultó ganadora del Premio Nacional de Novela Inédita 2020 del Ministerio de Cultura de Colombia. Editada por Seix Barral Colombia, también está disponible en edición electrónica.

Está inspirada en las andanzas de  Emil Josef Diemer, un ajedrecista alemán, cuya vida da desde luego para un libro y que resumimos brevemente antes de adentrarnos en la novela.

En 1931, un desempleado Diemer (nacido en 1908) decide afiliarse al NSDAP, el partido nazi, lo que motiva que fuera expulsado de su hogar por su padre. Obsesivo por naturaleza, se centra en trabajar para el partido y en jugar al ajedrez. Fue rechazado en su intento de ingresar en las S.A., pero se le encargó ser el reportero ajedrecístico del Reich, lo que le permitió viajar por toda Europa para cubrir los distintos torneos que se disputaban. Uno de ellos fue el legendario torneo AVRO de 1938, que reunió a los ocho mejores jugadores del mundo. 

Diemer hizo suyos los postulados de la Federación Alemana de Ajedrez y enfatizó el concepto de ajedrez como lucha y su importancia sicológica durante la guerra para contribuir al esfuerzo bélico. En 1943, publicó el ensayo Schach. Kampf und Kunst (Ajedrez: lucha y arte) en el que diferenciaba entre el ajedrez judío, timorato y cobarde, y el ario, combativo, valiente y arriesgado, según había formulado Franz Gutmayer (1857-1937), el principal impulsor de las ideas antisemitas en ajedrez.

En esto llegó a pasarse de frenada al acusar a Klaus Junge, el más prometedor de los jugadores jóvenes alemanes y miembro del partido nazi (moriría muy joven unos días antes del final de la guerra), de ser poco combativo y anticuado, lo que le costó una reprimenda de la jerarquía nazi que significó su caída en desgracia.

Después de la guerra, las cosas se pusieron mal para Diemer. Sobrevivió escribiendo artículos para multitud de revistas (lo que le ocasionó algunos problemas con el gremio periodístico porque se ofrecía para trabajar por tarifas inferiores a las habituales), publicando algunos libros y dando simultáneas. Pese a esta actividad frenética, vivía al borde de la subsistencia. Era un asceta: apenas comía, no bebía, no fumaba; según confesó a su biógrafo Georg Studier (Emil Joseph Diemer, ein Leben für das Schach im Spiegel seiner Zeit —Una vida para el ajedrez en el espejo de su tiempo—. Dresden 1996) no conoció mujer, al menos en el sentido bíblico de la cuestión. 

En 1953, en un confuso incidente en el que acusó a los directivos federativos de pederastia y corrupción de menores, fue expulsado de la Federación de Ajedrez de la República Federal de Alemania. Desde ese momento, tuvo que contentarse con jugar en Holanda y Suiza.

Sin embargo, fue en esta época en la que logró su mayor éxito competitivo: el primer puesto en el torneo B de Hoogovens de 1956 (aunque sin jugadores de renombre entre los participantes, salvo Joaquim Durão, pero el portugués todavía no era maestro internacional)

Sin embargo, un mal resultado en un torneo cambió su vida. En una revista femenina leyó un artículo sobre los biorritmos y ahí quiso ver la clave de sus problemas. Poco después, descubrió la obra de Nostradamus y comenzó a estudiarla con pasión. Pronto creyó haber descubierto el código que usaba Nostradamus para sus predicciones (la objeción de que parecía raro que el código estuviera oculto en una traducción moderna al alemán de las Profecías en vez del original francés de 1555 no hizo mella en su ánimo) y se centró en su estudio dejando de lado todo lo demás.

Aquejado de grafomanía, se ha calculado que escribió cerca de 10.000 cartas sobre sus investigaciones sobre Nostradamus, por las que esperaba recibir el premio Nobel. Y también por miles se contaban los análisis sobre sus queridas líneas de gambito que enviaba a cuanto ajedrecista entrara en su radio de acción. El propio excampeón mundial, Max Euwe (1901-1981), que acogió con simpatía las primeras cartas que Diemer le envió, pidió compresión a este ante los miles de análisis que le enviaba, explicándole que no podía dedicar su vida entera a analizar su gambito. 

