martes, 30 de junio de 2020

SOPHIA vs TILL


Fotografía del alemán Olaf Heine que muestra al actor, escritor y vocalista del grupo Rammstein, Till Leindemann, jugando una partida contra su entonces esposa la modelo y actriz Sophia Thomalla. Forma parte de un reportaje de la pareja publicado por el tabloide alemán Bild en 2016.

Esta hace la trigésimo primera interpretación que hacemos de la célebre fotografía tomada por Julian Wasser de Marcel Duchamp y Eve Babitz jugando al ajedrez en el Museo de Arte de Pasadena en 1963.

domingo, 28 de junio de 2020

MASHA IVASHINTSOVA


Los casos de fotógrafos «ocultos» son relativamente frecuentes en la Historia de la Fotografía. No nos referimos a fotógrafos olvidados. Fotógrafos cuyo recuerdo se ha ido perdiendo con el paso de los años y duermen el sueño de los justos esperando que un historiador u otro fotógrafo los recupere. Esperando que alguien vea su obra con otros ojos, que sepa mirar de otra forma, que sepa ver lo que nadie ha visto. Estos se sabe, o se supo, que habían sido fotógrafos, que su obra existía y simplemente han sido olvidados. Por ejemplo, Eugène Atget, uno de los grandes hoy en día, recuperado gloriosamente por los surrealistas. O en España, Virxilio Viéitez, recuperado de forma no menos gloriosa por su propia hija.

No, nos referimos a fotógrafos que nadie sabía que eran fotógrafos, quizá aparte de alguien de su círculo más íntimo, que no contaban para ninguna Historia de la Fotografía, que no figuraban en ninguna antología, que no han expuesto en ninguna sala. Vamos que no «existían» para el mundo hasta que un hallazgo casual los mete de lleno en la atención del público.

Los casos más conocidos son los de Miroslav Tichý (1926-2011) y el de Vivian Meier (1926-2009) 

Tichý fue un vagabundo checo, tenido por enfermo mental, que pasó gran parte de su vida en la indigencia, entrando y saliendo de presidios y manicomios. En 1960 construyó una cámara con materiales recogidos de la basura y se dedicó a retratar mujeres, solo mujeres, durante el resto de su vida. Revelaba las películas como buenamente podía y las imprimía de igual forma. Ya en el siglo XXI, el crítico  Harald Szeemann descubrió su obra, que no ha dejado de revalorizarse desde entonces. Consuela pensar que Tichý pudo disfrutar unos años del reconocimiento de la crítica, aunque a él no le importó gran cosa. Ni siquiera asistió a las exposiciones que se hicieron con su obra.

Menos suerte tuvo en este aspecto la niñera norteamericana Vivian Meier. El descubrimiento de su obra fue posterior a su muerte. Un lote de negativos sin revelar, comprado en una subasta, fue el detonante. El comprador reveló algunos y empezó a mostrar las fotos. Quiso la suerte que un historiador de la fotografía alertara de su valor. La investigación subsiguiente sacó a la luz una obra de 100 000 negativos de los que una gran cantidad estaba sin revelar. Meier, niñera como hemos dicho, dedicó todo su tiempo libre a hacer fotografías. Una fotografía directa, de gente en la calle, con especial predilección por los niños y una enorme pasión por el autorretrato. Una obra de gran belleza y un personaje fascinante y misterioso.

Últimamente se ha unido al grupo una fotógrafa de San Petersburgo, Masha Ivashintsova (1942-2000), de sorprendentes concomitancias con Vivian Meier. Al contrario que Meier, Masha estuvo bien relacionada con los círculos intelectuales de su ciudad. Se relacionaba con poetas y con artistas y tenía una activa vida social. Al igual que Meier, tomaba fotografías sin parar y, lo mismo que ella, no las enseñaba y en su mayor parte no las revelaba. En 2000, a su muerte, sus pertenencias quedaron arrumbadas en el ático del domicilio familiar. Solo 17 años después su hija las descubrió y empezó a divulgarlas. 30 000 negativos sin revelar que mostraron una obra centrada en retratar a la gente en la calle, y con un gusto especial por autorretratarse en cualquier superficie reflectante que le saliera al paso. Un fotografía directa y franca y que lograba que sus retratados le devolvieran una idéntica franqueza.

