El Peón torre del ala de Rey aguarda instrucciones para acosar a un caballo enemigo.
Poco parece para lo que puede llegar a hacer un peón de h: proteger a su rey, bien como escudo, bien despejando el camino para facilitar su huida, sacrificarse gloriosamente para abrir paso a la torre hacia el enroque enemigo, ganar espacio para su bando, incluso ganar la partida si es el último de los suyos y el rey enemigo está lejos...
La segunda parte está compuesta por sesenta y cuatro aforismos sobre el juego, uno por cada casilla del tablero. Y se abre con otra batería de citas que van desde la obsesión por el juego, su condición demiúrgica y la inteligencia artificial. En este caso don Premchard, Arturo Marcelo Pascual, Poe y Bierce los elegidos.
Los aforismos recorren los grandes temas de la literatura sobre ajedrez de todos los tiempos: el orden y la armonía que presiden el juego bien concertado y que hacen de él un universo cerrado, autosuficiente y, por lo tanto, peligroso, fronterizo con la insania, con la locura; o la dialéctica inherente al juego concebida como esgrima o boxeo mental; o la vastedad de recompensas que ofrece a sus fieles, como se dice en el aforismo 15:
El artista del ajedrez busca la belleza, el deportista procura el éxito, es científico persigue las coordenadas del secreto.
También lo que anida de profundamente humano en el juego: el manejo de las emociones, el autocontrol, la fantasía y la imaginación frente a la frialdad «sorda y ciega» de los autómatas. Y el tablero como escenario de la vida, como metáfora de la existencia, como teatro de la existencia. A veces gran teatro del mundo, a veces retablo de las maravillas.
Algún aforismo no parece muy afortunado, como el 21:
Un rey ahogado es una ridiculez propia de un inexperto.
que no tiene sentido ajedrecístico. Un ahogado puede ser el remate de una fantástica combinación defensiva, como algunas partidas y muchos estudios demuestran. Pero, en general, incitan a la reflexión y llaman a la relectura.
Para terminar con el apartado literario quiero consignar, como colofón, el aforismo 57 que me parece uno de los más afortunados del libro:
El ajedrez es un mapa de lo posible que contiene el milagro y su reverso.
El juego infernal es un libro ilustrado. Y conforme a su naturaleza dual, cada parte presenta un tipo de ilustraciones distinto. La parte poética presenta unas ilustraciones realizadas de un solo trazo, estilizadas y minimalistas. La parte filosófica presentan unos dibujos más elaborados.
Un peón en cada estilo nos dará una idea del conjunto:
EL JUEGO INFERNAL O LA GRAN PROEZA
MERCURIO EDITORIAL. MADRID, 2025
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