En los años sesenta del siglo XX, comenzó a mostrar un comportamiento errático (una vez entró a gritos en un funeral afirmando que allí se estaba enterrando a un hombre vivo, denunció ante las autoridades que el río Rin se había secado y que la ciudad de  Heilderberg había recibido el impacto de bombas atómicas. Se dice que los funcionarios municipales se echaban a temblar cuando sonaba el teléfono, temiendo que fuera Diemer otra vez, anunciando el Apocalipsis.

En 1965, Diemer fue ingresado en un hospital siquiátrico, donde se le prohibió jugar al ajedrez. Allí estuvo internado hasta 1971, fecha en la que por mediación de algunos admiradores se le permitió volver a jugar al ajedrez y fue readmitido en la federación alemana de ajedrez. Sin embargo, ante la imposibilidad de mantenerse a si mismo, siguió residiendo en el hospital como mediopensionista.

Hasta su muerte en 1990 (aquí le falló el código de Nostradamus, porque él mismo había predicho que viviría hasta 2010, lo que le hubiera llevado hasta los 102 años de vida) fue sostenido económicamente por un grupo de aficionados que admiraban su juego de ataque  y sus fulgurantes combinaciones del mate.

Es difícil establecer la fuerza real de Diemer. Chessmetrics no tiene estadísticas sobre él. En opinión del gran maestro de los Países Bajos Hans Ree (1944) no pasaba de ser un maestro mediocre. El punto fuerte de Diemer era la táctica. Jugando aperturas muy irregulares, extraños gambitos y líneas secundarias logró brillantes remates contra jugadores de segundo nivel. Eso le hizo un jugador muy popular entre los aficionados en los torneos en los que participaba, pero poco más.

Hoy en día es recordado fundamentalmente por su revisión del antiguo gambito de Blackmar. Gracias a su práctica frecuente de esta apertura, hoy en día es conocido como el gambito Blackmar-Diemer. 

El grito de guerra de Emil Josef Diemer era: «¡Juega el gambito Blackmar-Diemer y el mate vendrá solo!». Lo complementaba con: «el gambito Blackmar-Diemer puede cambiar a un hombre».

La novela se articula en torno a una partida real, disputada el 4 de abril de 1973 en Bagneux (Francia) que es considerada por algunos dentro de las diez partidas más espectaculares de la década de los 70 del siglo XX (algo muy subjetivo, para mí no lo es) que le enfrentó al francés Fro Trommsdorf y narra los recuerdos de un Diemer ya anciano mientras juega la partida. Repasará su vida mientras analiza variantes y valora posiciones.

La tesis que defiende Montenegro es que todo lo que hizo Diemer en su vida fue atarse a la seguridad de las reglas, que dan sentido a la vida y que nos alejan del caos ingobernable que es la existencia. «El tablero le da la seguridad que le quita la vida», afirma en un momento de la novela. Cuando percibió que el ajedrez le podía fallar, se aferró a la numerología. No sería sino otro elemento de orden, de razón, de lógica al que aferrarse.

Lógicamente, estas premisas solo pueden llevar a la derrota. La vida, nos dice el autor, no es un juego y el azar representa una fuerza demasiado poderosa para ponerle riendas.

Como curiosidad, el seudónimo empleado por Mauricio Montenegro para presentarse al concurso fue el nombre de un jugador de ajedrez de la antigua Yugoslavia: Bruno Parma. 

Terminemos echando un vistazo a la partida que es la columna vertebral de la novela: 
 




FICHA TÉCNICA
MAURICIO MONTENEGRO
DIEMER vs TROMMSDORF
SEIX BARRAL. BOGOTÁ, 2021

NOVELA DE AJEDREZ

Cubierta de la edición de Novela de ajedrez de Stefan Zweig editada por Alianza Editorial, junto con Mendel el de los libros, en su mítica colección El libro de bosillo.