Franqueza que encontramos en esta fotografía tomada en 1978 en Orehovo, en la extinta Unión Soviética, en la que vemos a un matrimonio jugando una partida de ajedrez y que es el motivo de la entrada de hoy.

viernes, 26 de junio de 2020

GAPRINDASHVILI POR BORODULIN


Lev Borodulin (1923-2018) fue un fotógrafo soviético, emigrado con posterioridad a Israel, especializado en fotografía deportiva.

La obra de Borodulin muestra una clara influencia de la fotografía vanguardista, en especial de las ideas de Alexander Rodchenko. La elección de puntos de vista poco habituales, picados y contrapicados extremos; las composiciones dinámicas, en las que predominan las diagonales y un acusado sentido del movimiento; el uso creativo de la luz, con la sombra como elemento clave en muchas de las tomas; las perspectivas insólitas, logradas mediante el uso novedoso de objetivos ultra gran angulares (conocidos como «ojos de pez») o el empleo de cámaras subacuáticas; el reconocimiento de patrones rítmicos; y en definitiva ese saber que tienen los grandes fotógrafos de cuando activar el obturador, confieren a sus fotografías un poderoso atractivo visual que fue muy apreciado en todo el mundo y que le granjeó multitud de premios internacionales.

En 1972, ante la nueva deriva antiformalista de las consignas oficiales con respecto al arte —el arte debe ser realista y apoyar a la causa comunista y cualquier experimentación estilística era sospechosa. Con todo, es difícil entender qué vio el censor de contrarrevolucionario en su obra— Borodulin decide emigrar a Israel, donde continuará dedicándose a la fotografía y formará una importante colección de fotografías.

Borodulin también cubrió eventos ajedrecísticos, como podemos ver en este retrato de los años 60 de la georgiana Nona Gaprindashvili, quinta campeona del mundo de ajedrez.

miércoles, 24 de junio de 2020

COSIMO DE MEDICI


La casa editorial Kleiner Flug está especializada en adaptar al cómic biografías de personajes italianos de relevancia histórica, dentro de su colección Prodigi tra le nuvole. 

En 2018, publicaron Cosimo de' Medici, sobre el banquero y gobernante de la República de Florencia en el siglo XV. Impulsor de las artes y las ciencias, fue mecenas de innumerables pintores, arquitectos, filósofos y fundador de una de las dinastías más importantes del Renacimiento italiano.

En la obra de Alex Lucchesi (guionista) y Davide Susini (dibujante), Florencia es un tablero de ajedrez donde las grandes familias —singularmente los Medici y los Albizzi— se enfrentan en una lucha sin cuartel.


FICHA TÉCNICA
COSIMO DE' MEDICI
ALEX LUCCHESI (GUION); DAVIDE SUSINI (DIBUJOS)
KLEINER FLUG. FIRENZE, 2018

lunes, 22 de junio de 2020

LA DUQUESA DE URBINO Y RAFAEL SANZIO


Este dibujo recoge un momento muy significativo de la Historia del Arte. El 1 de octubre de 1504, Giovanna della Rovere (nacida Montefeltro) entrega a un veinteañero Rafael Sanzio una carta de presentación para el gonfaloniere (un alto cargo del gobierno de la ciudad) de Florencia para pedirle que acoja allí al joven pintor para que pueda continuar sus estudios. Allí Rafael asimiló la obra de Miguel Ángel y la de Leonardo da Vinci y creó su propio estilo. El divino Rafael.

Rafael acudió acompañado por su padre a pedir la merced de la duquesa, quien lo recibió mientras jugaba al ajedrez con su hermano, Guidobaldo I da Montefeltro, duque de Urbino. Este, al no tener hijos, había nombrado heredero al hijo de su hermana. Un paje, que parece portar el recado de escribir donde la duquesa ha escrito la carta, cierra la composición.

Giovanna era descrita por sus contemporáneos como «dignissima, doctissima nelle scienze, liberale, prudente et honesta, bella di corpo, ma più bella di fede et d'animo». Podemos añadir, por nuestra parte, mecenas de las artes y jugadora de ajedrez.

Este dibujo se atribuyó durante mucho tiempo a Ingres hasta que pudo ser identificado como obra de Raymond Balze (1818-1909) un copista y pintor de historia francés.

FICHA TÉCNICA
RAYMOND BALZE
LA DUQUESA DE URBINO Y EL JOVEN RAFAEL
LÁPIZ Y TINTA SOBRE PAPEL. 29,8 x 36,7 cm.
MUSEO MAGNIN (DIJON)

domingo, 21 de junio de 2020

CHIARA PINO


Con fotografía de Peppe Tortora y estilismo de Alessia Fagioli Galeone, la modelo Chiara Pino posa en medio de la naturaleza delante de un tablero de ajedrez para la revista de moda Grey Magazine en septiembre de 2019.

