sábado, 15 de diciembre de 2007

EL MOVIMIENTO 36

Hace unos días ha saltado a los medios de comunicación la noticia de que unos científicos coreanos han obtenido por clonación dos gatos que brillan en la oscuridad si son expuestos a una luz ultravioleta. Esto es: han creado gatos fluorescentes.

La verdad es que en los tiempos que corren ya ni las extravagancias consiguen ser originales.

El arte le ha ganado la carrera a la ciencia. El brasileño Eduardo Kac ya había hecho lo propio en el año 2.000 con un conejo; en realidad con una conejita, Alba. El animalito había sido manipulado genéticamente para incorporarle un gen proveniente de una medusa que tiene la capacidad de brillar al ser iluminado por una luz especial. Había nacido el Arte Transgénico que, en palabras de su propio inventor, “es una nueva forma de arte basada en el uso de la ingeniería genética para transferir genes naturales o sintetizados a un organismo y así crear seres vivos únicos”. Parece de ciencia ficción, ¿verdad?

Bueno, ¿y qué? –se estará preguntando Vd., Lector-. ¿Qué tiene que ver esto con el ajedrez?

Pues tiene, porque una de las siguientes obras de Arte Transgénico es la siguiente:

Es también obra de Eduardo Kac y se llama Move 36 (Jugada o movimiento 36). Es una instalación en la que se presenta una mesa con un tablero de ajedrez cuyos escaques negros están hechos de tierra y los blancos, de arena blanca. El tablero está desprovisto de trebejos y en uno de los escaques crece una planta.

El título de la obra hace referencia a la segunda partida del match entre la supercomputadora Deep Blue y Kasparov celebrado en Nueva York en 1997 y que supuso la primera derrota de un Campeón del Mundo en ejercicio frente a un ordenador. Quiero decir en un encuentro a varias partidas, el propio Kasparov había perdido una partida contra una versión anterior de Deep Blue pero logró salir victorioso en el cómputo final.

El movimiento 36 de Deep Blue en la segunda partida del match fue considerado por Kasparov como una jugada impropia de un ordenador por su profundidad estratégica. La planta, lógicamente, crece en la casilla donde fue realizado el movimiento 36 de las blancas en dicha partida. Además, la planta ha sido modificada genéticamente. El artista ha incluido un nuevo gen en la planta. Un gen creado expresamente para esta obra y que traduce en código ASCII la máxima de Descartes: cogito ergo sum. La instalación se completa con unos paneles donde se proyectan diversas imágenes y que pretenden evocar a los jugadores ausentes.

Ha llegado el momento, Lector, de ver la partida en la que se inspira esta obra.

DEEP BLUE - KASPAROV,GARY KIMOVICH
C93 APERTURA RUY LÓPEZ, VARIANTE SMYSLOV

NUEVA YORK, 1997

1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ab5 a6 4. Aa4 Cf6 5. O-O Ae7 6. Te1 b5 7. Ab3 d6 8. c3 O-O 9. h3 h6
10. d4 Te8 11.
Cbd2 Af8 12. Cf1 Ad7 13. Cg3 Ca5 14. Ac2 c5 15. b3 Cc6 16. d5 Ce7 17. Ae3 Cg6
18. Dd2 Ch7 19 a4 Ch4 20. Ch4 Dh4 21.
De2 Dd8 22. b4 Dc7 23. Tec1 c4 24. Ta3 Tec8 25. Tac1 Dd8 26. f4 Cf6 27. fe5 de5 28. Df1 Ce8 29. Df2 Cd6 30. Ab6 De8 31. T3a2 Ae7 32. Ac5 Af8
36. ab5

Así que éste es el movimiento que asombró a Kasparov, y b5 el escaque honrado con la designación como hogar de un ser vivo nuevo y nunca visto antes sobre la faz de la tierra. La posición merece un diagrama:



Por si a alguien le interesa, la partida terminó así:

36. … ab5 37. Ae4 Ta2 38. Da2 Dd7 39. Da7 Tc7 40. Db6 Tb7 41. Ta8 Rf7 42. Da6 Dc7 43. Dc6 Db6 44. Rf1 Tb8 45. Ta6

Y Kasparov abandonó.

