viernes, 27 de mayo de 2016

PEÓN DE REY


«Peón de rey» es una novela de Pedro Jesús Fernández publicada en 1998. El título de la obra se refiere a uno de los grandes tópicos de la literatura que emplea como recurso argumental, metafórico o expresivo el ajedrez: la manipulación de las personas como simples trebejos al servicio de un plan que se les escapa y en el que sólo son instrumentos de una voluntad ajena. En este caso, el título además es descriptivo de la trama de la obra, ya que su protagonista, Raoul de Hinault, es un instrumento, un peón, de Alfonso X «el Sabio», el rey ajedrecista por antonomasia. 

El libro presenta una intriga de corte policíaco en la que el protagonista debe realizar una investigación con el propósito de descubrir la verdad sobre un crimen. En sus elucubraciones, identifica la intriga entera como un problema de ajedrez que debe resolver. Así, en un momento dado de la acción reflexiona: «Yo iba abstraído, contemplando la situación y empezando a encajar las piezas de aquel complicado tablero de ajedrez». 

Esta comparación entre los problemas del mundo real y los problemas de ajedrez, es también tópica en la literatura. Más explícito aún, en el sentido de lo escrito anteriormente, es el comentario de Raoul, ya seguro del  verdadero alcance de su misión, en el que se queja de los errores a los que su vanidad le ha llevado: «haciéndome creer que era parte fundamental de una partida de ajedrez, en la que me creí visir y sólo era peón» hasta asumir su verdadero papel en la trama: «el de una pieza capaz de moverse y realizar ataques por sí misma, pero en todo caso, mero instrumento de un programa mucho más global».

Aparte de esto, Pedro Jesús Fernández relata, por boca del propio rey «Sabio», una anécdota legendaria en la que se explica cómo la ciudad de Sevilla se salvó de ser conquistada por las tropas de Alfonso VI de León, llamado «el Bravo», gracias a la derrota al ajedrez que sufrió el propio rey a manos de Abū Bakr Muḥammad ibn ˁAmmār (Abenámar, Abenámar, moro de la morería), visir de la taifa sevillana del rey poeta Muhammad ibn ‘Abbad al-Mu‘tamid.

Según las crónicas, ante la inminente llegada de los ejércitos cristianos, ibn ˁAmmār mandó construir un juego de ajedrez de ébano y sándalo incrustado de oro e hizo llegar a Alfonso noticia de su existencia. El rey pidió ver dicho juego, quedó prendado de él e intentó adquirirlo. Ibn ˁAmmār propuso una partida en la que, si salía perdedor, entregaría el juego a Alfonso, pero si ganara, se reservaría el derecho a hacer una petición al rey. El rey leonés rehusó, temeroso de no poder cumplir las peticiones de ibn ˁAmmār, pero algunos nobles, sobornados por el oro andalusí y engañados por ibn ˁAmmār sobre sus verdaderas pretensiones, influyeron decisivamente en Alfonso y este, finalmente, aceptó el reto. Ibn ˁAmmār ganó la partida y pidió la retirada de los ejércitos cristianos. Aunque la cólera de Alfonso fue notable y, en un principio, pareció no estar dispuesto a cumplir su juramento, los consejos de sus nobles le recordaron que el más grande de los reyes de la cristiandad no podía faltar a su palabra y deshonrarse.

No le quedó más remedio a Alfonso que retirar a sus hombres, aunque se quedó con el juego de ajedrez y, de pasó, aprovechó para doblar el tributo que el rey sevillano le entregaba anualmente.

A propósito de éste último, la novela también recoge un poema suyo que hace mucho al caso:

Todo tiene su término fijado, y hasta 
muere la muerte como mueren las cosas.
El destino tiene el color del camaleón,
hasta su estado fijo es mudadero.
Somos para su mano un juego de ajedrez;
quizá se pierde el rey por causa de un peón.     

Se supone que al-Mu‘tamid escribió este poema en la cárcel norteafricana donde fue conducido por los conquistadores almorávides. En él se aprecia la idea del ajedrez como metáfora del destino, que tiene un larga tradición que se remonta hasta Omar Jayyam y llega, como poco, hasta Borges; y se apuntan otros como el simbolismo de las piezas y la representación de las distintas clases sociales por éstas. Pero, esto será tema de otras entradas.

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La portada del libro de Pedro Jesús Fernández reproduce el folio 82 recto del "Libro de los Juegos" de Alfonso X, «el Sabio». Representa el llamado Gran Ajedrez que se disputa en un tablero de 12x12 casillas.

La anécdota de la partida entre ibn ˁAmmār y Alfonso VI se recoge en Claudio Sánchez Albornoz y Aurelio Viñas. “Lecturas históricas españolas”, Madrid, 1981, pp. 65-66., basada en las “Crónicas árabes y cristianas recogidas por Dozy”.




FICHA TÉCNICA
PEDRO JESÚS FERNÁNDEZ
PEÓN DE REY
ALFAGUARA. MADRID, 1998

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