lunes, 25 de septiembre de 2023

LA GUERRA DE LAS SALAMANDRAS

En La guerra de las salamandras, la obra más conocida del checo Karel Čapek (1890-1938), encontramos el siguiente pasaje:

Aquel oficial —Bellamy se llamaba— era un hombre inteligente y silencioso, formidable jugador de ajedrez.

(,,,)

Dos meses más tarde estaba yo jugando una partida de ajedrez  con el señor Bellamy, en el hall del Hotel France de Saigón; desde luego, yo ya no estaba como marinero en su barco.

—Oiga, Bellamy, le dije, usted es un hombre decente y, ¿cómo se dice?, un gentleman. ¿No siente a veces cierta sensación de que está sirviendo para algo que, en el fondo, es la más miserable forma de esclavitud?

Bellamy se encogió de hombros.

—Las salamandras son salamandras —gruñó desviando el tema.

Hace doscientos años también se decía que los negros eran sólo negros.

—¿Y acaso no es verdad? —dijo Bellamy—. ¡Jaque!

Perdí aquella partida. De pronto me pareció que cada jugada que se presentaba en el tablero ya se había hecho alguna vez. Quizá nuestra historia también había sido vivida ya alguna vez, y nosotros movemos las figuras con los mismos movimientos y alcanzando las mismas derrotas que en tiempos pasados. Quizá precisamente un hombre tan decente y silencioso como Bellamy había cazado alguna vez negros en la Costa de Marfil para llevarlos a Haití o Luisiana, dejándolos morir en las bodegas de los barcos. Entonces aquel Bellamy tampoco imaginaba que hacía nada malo. Los Bellamy nunca creen que hacen nada malo. Por eso son incorregibles.

—Han perdido las negras —dijo Bellamy satisfecho, y se levantó para desperezarse.

La guerra de las salamandras es una novela distópica en la que la humanidad vive un momento de gran crecimiento y enorme prosperidad gracias al descubrimiento de una nueva especie animal, una salamandra gigante que se creía extinguida (Andrias scheuchzeri). Estas salamandras, dotadas de cierta inteligencia y lenguaje, son utilizadas como mano de obra barata en multitud de trabajos. Son anfibias, fuertes y sumisas. Todos los países del mundo se entregan a la cría intensiva de salamandras para que trabajen en  los oficios más penosos. 

Pero las salamandras se van organizando, algunas cursan estudios superiores, y pronto empiezan a reivindicar ciertos derechos. Armadas, los hombres les han facilitado dinamita para realizar grandes obras submarinas, las salamandras comienzan a demoler las costas de los continentes para ganar más espacio de océano en el que mantener a su creciente superpoblación. A la humanidad no le quedó más remedio que refugiarse en las montañas más altas.

La novela es una crítica profunda al carácter destructivo del capitalismo, capaz de armar a sus enemigos solo por hacer negocio, cerrar sus ojos frente al avance del fascismo y mantener una profunda hipocresía en su trato con los trabajadores. También, como ejemplifica el fragmento que hemos elegido, a la indiferencia ante el mal de personas que no se sienten responsables de sus actos y simplemente aducen que hacen su trabajo. 


Ilustramos la nota de hoy con una fotografía robada de la página de Facebook del Club de Ajedrez Saigon, que se reúne en el Sofitel Saigon Plaza, en la antigua Saigon, hoy Ciudad Hồ Chí Minh, muy cerca de donde se disputa la partida descrita en la novela.

FICHA TÉCNICA
KAREL ČAPEK
LA GUERRA DE LAS SALAMANDRAS
LIBROS HIPERIÓN. MADRID, 1992
TRADUCCIÓN DE ANA FALBROVÁ Y CIRO ELIZONDO

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