miércoles, 29 de junio de 2016

ALEXEI ALEXEIEVICH BUYANOV


Una nueva imagen añadida a la colección que, sobre la partida que el Diablo y el gato Popota disputan en la gran obra de Miajil Bulgakov «El Maestro y Margarita», iniciamos en esta entrada.

Es un dibujo a tinta sobre papel realizado en 2015 por Alexei Buyanov.

lunes, 27 de junio de 2016

ESTANCIA EN EL RETIRO. JORGE LUIS BORGES

ESTANCIA EN EL RETIRO

El tiempo juega un ajedrez sin piezas
en el patio. El crujido de una rama
rasga la noche. Fuera la llanura
lenguas de polvo y sueño desparrama.
Sombras los dos, copiamos lo que dictan
otras sombras: Heráclito y Gautama.


FICHA TÉCNICA
JORGE LUIS BORGES
QUINCE MONEDAS. (INCLUÍDO EN «LA ROSA PROFUNDA»)
EMECÉ. BUENOS AIRES, 1975

viernes, 24 de junio de 2016

LA CUESTIÓN DE LA DAMA EN EL MAX LANGE



«La cuestión de la dama en el Max Lange», de Abelardo Castillo, es uno de los cuentos sobre ajedrez que más me gustan. «La cuestión de la dama en el Max Lange», de Abelardo Castillo, es uno de los cuentos que más me gustan.

Un relato negro, narrado con gran brío, del que por su propia naturaleza poco podemos contar sin arruinar el efecto que su lectura proporciona. Así que sin más, proponemos al lector interesado que lo lea aquí. Forma parte de una colección de relatos titulada «Las maquinarias de la noche» (Emecé. Buenos Aires, 1992) y fue uno de los relatos incluidos en la antología de cuentos de ajedrez «Alrededor de un tablero» que comentamos hace tiempo en esta entrada.

El Max Lange del título es un jugador alemán del siglo XIX que dio nombre a una célebre variante de la Defensa de los dos caballos de la Apertura italiana (aunque puede llegarse a ella desde varias aperturas distintas) que viene definida por los siguientes movimientos 1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ac4 Cf6 4. d4 ed4 5. O-O Ac5 6. e5 d5 y que es paradigmática del ajedrez eminentemente táctico de la escuela romántica.

Como jugador, el propio Abelardo Castillo parece seguidor de esta corriente y en la foto de abajo le vemos practicar la más romántica de las aperturas, el Gambito de rey. Efectivamente, en una entrevista concedida para el programa «P4R» del Canal (á) de la televisión argentina en 2004, Castillo afirma que tardó en reconocer que era un jugador de ataque porque al principio creyó que se desenvolvía mejor en el juego posicional. Como anécdota reseñar que Abelardo Castillo había practicado el boxeo en su primera juventud pero que consideraba que había desarrollado más «violencia» jugando al ajedrez que boxeando.



Castillo aprendió a jugar de niño y reconoce como su mayor influencia ajedrecística el «Tratado General de Ajedrez» de Roberto Grau. En su adolescencia participó en diversos torneos y el ajedrez ha sido una presencia frecuente en su obra literaria.

El ataque Max Lange tiene un papel importante en el desarrollo del cuento al que presta su nombre, hasta el punto de que puede considerárselo uno de los protagonistas del relato. El protagonista principal lo analiza cuidadosamente para emplearlo en el match que le enfrenta con el ingeniero Gontrán por el campeonato de su Círculo de Ajedrez, cosa que hace en la octava partida del encuentro.

El propio Abelardo Castillo ha contado que originalmente pensó que la idea original de la variante había sido suya y la había analizado con el Gran Maestro Daniel Cámpora para chequearla. Sin embargo, tiempo después, al leer el libro del segundo campeón del mundo de ajedrez, Emanuel Lasker, «El sentido común en ajedrez» (1896), vio que Lasker ya había analizado 11. g4, aunque desaconsejaba la jugada realizada por el ingeniero Gotrán en el libro. Pero la idea es aun más antigua. La base de datos de ChessBase registra como la primera partida en la que aparece esta variante una disputada en 1860 entre Wilhelm Steinitz —el primer campeón del mundo de ajedrez— y Philipp Meitner. Precisamente esta fue la partida elegida por David Vivancos en la antología mencionada para comentar el relato.

