Salamandra Graphic acaba de publicar Samuel & Beckett, una novela gráfica que biografía la figura del premio nobel irlandés Samuel Beckett (1906-1989) en el original estilo del que Javier Olivares y Jorge Carrión ya dieron cuenta en Warburg & Beach, libro que comentamos en su momento.
El interés de Beckett por el ajedrez es bien conocido. Aprendió a jugar en el seno de su familia, siendo su hermano mayor Frank y su tío Edward —quien había logrado una legendaria victoria sobre Capablanca en unas simultáneas celebradas en Dublín— los que le introdujeron en el juego.
En torno a 1925, formó parte del equipo de ajedrez del Trinity College de Dublín, donde cursó sus estudios universitarios.
En el verano de 1940, Beckett pasó varias semanas en Arcachon, donde coincidió con Marcel Duchamp y Jean Crotti. Los tres hombres jugaron mucho al ajedrez en un café frente al mar. Poco después, durante la II Guerra Mundial, Beckett colaboró con la Resistencia. Descubierto por los nazis, tuvo que refugiarse en la pequeña localidad de Rousillon, donde comenzó a escribir su novela Watt, y siguió jugando al ajedrez.
Durante toda su vida, Beckett siguió la actualidad ajedrecística por la prensa: leía la columna de Duchamp en Ce Soir y posteriormente la de Arrabal en Le Monde. Y poseía una selecta biblioteca de ajedrez, cuyos volúmenes anotaba cuidadosamente. Entre sus libros se contaban colecciones de partidas de Alekhine, Tal, Petrosian, Spassky y Fischer; libros de Reuben Fine o Irving Chernev; y libros de finales artísticos de Henri Rinck.
Además, incluyó una partida —delirante partida— en su novela Murphy y es comúnmente aceptado que el subtexto más importante de su obra de teatro Fin de partida, de la que se ha llegado a decir que los personajes se mueven en escena inspirados en el final analizado por Duchamp en su libro sobre las casillas conjugadas, es el ajedrez.
Gran parte de estos hechos son reflejados en el libro de Carrión y Olivares.
Este dibujo corresponde a su paso por el equipo universitario de ajedrez |
La huida a Roussillon, el comienzo de la redacción de Watt y la muerte de Alfred Péron, su contacto con La Resistencia. |
Probablemente, ver a Beckett reproducir partidas de libros y revistas, sin contrario aparente, llevó a la idea de que estaba jugando contra sí mismo |
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