En
el Museo Británico se conserva un grabado
a la punta seca, obra del artista danés Frans Schwartz, que muestra a dos
mujeres sentadas a una mesa y ocupadas en un juego de tablero que no puede
identificarse con seguridad en la imagen. En la descripción de los fondos del
museo se sugiere que pudieran estar jugando al ajedrez. Sin embargo, el propio
nombre de la composición, “Halma”, grabado en capitales en la esquina inferior
derecha, parece desmentirlo.
Probablemente,
las dos mujeres estén jugando precisamente al halma, del griego άλμα
(salto), un juego inventado en 1883 por el estadounidense George Howard Monks.
En este juego se emplea un tablero escaqueado de 16x16, aunque existen
versiones para tableros de 10x10 y 8x8, y se disputa entre dos o cuatro jugadores.
Cada
jugador dispone de 19 piezas (13 en el caso de que se enfrenten cuatro
jugadores) que se colocan en las esquinas del tablero y el objetivo del juego
es trasladar todas las piezas, alternando el turno cada jugador, hasta el
rincón opuesto al de salida. Gana quien primero coloca todas sus piezas sobre
las casillas de salida del adversario.
Las piezas son todas iguales y pueden mover a cualquier
casilla libre, en cualquier dirección, un solo paso; también pueden saltar
sobre cualquier pieza adyacente, tanto propia como ajena, situándose en la
casilla contigua. Como en las damas, los saltos pueden encadenarse tantas veces
como sea posible.
En
los clubes de ajedrez, en algunos de los cuales el juego tiene cierto
predicamento entre los jugadores más jóvenes, se ha adaptado una versión que se
juega, por motivos obvios, en un tablero de ajedrez de 8x8 utilizando los
peones como piezas. La disposición inicial suele ser la siguiente:
FICHA TÉCNICA
FRANS SCHWARTZ
HALMA (1894)
PUNTA SECA SOBRE PAPEL JAPONÉS. 17,4 x 14,5 cm
BRISTISH MUSEUM
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