Veamos la partida contenida en el relato con algunos comentarios de mi propia cosecha.

EL PROTAGONISTA vs. EL INGENIERO GOTRÁN
EN ALGÚN LUGAR DE ARGENTINA, 1992
APERTURA ITALIANA. ATAQUE MAX LANGE
[ECO "C56"]

Aunque, como hemos dicho, se puede llegar por varios caminos, el orden que aparece en el libro es el siguiente:

1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ac4 

La apertura italiana. Aunque esta línea de juego es tan antigua como el ajedrez moderno y ya fue analizada por los primeros tratadistas (Lucena, «Arte de axedrez con CL juegos de partido». Salamanca. Leonardo Hutz y Lope Sanz, 1497; Damiano, «Questo libro e da imparare giocare a scachi et de le partite». Roma. Stefano Guillireti e Ercole Nani, 1512; Ruy López de Segura. «Libro de la invención liberal y arte del axedrez». Alcalá de Henares. Andrés Angulo, 1561) debe su nombre a que fue popularizada en el siglo XVIII por los ajedrecistas de la escuela de Módena, en especial por Giambattista Lolli que publicó sus análisis en su libro «Osservazioni Teoretico-Practiche sopra il giuoco degli scacchi». Bologna. S. Tommaso d'Aquino, 1763. 

3. ... Ac5 

No deja de ser paradójico que esta forma de abrir el juego reciba tradicionalmente el nombre de Giuoco Piano (juego tranquilo) siendo una de las aperturas que ha proporcionado más espectaculares partidas de ataque. 

4. O-O Cf6 5. d4 ed4 6. e5 

Esta es la posición de partida del Ataque Max Lange.

6. ... d5 7. ef6 dc4 8. Te1 Ae6 9. Cg5 Dd5 10. Cc3 Df5 11. g4 



Esta es la jugada que el protagonista del relato había preparado para sorprender al ingeniero Gontrán. En algunos sitios se conoce esta variante con el nombre de Berger.

11. ... Df6 

Lasker, según comentamos, indicaba aquí la necesidad de jugar 11. ... Dg6 12. Nce4 Ab6 13. f4 O-O-O 14. f5 Af5 15. gf5 Qxf5 con buen juego para las negras, según una partida Blackburne vs Teichmann. Nüremberg, 1896. La jugada del ingeniero Gotrán es un error que conduce a la derrota. 

12. Cd5 Dd8 13. Te6 

y esta es la última jugada que consigna el relato. Después solo comenta «La partida no tuvo gran importancia teórica porque, como suele ocurrir en estos casos, el ingeniero, al ir poniéndose nervioso, comenzó a ver fantasmas y jugó las peores». La partida está ganada por las blancas. Veamos a modo de ejemplo como continuó la partida Gutmayer vs Brinkmann. Hamburgo, 1910.

13. ... fe6 14. Ce6 Dd6 15. Af4 Ce5 16. De2 Rd7 17. Cc5 Dc5 18. De5 Tad8 19. Cf6 Rc6 20. Dc7 Rb5 21. a4 Rb4 22. c3 y las negras abandonan.


En 2003, con dirección de Juan José Jusid y adaptación de Luis Gutman, se emitió un mediometraje basado en el cuento de Abelardo Castillo con el título simplificado de «La cuestión de la dama», para el programa «Ensayo» del Canal 7 de la televisión argentina. Como curiosidad diremos que las partes en las que se juega al ajedrez se rodaron en el Club Argentino de Ajedrez de Buenos Aires, algunos de cuyos jugadores aparecen como extras en el filme.

Pese a ello, la dramaturgia de las escenas relacionadas con el ajedrez no está muy conseguida. Hemos comentado en alguna otra ocasión las dificultades que tiene hacer una representación fidedigna de una partida de ajedrez, en la que todo parece pasar muy despacio —además de que lo más interesante pasa dentro de la cabeza de jugadores y espectadores— para las necesidades narrativas de una obra cinematográfica. Pero eso no justifica la exagerada gestualidad de los jugadores (sobre todo por parte del actor que interpreta al ingeniero Gotrán) ni el ritmo enloquecido en el que se disputa la partida.