No fuercen la vista, ya les digo yo que el tablero está mal colocado.

viernes, 19 de junio de 2020

ROBERT CAPA


Soldados republicanos jugando al ajedrez. Madrid, noviembre diciembre de 1936

En 1932, una pareja de judíos, que se había refugiado en París huyendo de los nazis, urde un plan para intentar mejorar su suerte. Amantes y compañeros de profesión, están intentando abrirse paso como fotógrafos con un éxito solo relativo. Para remediarlo se inventan un supuesto y cotizadísimo reportero norteamericano del que ellos solo serían sus representantes. Había nacido Robert Capa: el corresponsal de guerra por antonomasia. La añagaza surte éxito y los trabajos de ambos —Endre Ernő Friedmann, húngaro, él; Gerta Pohorylle, alemana, ella— se revalorizaron y los encargos se multiplicaron al amparo del seudónimo anglosajón.

Aunque el truco fue descubierto pronto, ambos compartieron firma hasta 1937. A partir de ahí Endre se quedó con el nombre de  Robert Capa y ella adoptó el de Gerda Taro. Hasta ese momento es difícil atribuir correctamente a cada uno de ellos las fotos que firmaron conjuntamente.

Como reporteros de guerra fueron fieles al lema de Endre: «Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es que no te has acercado lo suficiente». Lo que evidentemente entrañaba un terrible peligro. Peligro que se llevó por delante la vida de ambos. La de Gerda muy pronto. En 1937, mientras cubría la Guerra civil española, un tanque republicano la atropelló en el frente de Madrid. La de Endre, algo después, en 1954, al pisar una mina en la Guerra de Indochina.

A continuación una selección de fotos de Robert Capa (de Endre todas) de gente jugando al ajedrez-

Soldados británicos jugando al ajedrez en un muelle mientras esperan
a ser trasladados desde Inglaterra a Casablanca. Febrero o marzo de 1943

Soldados norteamericanos jugando al ajedrez en el norte de África, 1943

Niños jugando al ajedrez en un parque de Moscú en 1947

Granjeros en la casa club de un Koljós en Kazajistán. URSS, 1947

Dos hombres jugando al ajedrez en Israel entre 1948 y 1950

miércoles, 17 de junio de 2020

GIGANTES Y CABEZUDOS


¿Que el ajedrez no desarrolla la inteligencia? Vean si no el tamaño de la cabeza de este tipo que está jugando en Washington Square Park y el gran cerebro que debe tener.

Bueno, es una broma. Lo que vemos es un acto promocional de un espectáculo protagonizado por Ted Greenberg, que es la persona sentada a la izquierda del cabezudo. Greenberg es un guionista de comedias y monologuista muy reputado. El acto tuvo lugar en octubre de 2010 y fue recogido en el blog de Brian Dubé, New York Daily Photo. Dubé parece sustentar la opinión de que los ajedrecistas son una suerte de autistas que no están interesados en nada que no sea el juego —«solo las buenas jugadas impresionan a los buenos jugadores»— así que no le extrañó que el cabezudo, que jugaba muy mal, llamara poco la atención.

Mi corresponsal Nacho Pérez Ortiz me puso tras la pista.

martes, 16 de junio de 2020

CERÁMICA ROMETTI



Nacida en 1927, año del match por el título mundial entre Capablanca y Alekhine, la casa de cerámicas artísticas Rometti, de Umbertide, Perugia, se caracterizó por dar paso en sus diseños al arte de vanguardia europeo y al diseño internacional. En 1932, y de la mano de Dante Baldelli, su director artístico entre 1928 y 1942, se creó esta vasija llamada Scacchi (ajedrez).

domingo, 14 de junio de 2020

DE VARIA INVENCIÓN CI

Lo que allí se perpetúa, valiéndose de un acto creativo que a veces asume el aspecto de una auténtica obra de arte, es una acción de inaudita violencia, una forma de homicidio blanco, no aparente, cuyo resultado únicamente dos contendientes reconocen y comparten. No hay nada que ligue tanto a dos personas como un serio desafío sobre un tablero.



