martes, 12 de mayo de 2020

EL COMISARIO GORGONIO

El comisario Gorgonio Llaneza es un personaje del escritor español Alejandro Martínez Gallo (1962) que debutó en la colección de cuentos Seis meses con el comisario Gorgonio (Laria. Oviedo, 2011). Gallo intentó en esta obra una parodia del género negro, incluyendo una gran dosis de humor en sus historias.

Gorgonio, que a mí me recuerda mucho al detective Colombo, es un viejo comisario, desaliñado, desencantado, malhablado, desdeñoso con cualquier método científico de investigación criminal, destinado en Madrid. Solo confía en su olfato y es hincha del Sporting de Gijón desde que estuvo allí destinado hace muchos años. 

El único anhelo de Gorgonio es jubilarse y dedicarse a jugar al ajedrez en el Hogar del pensionista, donde acude a diario siempre que sus investigaciones se lo permiten. No tiene ninguna gana de trabajar. «Ni jugar al ajedrez le dejan a uno», dice cuando su jefe le requiere para que se ocupe de un caso urgente, tan urgente que no le da tiempo ni a recoger la placa. Cuando tiene que enseñarla replica: «Cojones (lo siento, pero ya he advertido que Gorgonio es malhablado), estaba jugando al ajedrez cuando me llamó ese merluzo dándome la orden. ¿Desde cuando hay que llevar la placa para mover los peones y los alfiles?». Un poco más adelante suspira: «resuelvo este caso y regreso a mis partidas de ajedrez».


Damián de Damiám contra Gorgonio Llaneza en el Hogar del Pensionsita
Por María José Acosta Malo

Gorgonio juega, sin embargo, muy mal. Su rival principal en el Hogar del Pensionista es Damián de Damián, un jubilado de la enseñanza amante de la novela policíaca que suele derrotar estrepitósamente a Gorgonio. A Damián que su compañero no tenga competencias ajedrecísticas le sorprende: «lo que no me explico es que seas tan bueno investigando crímenes y tan malo en el ajedrez, cuando en ambos hay que aplicar la lógica».

A Gallo le gusta reflexionar sobre el género que cultiva y no es raro que sus personajes esbocen teorías sobre la evolución de la novela policial o negra. En esta novela es Damián el encargado de hacerlo. Quizá para reprochar a Gorgonio su renuencia a aceptar el progreso le recuerda que en la ficción el género policial ha evolucionado desde el detective lógico e individualista, tipos Augute Dupin o Sherlock Holmes, a uno no menos individualista pero que se patea el asfalto en contacto con la realidad, el hard boiled norteamericano, que es superado a su vez por el equipo de investigación que actúa de forma colegiada, Canción triste de Hill Street. Y al final, el equipo científico —C.S.I.— los reemplaza a todos. 

Terminamos con una partida de Gorgonio.

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