miércoles, 22 de junio de 2016

CARLOS d'ORS


Una escena de juventud en la casa familiar del pintor Carlos d'Ors en Vilanova i la Geltrú. El propio artista comenta la escena con estas palabras: 
Una de las imágenes más deliciosas que conservo de mis veraneos en la casa que hizo construir mi padre junto a la Ermita de San Cristóbal de Vilanova i la Geltrú son los pasatiempos en el frescor del porche del patio, bajo el emparrado, de nuestra casa, jugando al ping-pong, a las damas, al parchís o al ajedrez. He aquí a mis hermanos Pablo y Luis jugando al ajedrez bajo el emparrado y a la fresca sombra del porche.
El cuadro se titula «Jugando al ajedrez» y fue pintado en 1978. Pablo es el novelista Pablo d'Ors y Luis el director teatral Luis d'Ors.

El trabajo de Carlos d'Ors puede disfrutarse en su blog.

lunes, 20 de junio de 2016

BILL BRANDT


Refugio antiaéreo en el sótano de una tienda en el West End londinense durante la II Guerra Mundial. Sobre el piso recubierto de colchones, los refugiados intentan dormir o pasan el tiempo leyendo o jugando al ajedrez. ¿Qué mejor lenitivo podrían hallar contra el miedo? 

La fotografía fue tomada por Bill Brandt en noviembre de 1940.

Pertenece a la colecciones de los Museos Imperiales de la Guerra.



viernes, 17 de junio de 2016

GESUALDO BUFALINO. LA PERORATA DEL APESTADO

Gesualdo Bufalino fue un caso paradigmátcio de escritor oculto, de escritor secreto. Profesor de secundaria en una pequeña ciudad italiana —Comiso—, donde vivía discretamente, se reveló inopinadamente como un gran talento literario a los sesenta años de edad, en 1981, cuando ante la insistencia de Leonardo Sciascia accedió a publicar su primera novela, «La perorata del apestado». Hasta ese momento sus únicos galardones literarios habían sido ganar un concurso de redacción en latín en 1939, cuando el autor tenía 19 años, que tenía como premio el dudoso honor de ser recibido por Mussolini, y la publicación de unas pocas poesías dispersas en la prensa diaria durante los años cuarenta y cincuenta. A partir de ahí, el silencio. Pero no la inactividad. Cuando por fin decidió salir del armario, se descubrió un escritor con una voz original, intensa y potente. El éxito de su primera novela lo animó y hasta su muerte en accidente de tráfico, en 1996, desarrolló un prolífica carrera literaria con títulos de notable interés y calidad.

Bufalino amaba el ajedrez y lo incluyó de una manera u otra en casi todos sus libros. Se jactaba, además, de haberlo jugado bastante bien en su juventud. Se sabe que participó algún torneo de alcance regional y que frecuentaba los círculos ajedrecísticos locales. Sin partidas suyas conservadas, sin embargo, es muy difícil hacerse una idea de su fuerza real. Puede ser verdad su pretensión de jugar bien, puede ser vanidad. Lo que sí es verdad es su interés por el juego. Los comentarios que hacen sus personajes sobre el ajedrez suponen un conocimiento de la historia del juego y de sus protagonistas principales más que pasable. Además, cuando le sorprendió la muerte, trabajaba en una novela sobre Capablanca de la que solo le dio tiempo a redactar dos capítulos.


«La perorata del apestado» fue, como hemos dicho, la primera novela publicada por Bufalino y la responsable de su éxito literario. Ya en esta primera obra el ajedrez tiene una presencia importante.

Llegados a este punto hará muy bien el lector en dejar estas líneas y correr a leer el libro, si es que no lo ha hecho ya, porque en lo que sigue, necesariamente, se cuenta el final de la historia. No es que en este tipo de literatura conocer el final sea muy relevante, pero siempre será mejor tener una mirada desprejuiciada y fresca.

No hay que profundizar mucho en la biografía de Bufalino para percatarnos de que la novela tiene un fuerte contenido autobiográfico. El narrador, Bufalino mismo podríamos decir, cuenta un episodio ocurrido en su juventud. Está enfermo de tuberculosis, prácticamente desahuciado. Reside en La Rocca, un sanatorio para terminales donde mantiene una relación de amistad con el Gran Flaco, el médico del hospital, con el que pasa las veladas jugando al ajedrez y debatiendo sobre filosofía. Allí espera una muerte que parecía inapelable.