FICHA TÉCNICA 
PAOLO MAURENSIG
LA VARIANTE LÜNENBURG
TUSQUETS EDITORES, BARCELONA, 1995
TRADUCCIÓN DE CARMEN ROMERO

sábado, 13 de junio de 2020

LA VARIANTE LÜNEBURG

Hoy vamos a ocuparnos de un clásico de la literatura de temática ajedrecística: La variante Lünenburg, de Paolo Maurensig. Maurensig (1943) logró un extraordinario éxito con esta novela, que fue traducida a varios idiomas y alcanzó cifras de ventas espectaculares, lo que le permitió a su autor, ya entrado en años, poder dedicarse en exclusiva a la literatura. El escritor italiano es aficionado, ¡cómo no!, al ajedrez y participa de vez en cuando en torneos abiertos. Del juego ha sacado grandes dosis de inspiración ya que, además de la que comentamos, ha publicado las novelas Teoría de las sombras (Gatopardo ediciones; Barcelona, 2017) sobre la muerte de Alekhine; L'Arcangelo degli scacchi (2014), sobre Morphy; L'Ultima traversa (2018), sobre Harrwitz, y la reciente Il gioco degli dei, sobre Sultan Khan (2019). Ninguna de estas tres últimas ha sido editada todavía en castellano.  

Paolo Maurensig delante de una tablero de ajedrez

En una entrevista para la RAI, Maurensig comentó que la idea de la novela se la proporcionó un anciano maestro yugoslavo quien, durante un viaje en tren, le contó que probablemente había salvado la vida en la II Guerra Mundial porque su superior en el ejército no lo enviaba al frente para poder jugar con él al ajedrez. El autor no declara quién pudiera ser ese «anciano maestro yugoslavo».

Pertenece esta novela a lo que podríamos clasificar casi como un subgénero; la novela de nazis con temática ajedrecística. La lista es considerable: Tablas por segundos, de Icchokas Meras; Amphitryon, de Ignacio Padilla; El jugador de ajedrez, de Julio Castedo; y hasta, si me apuran, Los vampiros de la mente, de Dan Simmons. Más adelante hablaremos también de un clásico indiscutible: La novela de ajedrez de Stefan Zweig.

Cubierta de una edición de bolsillo italiana

Es una costumbre inveterada de este blog contar el final de las obras que se analizan, así que, si todavía no ha leído la novela, piense muy bien si seguir adelante con la lectura de este artículo.

En los años anteriores a la II Guerra Mundial, dos ajedrecistas se perfilan como posibles candidatos al título mundial de ajedrez: un joven miembro de una acaudalada familia judía, Tabori podría ser su nombre, y un alemán de clase media simpatizante del nacionalsocialismo, pongamos que Frisch. El ario muestra desde el principio una fuerte animadversión contra el judío, acrecentada por el hecho de que en ninguno de los dos enfrentamientos directos que tienen logra vencerlo, las dos partidas fueron salvadas con sendas tablas.


Cubierta de una edición francesa de Seuil

El ascenso del nazismo y la guerra frenan la actividad ajedrecística en Europa y la siguiente vez que ambos jugadores se encuentran concurren unas circunstancias totalmente distintas. Tabori ha sido internado en el campo de concentración de Bergen-Belsen del que Frisch, ahora un oficial de las SS, era comandante. Frisch ve en esto la oportunidad de dirimir de una vez por todas la cuestión de quién es mejor ajedrecista de los dos y organiza un encuentro entre ambos. 

Consciente de que disputar un match de ajedrez quizá no fuera la principal prioridad de un judío recluido en un campo de concentración —es difícil obligar a algo al que nada tiene— Frisch decide asegurarse la participación activa de Tabori mediante un método expeditivo: se apostarán la vida de varios prisioneros en cada partida. Así, tal cual. La vida en una partida de ajedrez. Del encuentro sale vencedor Tabori, pero las derrotas padecidas le cuestan la vida a veinticuatro personas cuyo recuerdo le acompañará de por vida. 


Cubierta de la edición española de Tusquets

Terminada la guerra, los destinos de ambos se alejan. Frisch, amparado bajo una nueva identidad, medra en la nueva sociedad de posguerra y se convierte en un exitoso empresario y en editor de revistas especializadas en ajedrez; Tabori mientras tanto languidece entre los restos de su pasada fortuna. Solo le mantiene vivo el deseo de venganza. 

Durante su match «en el infierno» —como dice uno de los personajes de la novela— Tabori ha empleado una arriesgada variante contra el peón cuatro dama inicial de su adversario, esa variante implicaba el sacrificio de un caballo por dos peones a cambio de una prolongada iniciativa. Gran parte de su victoria se debió al uso de esa variante la cual, dadas las circunstancias en que se jugó en match, permanecía inédita en la práctica magistral. Y ese es el hilo del que tirará Tabori para localizar a Frisch y cobrar su venganza. 

