sábado, 21 de julio de 2018

EL SINDICATO DE POLICÍA YIDDISH

El sindicato de policía yiddish es una novela del norteamericano Michael Chabon (premio Pulitzer en 2001) publicada en 2007 que presenta una curiosa mezcla de géneros ya que se trata de una ucronía —o historia alternativa— contada en clave de género negro.

El marco en el que Chabon sitúa su historia es el siguiente: en algún momento de la II Guerra Mundial, los soviéticos se vieron incapaces de frenar el empuje alemán en el frente oriental y tuvieron que rendirse ante el Eje. Esto dejó solos a los norteamericanos frente a los nazis por lo que aquellos tuvieron que recurrir al poco glorioso recurso de dejar caer una bomba atómica sobre Berlín para decidir la guerra a su favor. 

Marilyn Monroe es la primera dama de los Estados Unidos, por lo que el mundo se perdió el cumpleaños feliz más tórrido de la Historia, y Orson Welles ha conseguido rodar su anhelada versión de El corazón de las tinieblas.

Vladimir Lyubarov. El final del juego, 1999
El Estado de Israel fue fundado igualmente el 14 de mayo de 1948 pero salió derrotado por las naciones árabes en la guerra que se declaró al día siguiente y los judíos fueron expulsados de Oriente Medio. Los norteamericanos los acogieron en Alaska, de donde, después de una difícil convivencia con las naciones indias, están a punto de ser expulsados otra vez hacia una nueva diáspora. Y es allí, en Alaska, en medio de la incertidumbre hacia lo que deparará el futuro, donde Meyer Landsman, uno de los policías más borrachos y atormentados de la enorme caterva de personajes borrachos y atormentados que nos ha legado la literatura negra, tiene que resolver un caso de asesinato. Como las desgracias rara vez vienen solas, la nueva supervisora de la policía yiddish, es decir la supervisora de Landsman, es su exmujer.

Boris Dubrov. La partida de ajedrez
En el infecto hotel donde Landsman intenta disolver su fracaso en alcohol se comete un asesinato. Han matado a otro inquilino que intenta hacer los propio con la heroína y el ajedrez. En medio de una horrible resaca, el policía se juramenta para resolver el caso cueste lo que cueste. Mínima solidaridad entre perdedores. El muerto, que fue asesinado precisamente mientras estaba sentado delante de un tablero de ajedrez, se llamaba Emanuel Lasker. No era, por supuesto, el segundo campeón del mundo de ajedrez, sino un pobre diablo que había elegido como apodo el nombre del legendario jugador.

El fracaso de la URSS en la guerra había impedido que la enorme progresión del ajedrez soviético de posguerra se produjera y el testigo fue recogido por Israel. De hecho, en la novela se cuenta que en 1980, un judío de nombre Melekh Gaystik se proclamó Campeón del Mundo al derrotar en San Petersburgo a Jan Timman, convirtiéndose en el primer campeón israelí de la historia. 

Moshe Rynecki. Los jugadores de ajedrez, s/f
Muchos de los protagonistas de la novela tienen una gran afición al ajedrez y algunos de ellos un gran nivel de juego. A lo largo de todo el libro la presencia del ajedrez será constante. Sobre todo porque buena parte de la trama gira entorno a averiguar quién estaba jugando al ajedrez contra Lasker en el momento de su muerte. Uno de los que no lo juega es el propio Landsman, fundamentalmente porque asocia el ajedrez con su padre, quien era un gran jugador, pero cuyos empeño en enseñarle a jugar al ajedrez detestaba. El progenitor de Landsman viene descrito así:
Todas las mañanas, lloviera, nevara o hiciera niebla, caminaba tres kilómetros hasta la cafetería del hotel Einstein, se sentaba a una mesa con tablero de aluminio del fondo, mirando a la puerta, y sacaba un ajedrez pequeño de madera de arce y cerezo que le había regalado su cuñado. Todas las noches se sentaba en el banco del fondo de la casita de la calle Adler donde creció Landsman, en Halibut Point, y revisaba las ocho o nueve partidas por correspondencia que tenía en marcha a la vez. Escribía comentarios para la Chess Review. Corregía una biografía de Tartakower que nunca terminó ni abandonó del todo. Obtuvo una pensión del gobierno alemán. Y con la ayuda de su cuñado, le enseñó a su hijo a odiar el juego que él amaba.
Victor Brindacht. Partida de ajedrez, s/f
Además, se habla mucho sobre el juego, con algún que otro tropiezo en la traducción (¡ay, esa Defensa de la Reina India!), se habla de Lasker —incluso de su libro no ajedrecístico Lucha—, de Capablanca, de Alekhine y de algunos jugadores más, sobre todo de Tartakower —e incidentalmente de Marcel Duchamp—, se cita el libro «Trescientas partidas de ajedrez» de Siegbert Tarrash, se habla de revistas como Chess Review... 

La investigación del caso nos sumerge en el mundo de los judíos ultraortodoxos y la búsqueda del Mesías ya que, según algunas corrientes del judaísmo, cada generación «produce» un candidato a Mesías, listo para asumir el liderazgo en el momento en el que se den las condiciones necesarias.


Dennis Bacchus. Jugando al ajedrez, s/f
En un momento dado, Landsman descubre que la posición que aparecía en el tablero en el momento de la muerte de Lasker no se correspondía con una partida sino con un problema, con una composición. 
—Me enseñó ese maldito problema suyo, el mate en dos movimientos —dice Hertz—. Me dijo que lo había sacado de un ruso. Me dijo que si yo lo solucionaba, entendería cómo se sentía.
Zugzwang —dice Bina.
—¿Eso qué es?
—Es cuando no tienes buenos movimientos —dice Bina—. Pero aun así tienes que mover pieza. 
—Oh —dice Ester-Malke, poniendo los ojos en blanco—. Ajedrez.
—Lleva días volviéndome loco —dice Hertz—. Todavía no puedo hacer mate en menos de tres movimientos.
—Alfil a c2 —dice Landsman—. Signo de admiración.
Hertz tarda un rato que a Landsman le parece largo, con los ojos cerrados, en entenderlo, pero por fin el anciano asiente.
Zugzwang —dice.
Aunque durante el texto se han dado algunas pistas sobre cómo estaban dispuestas las piezas en el tablero, en los agradecimientos Chabon desvela la fuente del problema que se describe en el libro, fuente que ya es conocida en ARTEDREZ. Se trata de una composición de Vladimir Nabokov de 1940 que se publicó por primera vez en su libro autobiográfico Speak, Memory de 1951.


Vladimir NABOKOV
Habla, memoria, 1951
#2                                                   (10+8)


La novela ganó en 2008 el premio Hugo, uno de los más importantes del mundo en el ámbito de la ciencia ficción.

FICHA TÉCNICA
MICHAEL CHABON
EL SINDICATO DE POLICÍA YIDDISH
MONDADORI. MADRID, 2008  

TRADUCCIÓN DE JESÚS CALVO
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VLADIMIR NABOKOV en ARTEDREZ

Más sobre los autores de las ilustraciones.





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