La verdad es que en este punto estaba encantado de haber descubierto esta obra. No sólo incita a la reflexión sobre las fronteras que delimitan la capacidad de la mente humana y la capacidad de la llamada inteligencia artificial; a la reflexión sobre los límites de la ciencia, y también del arte, claro está. Además, a mi modo de ver, el hecho de ser b5 el escaque elegido refuerza su valor simbólico.

Sobre todo si consideramos que fue a esa casilla a la que llevó su alfil Ruy López de Segura en su obra de 1561 Libro de la invencion liberal y arte del juego de Ajedrez, considerado con justicia el primer tratado técnico sobre el juego. Esta jugada, Alfil a b5, fue el aporte más perdurable de Ruy López a la teoría de las aperturas. En su honor dicho sistema de apertura se conoce en todo el mundo como la apertura española, salvo en España donde se prefiere denominarla con el nombre de su creador. El éxito de la apertura de Ruy López fue tal que se ha seguido jugando hasta el día de hoy. Incluso en la partida que estamos comentando en estas páginas.

Es un hecho llamativo que el destronamiento del ser humano (Kasparov puede considerarse el último campeón del mundo absoluto de ajedrez. Kramnik, su sucesor, sólo será ya el campeón humano del mundo) en la supremacía del ajedrez se haya producido con la apertura que ideó el que es considerado oficiosamente como el primer campeón del mundo. Extraño hermanamiento entre el primero y el último de una estirpe.

Pero una mirada más detenida a la obra de Kac echó un borrón en mi entusiasmo.


Como puede verse en la imagen de arriba, la planta está creciendo en un escaque negro. Lógico si recordamos que las casillas negras son de tierra y las blancas, de arena. Pero, ¡coño!, b5 es un escaque blanco. Ya lo era en tiempos de Ruy López y lo sigue siendo ahora. Alguien, el autor o algún empleado de la galería donde se exhibió la obra, depositó la semilla o trasplantó el plantón a otra casilla. ¡La planta transgénica está creciendo en la casilla equivocada!

Yo no sé a Vd, Lector, pero a mí me ha sacudido un escalofrío. En los libros de terror que devoraba con pasión en mi juventud, un pequeño error, como éste, solía ser el desencadenante de las más horribles catástrofes.

6 comentarios:

Alviseni dijo...

Yo quisiera tener un tablerofluorescente. Interesante observación. Qué novela de ajedrez me recomienda, bueno, no menciono las que he leído porqeu son más de 10, pero tal vez me menciones una que no haya leído yo. Saludos.

Mariano García Díez dijo...

No sé. Es difícil recomendar alguna sin saber las que has leído. Me atrevo con una que quizá conozcas: "Amphitryon" de un compatriota tuyo, Ignacio Padilla. En España se leyó bastante y obtuvo algún premio importante. Una partida de ajedrez es muy importante en la trama.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...
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josémiguel dijo...

Quizás por casualidad he leído el texto. "El movimiento 36", un título demasiado neutro como para creer que llego a él porque me llama, o me grita. Sin embargo, cuantas sonrisas me ha dado: juega su desarrollo finamente, y el detalle de la casilla: ¡qué modo de dar jaque, hermanos! Hasta me resultó borgiano, lo confieso. ¿Y no son los textos de Borges un constante juego de ajedrez?

Mariano García Díez dijo...

Muchas gracias por su comentario, amigo varraz. Tengo intención de hacer algo sobre Borges, pero de momento no sé cómo hacerlo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Es la jugada 37 la que dejó turulato a Kasparov. Pudiendo ganar material, prefiere Ae4, convirtiendo en intocable el centro de peones. Es una jugada estratégica a muy largo plazo. Kasparov dijo "Esa jugada se le puede ocurrir a Karpov, pero jamás a una máquina". Se marchó convencido de que esa jugada la había hecho un humano de altísimo nivel, no un programa. La 37. No pasa nada. Yo también me equivoco muchas veces. Manuel.