En El efecto Anthony Miles, una novela de 2015 de Rafael de la Torre que el autor tuvo que publicar a sus expensas al no encontrar editorial dispuesta a hacerlo, un periodista, que ha sido antes jugador de ajedrez profesional (con el título de Gran Maestro) e ingeniero, y un parado de larga duración se enfrentan a la maquinaría del Estado en una pugna en la que las miserias del sistema económico y la instrumentalización de los poderes públicos están en el centro de su argumento. En esta lucha, no podía ser de otra forma, los individuos tienen todas las de perder.
El título de la novela hace referencia a una partida famosa, disputada durante la celebración del Campeonato Europeo por Equipos de 1980, que enfrentó al entonces vigente campeón del mundo, el soviético Anatoly Karpov, y a Anthony Miles, primer tablero de Inglaterra. En aquella partida, el que fuera el primer británico en obtener el título de Gran Maestro respondió a la primera jugada de Karpov (1. e4) con la sorprendente 1 ... a6 (denominada en ocasiones como defensa Saint George), jugada que contraviene todos los preceptos bien sean románticos, clásicos, hipermodernos o de cualquier otra escuela de pensamiento ajedrecístico sobre cómo deben jugarse las aperturas.
Sin embargo, Miles ganó. Karpov, quizá ofuscado por lo que pudo considerar una falta de respeto, no juzgó, en contra de lo que solía sr habitual en él, adecuadamente la posición resultante después de la apertura, emprendió un ataque muy artificial y terminó perdiendo la partida.
Y eso sería el «efecto Anthony Miles»: exacerbar la soberbia del rival, del enemigo, provocarlo con algo objetivamente malo e intentar aprovechar la sorpresa y hacer que la propia inercia del rival juegue en su contra.
Y la partida que le dio nombre es esta:
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