El diseño de la cubierta es de Manuel Estrada y la fotografía de Javier Ayuso.

jueves, 13 de abril de 2023

DOMINGOS MERINO MEXUTO


Domingos Merino Mexuto (1939-2018) fue el primer alcalde democrático de la ciudad gallega de La Coruña después de la dictadura del general Franco. Además, fue un ajedrecista de buen nivel. Maestro Nacional, con un ELO FIDE máximo de 2266, y finalista del Campeonato de España en varias ocasiones.

En el Campeonato de Europa por equipos de 1970, disputado en la ciudad austriaca de Kapfenberg, participó como décimo tablero del seleccionado español. Logró una puntuación de 2,5 puntos sobre seis partidas (+2=1-3). Quizá su mayor éxito deportivo fue la victoria que consiguió en este campeonato sobre el ajedrecista esloveno, que jugaba en aquel entonces bajo bandera yugoslava, Albin Planinc.

Esta es la partida:


Abandonó la práctica del ajedrez de competición con el advenimiento de la de democracia, en 1977, para dedicarse de lleno a la política. En el blog de José Sande, Sandeajedrez, se puede encontrar una buena semblanza del político y ajedrecista gallego. 

El retrato que recuerda a Domingos Merino en la Galería de Alcaldes del Pazo de María Pita, sede del ayuntamiento de La Coruña, recuerda su condición de ajedrecista. Es obra del artista Alberto Policarpo Álvarez Martín (1936-2015), aunque firmaba sus obras bajo el nombre de Alberto Carpo. Carpo fue un pintor figurativo, centrado temáticamente en la figura de la mujer; además fue un prolífico retratista, realizando más de mil encargos de todo tipo de personalidades públicas.

El retrato de Domingos Merino incluye dos detalles significativos: la torre que hay sobre el tablero representa la torre de Hércules, monumento emblemático de la ciudad que le vio nacer y de la que fue regidor, y el arcoíris que vemos a través de la arquería hace referencia a su orientación sexual. Domigos Merino fue un político atípico, poco afecto al protocolo, dimisionario,  ante el asombro de quienes pedían su dimisión (ni entonces ni ahora, nadie dimite nunca, ya lo saben ustedes) y homosexual. En eso también fue un pionero.

miércoles, 12 de abril de 2023

CECILIA DĄBROWSKA


CecIlia Dąbrowska (1960) es una pintora polaca de estilo figurativo. Su temática es fundamentalmente el retrato de personajes femeninos. Una de sus series presenta a una mujer sentada frontalmente ante el espectador, tocada con grandes sombreros o pamelas, acompañada de animales (mayoritariamente gatos) y con algún accesorio que da título a la composición. El que mostramos en la entrada de hoy se llama Ajedrez.

FICHA TÉCNICA
CECILIA DĄBROWSKA
SZACHY (AJEDREZ), 2021
ACRÍLICO SOBRE LIENZO. 50 x 70 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

martes, 11 de abril de 2023

MINNIE WARREN vs COMODORO NUTT


Huldah Pierce Warren Bump (1849-1873), conocida en el mundo del espectáculo como Minnie Warren, fue una actriz y cantante aquejada de enanismo. George Washington Morrison Nutt, Comodoro Nutt , (1848-1878) por su parte, fue un artista de variedades con idéntica patología. Ambos trabajaron para P. T. Barnum, empresario del mundo del espectáculo y poseedor de circos, teatros, museos y diversas empresas de entretenimiento más.

Barnum se especializó en exhibir lo que se vino en llamar «Freak Shows» (Espectáculos de rarezas humanas), siguiendo una tradición secular por la que la gente pagaba por ver a personas con características físicas especiales: enanos, gente obesa, gente extremadamente flaca, mujeres barbudas y un sin fin de cosas más. Quien haya visto la película de Tod Browning «Freaks» (Metro-Goldwyn, Mayre, 1932) sabrá de qué va la cosa.