Cubierta de una edición alemana

Tabori entrenará a un prometedor joven, Hans Mayer, le enseñará su variante y le introducirá en el mundo del ajedrez de competición. Siempre que le jueguen peón cuatro dama, le exige, debe jugar la misma defensa que él empleó en Bergen-Belsen, la cual como hemos dicho no era conocida por los profesionales del ajedrez. Pronto los éxitos de Mayer llaman la atención de la prensa especializada y las revistas analizan los méritos y deméritos de su variante. Una de las revistas, que se destaca por sus intentos por refutar la variante en cuestión, la bautiza con el nombre de variante Lünenburg. Frisch, sin quererlo, se ha delatado. Lünenburg, quizá no sea ocioso decirlo, es la ciudad donde se celebró el juicio contra los guardianes del campo de exterminio de Bergen-Belsen en septiembre de 1945 y en el que los principales responsables fueron condenados a muerte, algunos de ellos, Frisch podría ser el caso, in absentia. Lo que resta por decir es que, aunque fuera años después y por mano interpuesta, la sentencia se cumplió.


Cubierta de una edición portuguesa

Desde su publicación, La variante Lünenburg fue comparada con la celebérrima obra de Stefan Zweig Novela de ajedrez (1941) con la que comparte tema —la obsesión con el ajedrez— marco geográfico y cronológico —la Austria del Anschluss o anexión nazi— y también ciertos aspectos técnicos, como puede ser la duplicidad de voces narrativas o la narración in medias res. Pero sobre todo, una reflexión sobre el mal en una de sus manifestaciones más rotundas, sobre la deshumanización y cosificación a la que las víctimas fueron sometidas, reducidas a la mera condición de material fungible al servicio de las necesidades o caprichos de sus captores. Deshumanización que se extiende a los victimarios, capaces de perpetrar las mayores atrocidades imaginables pero incapaces de mostrar la menor empatía para con nadie. Yo añadiría que ambos tienen en común una visión humanista del mundo.

Cubierta de la 1ª edición británica

En este aspecto, Maurensig contribuyó a acuñar (en una obra escrita en conjunto con Riccardo Illy, Polietica: una promessa; Marsilio, Milano, 2003) el término «poliética», acrónimo de ética y política, con el sentido de fusionar la responsabilidad moral de los actos personales con la ciencia política. La poliética consiste en «respetar la escala de valores, primero los generales, luego los particulares, y adoptar una visión a más largo plazo que los mandatos electorales como única manera de aplicar reformas verdaderamente eficaces». Ni que decir tiene que los comportamientos descritos en La variante Lüneburg son la antítesis de la poliética.

La variante Lüneburg ha sido calificada como un libro sobre ajedrez, como un libro sobre el Holocausto, como un libro sobre la venganza... Y sin duda tiene mucho de todas estas cosas, sin embargo, para mí, es un libro sobre la condición humana, sobre lo más sombrío de la condición humana. 

Cubierta de otra edición italiana


FICHA TÉCNICA 

PAOLO MAURENSIG

LA VARIANTE LÜNENBURG
TUSQUETS EDITORES, BARCELONA, 1995
TRADUCCIÓN DE CARMEN ROMERO
                                                                       

viernes, 12 de junio de 2020

MAKHMUD ESHONKULOV


Makhmud Eshonkulov (1958) es un dibujante uzbeko que trabaja como editorialista gráfico para distintos medios. 

En esta obra de 2007 utiliza el ajedrez para denunciar la existencia de un mundo con muros cada vez más altos y diferencias cada vez más profundas.

Las negras y las blancas han intercambiado sus sitios, quizá así sean capaces de ponerse en el lugar del otro.

miércoles, 10 de junio de 2020

LA PENSADORA


Doping Pong es un colectivo artístico de San Petersburgo puesto en marcha en 1997 por las artistas Dima Mishenin y las hermanas Lova y Anna Maugli. El colectivo abarca un gran espectro de campos, desde el diseño gráfico al arte digital, pasando por la ilustración comercial, proyectos multimedia que mezclan fotografía, música y performance y sin deseñar, como es el caso de la obra que presentamos, la pintura tradicional.

