sábado, 29 de abril de 2023

NATHAN NEVER

Nathan Never es un cómic italiano de estilo ciberpunk (la rama de la ciencia ficción que se ocupa de la vida en sociedades situadas en un futuro cercano en el que las distancias entre la realidad y la realidad virtual se han atenuado mucho, utilizando códigos muy cercanos al género negro). Lleva publicándose ininterrumpidamente desde los años 90 del siglo XX, por lo que se ha convertido en un éxito editorial de la editorial Sergio Bonelli.

La idea original de la serie fue de los guionistas Michelle Medda, Antonio Serra y Bepi Vigna, mientras que el dibujo y el aspecto visual de los personajes se debió a Claudio Castellini. Como es de suponer en una serie que lleva treinta años en prensa, a lo largo de los años se han sucedido gran número de guionistas y dibujantes.

En un futuro distópico (¿qué futuro no es distópico?), con la sociedad sumida en la violencia y el caos, la seguridad ciudadana ha quedado en manos de agencias privadas. Una de ellas, la Agencia Alfa, la trabajo al héroe epónimo de la serie. Los enemigos de la agencia son, generalmente, megacorporaciones privadas que actúan al margen de cualquier control ciudadano.

Varios personajes recurrentes forman la espina dorsal de la serie. Por supuesto, el propio Nathan Never, un expolicía de trágico pasado; Legs Weaver, experta en artes marciales y todo tipo de armas; y Sigmund Bagínov, un polaco tartamudo, genio de la informática.

Cubierta del número 295 de Nathan Never (diciembre de 2015) con dibujo de Sergio Giardo y color de Gianmauro Cozzi

En el episodio titulado Scacco matto (Jague mate), publicado  en diciembre de 2015, con guion de Giovanni Gualdoni y Davide Rigamonti y dibujo de Iván Zoni, el ajedrez tiene una presencia fundamental en la trama.

Un laboratorio de investigación ultrasecreto de una oscura corporación, la Armored Corporation, apunta sus misiles a Ciudad Este, el lugar donde transcurren las aventuras de Nathan Never, concretamente a uno de los hospitales de la ciudad.

Ninguna reivindicación, solo una amenaza: en tres horas los misiles partirán.

Una voz en off nos va contando la historia. Se trata de Ernest Noway, el campeón del mundo de ajedrez, considerado una, si no la más, de las personas más inteligentes de La Tierra.

Le vemos ganar el campeonato del mundo de ajedrez. (Por cierto, la partida que se ve es La inmortal. Los pacientes lectores de ARTEDREZ saben que cuando se pone una partida real en un cómic, el 90% de las veces es La inmortal). Pero también vemos su extremada soledad y su tristeza. Tal suele ser muchas veces el destino del genio.

Un caballo blanco en g7, la dama en f6... ¿Será La inmortal?

Caballo por dama, Ae7, jaque mate. ¡¡Es La inmortal!!

La Armored Corporation decide secuestrarlo para estudiar su cerebro y de esa forma mejorar la efectividad de sus armas. Para ello lo sumergen en una suerte de estado semivegetativo, conectado a un superordenador. Una suerte de fusión entre una las privilegiadas sinapsis cerebrales de Noway y la potencia de la inteligencia artificial.

Pero Noway es mucho Noway. Una de sus gestas en ajedrez fue derrotar a cuatro superordenadores en simultáneas. Así que no tarda en hacerse con el control de todos los sistemas informáticos de la Armored Corporation. Va a comenzar su venganza.

Aquí es donde entran en juego Nathan Never y la Agencia Alfa. 

A partir de este punto, la acción transcurrirá en un doble plano. El real, donde Natham Never y Legs Weaver intentarán expugnar la sede de la Armored Corporation; y el virtual, donde Sigmund Bagínov intentará ayudar desde la tecnología a sus compañeros.

El enfrentamiento entre Noway y Bagínov tomará la forma de una partida de ajedrez.

Bagínov vs Noway en el universo virtual

 
Noway elige una playa solitaria como telón de fondo de su encuentro virtual

Noway va sincerándose a lo largo de la partida con Bagínov y este empieza a comprender el sufrimiento del campeón. Cuando al final Noway muere, el cómic lo presenta  gráficamente como la caída del rey negro.

La muerte del campeón del mundo de ajedrez

Desactivada la amenaza sobre Ciudad Este, la vida sigue su rumbo. Al final, como dice Bgínov, «nadie echará de menos a un viejo ajedrecista solitario». Solo él mismo, que a lo largo de su partida ha llegado a conocerlo, le rendirá homenaje en una hermosa escena final en la que compra el rey negro de un antiguo juego de ajedrez y lo deposita sobre la arena de la playa donde Noway paseaba.

Sigmund Bagínov deposita un rey negro en la playa como homenaje a Noway

Las aguas del mar custodiarán su recuerdo

A continuación, La inmortal:

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