Los artistas enanos de Barnum conocieron una extraordinaria popularidad a mediados del siglo XX, llegando a ser recibidos por jefes de Estado, como la reina de Inglaterra (Victoria II) o el presidente de los EE. UU., Abraham Lincoln, y atraían multitudes a los espectáculos de la empresa.

Para publicitar sus espectáculos, se simuló un romance entre Minnie y el Comodoro (ya saben ustedes que lo de engañar al público es algo que viene de lejos) y ambos artistas eran retratados en su intimidad: jugando al ajedrez, en el supuesto momento de la petición de mano o como padrinos de la que se llamó «La boda de las hadas». El enlace entre otra pareja de enanos de la compañía de Barnum, George Thumb y Lavinia Warren (hermana de Winnie y verdadero amor de Nutt).

La mayoría de estas fotos corrieron a cargo de Matthew Brady (1822 aprox.-1896), un pionero de la fotografía norteamericana que retrató a personajes de actualidad en su estudio de Nueva York. Sin embargo su contribución más importante a la fotografía fue ser uno de los primeros reporteros de guerra. Durante la Guerra de Secesión, viajó por los escenarios de la guerra para retratar a generales y soldados de ambos bandos y, sobre todo, las atrocidades que cometían.

La fotografía de Minnie Warren y el Comodoro Nutt jugando al ajedrez está tomada en el estudio de Matthew Brady en 1863.

lunes, 10 de abril de 2023

LA PARTIDA FINAL


Otra novela en la que se juega al ajedrez en los campos de exterminio alemanes entre los guardianes nazis y los prisioneros judíos. Y como de costumbre, con la vida de alguien en juego, para no escatimar morbo. Empiezan a ser legión. Tantas hay que pareciera que no se hacía otra cosa allí dentro.

Y no es que no se jugara en los campos de concentración y de extermino al ajedrez, se jugaba y a veces arriesgando mucho en el hecho mismo de jugar, sino que la posibilidad de que verdugos y víctimas jugaran juntos era punto menos que imposible. 

Si hemos de creer a las personas que sobrevivieron a los campos de exterminio, como Primo Levi, autor de la Trilogía de Auschwitz, en la que da cuenta de su paso por Auschwitz-Monowitz, precisamente el campo en el que transcurre la novela, y no hay ninguna razón para no creerlos, «el sistema nazi, prudentemente, hacía que el contacto directo entre esclavos y señores se redujese al mínimo». De hecho, Levi solo tuvo un encuentro con un miembro de las SS y fue al final de la guerra, cuando el sistema había saltado por los aires. Eran otros presos, fundamentalmente comunes, los temibles kapos, los que se ocupaban de los internos.

Otra cosa era con otro tipo de prisioneros —de guerra fundamentalmente— con los que los guardianes nazis podían mezclarse y llegar a tener algún tipo de contacto. Pero torneos entre guardianes nazis y presos judíos para demostrar la supremacía en el ajedrez, como últimamente la literatura y el cine se empeñan en contarnos, no hubo. Ni podía haberlos. No había ninguna supremacía que dilucidar: los judíos eran subhumanos que debían ser aniquilados. Punto.

El único trabajo que conozco que estudia el ajedrez en los campos de concentración es un artículo de Daniel Logemann titulado Playing Chess in Concentracion Camps. An Inmaterial and Material Practice of Stabilization, publicado en 2013 en el Anuario de Antropología que edita la Universidad Nicolás Copernico de Toruń (Polonia).

Logeman enfatiza lo importante que era para los internos el ajedrez. Las partidas permitían tener contacto con otros presos, facilitaba poder evadirse, aunque fuera ligeramente, de la terrible realidad en la que se hallaban y lograba retener un atisbo de civilización en un entorno feroz e inhumano.