De gran variedad temática, sus obras suelen caracterizarse por una revisión irónica tanto de la cultura pop como del arte tradicional soviético, del que extraen gran número de situaciones y una variada iconografía. Denominan a su producción actual, que esta formada por cuadros figurativos realistas, realizados según las técnicas tradicionales, como el «Nuevo romanticismo ruso».

Sobre la partida de ajedrez, que parece estar disputándose con un ejemplar vintage del modelo de piezas de ajedrez conocido como Botvinnik-Flohr II —llamado así porque fue utilizado en el Torneo de Moscú de 1935 en el que ambos ajedrecistas quedaron ex-aequo en el primer puesto—, el interés está en saber cuál es la pieza que la chica sostiene en la mano. No parece, por el grosor, que sea ni una torre ni un caballo ni un peón. De lo que queda, si es un alfil, perderá; pero si es la dama, ganará, siempre que sea capaz de llevarla a f3 o g4.



FICHA TÉCNICA
DOPING PONG
LA PENSADORA (2019)
ÓLEO SOBRE LIENZO. 80 x 60 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 8 de junio de 2020

JUGANDO AL AJEDREZ POR LUDMILA KOROL


Playing Chess, de indudables resonancias carrollianas —conejito, gato, reloj y, sobre todo, ajedrez—  es un cuadro de la artista irlandesa de origen ucraniano Ludmila Korol.

La obra fue elegida para publicitar la adaptación teatral de una novela de Maeve Binchy —Light a Penny Candle— en 2019.



sábado, 6 de junio de 2020

CALENDARIO


Hojas de un calendario de taco publicado en la URSS en 1970 (el calendario comprende el año 1971). Como otros calendarios de este tipo, presentaba informaciones útiles (como el 8 de febrero que proporciona información sobre la salida del sol, horas de insolación, etc.), efemérides varias (27 de junio, día de la juventud soviética; 30 de mayo, día del químico; 29 de agosto, día de la minería; 12 de abril, día de la cosmonáutica, con un recuerdo a Yuri Gagarin) y otro tipo de informaciones anecdóticas o útiles.

El jueves 16 de septiembre se publicó un problema de ajedrez. Se trata de una obra del compositor escandinavo Carl Helmer Holm que plantea un mate en 3. La obra se hizo para un concurso de composición organizado para los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres.

Armen Galstyan, que nació precisamente el año 1971, me tradujo amablemente los textos en ruso.

CARL HELMER HOLM
CONCURSO OLÍMPICO DE COMPOSICIÓN, 1948
#3                                                        (4+3)


Todas las variantes de mate de la solución son puras (las casillas contiguas al rey están dominadas por una sola pieza blanca u obstruidas por una pieza propia) y económicas (todas las piezas blancas cooperan en el mate, salvo rey y peones). Cuando coinciden ambas características, mate puro y económico, hablamos de un mate modelo.

SOLUCIÓN

viernes, 5 de junio de 2020

BEVILACQUA Y CHAMORRO

Durante un tiempo, el que tardé en convencerme de la limitación de mi cerebro y sobre todo de mi deplorable falta de concentración, me interesó mucho el ajedrez. Ante todo me atraían esos problemas de finales con pocas piezas, en los que hay que administrar al máximo los escasos recursos.
Reflexiones de Ruben Bevilacqua, sargento de la Guardia Civil, protagonista de la saga de novelas policíacas de Lorenzo Silva «Bevilacqua y Chamorro», en el libro El alquimista impaciente.



Los problemas con siete piezas o menos a los que se refiera Bevilaqua son conocidos como miniaturas.

Para ilustrar esta cita traemos un óleo sobre tabla de Keith Halonen que incluye una miniatura. Un mate en dos atribuido a Karol Wojtila, el futuro papa Juan Pablo II, en su época de seminarista. 

Aunque fue publicado junto a otros problemas supuestamente compuestos por él en un buen número de revistas de ajedrez, se trataba realmente de una broma que alguien gastó a la prestigiosa Europe Échecs en 1979, según el historiador Thomas Lissowski.


Karol Wojtila (falsamente atribuido)
R.S.K., 1946
#2                                                     (4+1)


FICHA TÉCNICA
LORENZO SILVA
EL ALQUIMISTA IMPACIENTE
DESTINO. BARCELONA, 2000 

KEITH HALONEN
EL MATE EN DOS DEL PAPA
ÓLEO SOBRE TABEL. 20 x 25 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

COLIN RUSS
MINIATURE CHESS PROBLEMS
ST. MARTIN'S PRESS. NEW YORK, 1982


SOLUCIÓN