En el segundo capítulo, titulado El rey demonio, se continúa la trama que vimos iniciarse en el tomo anterior. El profesor Flint pretende demostrar su hipótesis de que una de sus pacientes está poseída por el espíritu de un jugador francés dieciochesco, François Antoine de Legall, sire de Kermour. El nombre de Legall se ha escrito de muchas formas, pero parece que el que utilizamos en esta nota es el real.
Ante una representación de miembros de la Federación Inglesa de Ajedrez —obviaremos el hecho de que la Federación Inglesa de ajedrez no se fundó hasta 1904 mientras que la acción transcurre en 1851— y alienistas, un jugador, suponemos que profesional, se enfrenta a la mujer.
Algunos comentarios que emiten los espectadores al encuentro son desconcertantes —no tengo ni idea de qué puede ser «la cantinela de loco» en un contexto ajedrecístico— o desafortunados —en la fecha en que de Legall habría hecho su ataque encubierto en Berlín, 1788, el francés tenía ya ochenta y seis años—. Lo más interesante del caso es que la jugadora poseída utiliza el rey de las negras para invocar a un demonio e iniciar una revuelta...
Mientras, una de las heroínas de la historia, a quien han recluido con malas artes en el sanatorio, observa estupefacta la acción.
—Checkmate! (Jaque mate) —La... ¡La cantinela del loco! —¡El mismo ataque encubierto que usó Kermur de Legal en Berlín en 1788! |
¡Rei! ¡Rei con nosotras! |
¡Doctor Flint! ¡Las pacientes! ¡Están fuera de sí! Como en mayo... |
¡Venga a nosotros el reino del rey Demonio! |
¡Tenía una idea muy distinta del ajedrez! |
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