Gran parte del libro que comentamos se desarrolla en Ámsterdam, en 1962, durante la disputa de un Torneo Interzonal. Los Interzonales eran torneos que permitían clasificarse para el Torneo de Candidatos, que determinaba el aspirante a enfrentarse con el Campeón del Mundo, eran pues torneos de gran importancia en el calendario internacional. En 1962 se disputó realmente un Interzonal en Estocolmo, que vio una de las más sonadas victorias de Bobby Fischer. 

El resto de la novela transcurre en los campos de exterminio nazis. Ya hemos adelantado parte del argumento. Un prisionero judío empieza a ganar fama de imbatible al ajedrez entre los internos del campo de Auschwitz, los nazis tienen noticia de ello y deciden enfrentarlo con sus mejores jugadores para dilucidar quién es el mejor. Como para un preso que ha perdido ya a su familia y teme perder la vida en cualquier momento, jugar al ajedrez con alguno de sus guardianes puede no ser una prioridad, se le incentiva ofreciéndole una recompensa: con cada victoria salvará un vida.

Con todo, el tema recurrente de la novela es el perdón. ¿Cabe la posibilidad de perdón cuando se han vivido situaciones tan extremas como el Holocausto? La novela intenta dar respuesta, con regular fortuna, a esa pregunta.

Ajedrecísticamente, la cosa no empieza muy bien ya desde la sobrecubierta de la edición española. Un hombre, ataviado con el uniforme a rayas verticales grises y azules que llevaban los presos de los campos de concentración nazis, sitúa una pieza (la dama o el rey blancos, no sabemos) en el centro de un tablero. El tablero está mal colocado, incumpliendo la norma de que una casilla blanca debe estar siempre a mano derecha del jugador.

La edición original elimina de forma radical la posibilidad de cometer este error


Por supuesto, no podemos achacar al autor lo que una editorial haga con las sobrecubiertas, pero la cosa no mejora cuando empezamos la novela. De entrada, los Interzonales se disputaron casi siempre por un sistema de liga que enfrentaba a todos contra todos y no en un sistema de eliminatorias tipo copa, como se dice. Tampoco los árbitros sorteaban el color con el que iban a jugar los contendientes en la misma mesa de juego, segundos antes de empezar la partida, por el procedimiento de ofrecer dentro de sus puños cerrados dos peones, uno de cada color, a uno de los jugadores para que eligiese. Y por supuesto, los jugadores no podían solicitar un descanso en medio de la partida Y nos reservamos algunas inexactitudes más.

La descripción de las estrategias de juego y de las partidas es floja. Suele limitarse a mostrar cambios masivos de piezas. Y se dicen cosas como que un jugador esperaba que Miguel Najdorf empleará contra él su célebre defensa y se sorprende cuando el polaco le responde con un Gambito de Dama. Por si algún lector no está familiarizado con las aperturas de ajedrez, la variante Najdorf de la defensa Siciliana puede darse cuando las blancas mueven, en su primera jugada, el peón de rey. El gambito de Dama es una apertura que se plantea cuando el blanco mueve en su primera jugada el peón de dama. Para enfrentarse a la Siciliana Najdorf es imprescindible salir de rey. No me extraña que perdiera.

Cada capítulo lleva como título un término ajedrecístico, casi siempre el nombre de una apertura, que suele hacer referencia a alguna partida real o a alguna partida que se describe en el texto. Tengo que reconocer que en muchos capítulos he sido incapaz de entender a qué se referían los títulos. Al parecer, la versión original contiene un glosario en el que se explican pormenorizadamente, pero este glosario se ha omitido en la versión española del libro.

Por último, aunque en el libro no viene ningún diagrama ni ninguna partida anotada, creo que he podido reconstruir a partir de las descripciones dadas en el texto la «partida final» del libro. Sería esta: 


Después de la jugada 12 del negro, el narrador comenta lo siguiente. «Su ataque (el de las blancas) estaba cobrando forma con una falange de peones que dominaban el centro del tablero y un formidable trío de dama, caballo y alfil en la retaguardia. En cambio, la posición de las negras parecía desorganizada y sin propósito claro». A mí no me lo parece. La presión sobre el peón de d4 es muy molesta y las negras parecen tener planes prometedores con Tc8, h5 o hasta Cb4. Eso incluso aunque las blancas no cometieran el clamoroso error de la jugada 13.

FICHA TÉCNICA
JOHN DONOGHUE (THE DEATH'S HEAD CHESS CLUB. ATLANTIC BOOKS LTD. LONDON, 2015)
LA PARTIDA FINAL
PLANETA. BARCELONA, 2022
TRADUCCIÓN DE ALBERT FUENTES SÁNCHEZ

domingo, 9 de abril de 2023

SPENCER MONTERO


El fotógrafo británico, pero radicado en España, Spencer Montero encontró a unos hombres jugando una partida de ajedrez en una mezquita de Olgii, Mongolia, en 2015.

Spencer es un fotógrafo de viajes y retratos con un especial interés por los pueblos del mundo. Su obra puede admirarse en su cuenta de Instagram y en su web.

domingo, 2 de abril de 2023

PERO... ¿HUBO ALGUNA VEZ ONCE MIL VÍRGENES?

En Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?, una novela de 1931 de Enrique Jardiel Poncela, hay dos curiosas referencias al ajedrez.

La novela glosa la figura de un Don Juan, Pedro de Valdivia, lejano descendiente del conquistador de Chile, que desde su más tierna infancia tuvo claro lo que quería ser en la vida: un sinvergüenza. Y vaya si lo logró.

Su mentor en el arte de la sinvergonzonería fue su tío Félix de Valdivia, tan sinvergüenza como él. En un momento dado, Félix es apuñalado por una de sus amantes despechadas y en el lecho de muerte mantiene la siguiente conversación con su sobrino:

—Pide un ajedrez

Pedro intentó una protesta. El tío Félix le atajó.

—Pide un ajedrez, Pedrito. No soy de los que esperan la muerte rezando el rosario.

El mayordomo, el viejo mayordomo de Sagarreterrat, trajo un ajedrez (...)

Comenzó la partida. Pedro luchaba por ocultar su angustiosa emoción inclinando el rostro sobre el tablero.

El tío FéliX movía movía las piezas cada vez más torpemente. Sin embargo, diez minutos después, había conseguido acorralar a Pedro.

Trasladó de sito la torre.

Luego hizo una jugada de alfil, que colocaba al adversario en jaque mate.

—Estoy muerto, tío Félix —confesó Pedro.

—Y yo también, hijo mío —replicó él.

Cayó hacia atrás en el sillón.

Fueron sus últimas palabras.

Gran parte de la novela transcurre en clubes y casinos frecuentados por la gente de bienes, en donde entre otras cosas es habitual que los socios jueguen al ajedrez. En una escena, ambientada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el narrador nos cuenta lo que está pasando en los salones. En uno de ellos:

Más allá otros socios agotaban todas sus provisiones de estatismo empeñados en una partida de masturbación cerebral. (Ajedrez.)

Por la época en que está escrita la novela, por su estilo moderno y vertiginoso, por su sofisticación y elegancia, pienso que estilo que más se aproxima a ella es el Art Déco. Así que acompañamos esta nota con una portada de la revista Vogue de enero de 1929, solo un par de años antes de que se publicara la novela. La mujer retratada en la portada bien podría ser Vivola Adamant, la auténtica heroína de la novela.

El autor del dibujo es un artista español muy poco conocido Guillermo (William) Bolin. La obra que he podido conocer está realizada en los EE. UU. para revistas de moda como la propia Vogue y Vanity Fair


FICHA TÉCNICA
ENRIQUE JARDIEL PONCELA
PERO... ¿HUBO ALGUNA VEZ ONCE MIL VÍRGENES?
CÍRCULO DE LECTORES. BARCELONA, 2003