Cuando, años después, recuperado de forma inesperada de su dolencia, recuerda su situación en La Rocca lo hace recurriendo a una comparación con el ajedrez:

Qué días, qué veladas. Tal vez los únicos días ricos de una existencia que, después, no ha tenido otras hipérboles, y se ha hecho inesperadamente interminable. Mientras que entonces, a fuerza de contar y recontar mis escasos años como piezas de mecano o peones capturados dispuestos a los lados de un tablero, me había acostumbrado a no ver en el tiempo venidero mas que el inminentísimo explicit de una partida ya perdida dentro de la mente; no un poema de caballerías que ocultara hasta la penúltima página maravillas y salvamientos, sino un soneto veloz al que sólo faltaba un verso, el sello de una rima que no estaba permitido alterar.

Es un jaque mate de manual —explicaba a mi compañero, resignadamente— . Ya está anunciado en tres jugadas y con sacrificio de la reina, a imitación de La Inmortal de Andersen, Torneo de Londres de hace casi cien años. Sólo que me gustaría saber, antes de inclinarme y sacarme el sombrero, el nombre del vencedor.

La Inmortal de Andersen es bien conocida y, si no me equivoco, debe ser la partida más veces citada en la historia de la literatura. Algún día tendré que hacer recuento de los libros en que aparece. Dado que siempre es un placer recrear las jugadas inmortales de Andersen, podemos tomarnos un descanso y ver la partida con los comentarios que hizo el Gran Mestro alemán Robert Hübner para ChessBase en el siguiente enlace:


Más adelante en el mismo capítulo, el narrador insiste:

—¿Conoces —replicaba yo (era él quien pretendía que le tuteara, aunque nos separaran más de treinta años)— la historia del ajedrecista que no pierde jamás y que está oculto en una máquina? Pues bien, a veces me parece que alguien juega conmigo de la misma manera, con ojos que centellean detrás de un morrión de hierro.

Una referencia al autómata creado por el barón austro-húngaro Wolfgang von Kempelen, y que fue conocido como «El turco».

Ilustración del libro de 1879 de Joseph Racknitz, 'Über den Schachspieler des Herrn von Kempelen und dessen Nachbildung'

«El turco», mediante un ingenioso mecanismo, permitía que una persona, un profesional del ajedrez, se escondiera en su interior y jugara la partida. El ingenio fue un gran éxito en las cortes europeas de finales del XVIII y principios del XIX y entre la nómina de sus ilustres rivales se incluyen Napoleón Bonaparte, la emperatriz María Teresa de Austria, Benjamín Franklin y Catalina de Rusia. También provocó un aluvión de obras artísticas que de una forma u otra lo tomaron como tema. Y esto incluye varias novelas, una película, algún que otro cómic y un sinfín de ilustraciones.


El capítulo 13 se titula «Partida de ajedrez con un dios vendado» y relata efectivamente una partida de amor. El narrador se ha enamorado de una interna, de otra desahuciada. Aprovechan los días de permiso para tener encuentros amorosos. Un día, inesperadamente, ella se muestra distante y de nuevo el narrador recurre al ajedrez para intentar explicar sus sentimientos:


Rechacé en mi interior, y fue tal vez un error, las preguntas prácticas, meticulosas y crueles que me habían venido a los labios. Humillarla, me dije, significaba perderla. Y callé, por consiguiente: pero de ahora en adelante estaría más atento; observaría las manipulaciones de la mujer con suspicacia y respeto a la vez. Como las jugadas de una partida que me urgía al menos empatar.


Pero su relación con Marta le enemista con el Gran Flaco, quien había sido amante de la mujer. A partir de entonces, el doctor no cesa en el empeño de herir al narrador. Un día, sin embargo, aquel se muestra inesperadamente amable:


—Vamos, se te pasará jugando, aparta esas medicinas, prepara el tablero. Y empieza el juego, te regalo la salida.

Obedecí, la cólera se me había evaporado, dejando en su lugar únicamente la amargura de intentar descubrir qué significaba esta puesta en escena y qué relación mantenía con nuestro triángulo escaleno, yo, él y Marta. Lo imprescindible para que yo me distrajera de la partida; y me diese a los mil demonios, viendo a su Reina, con la ayuda de un Alfil a las espaldas, penetrar dentro de los plácidos tabernáculos de mi enroque y acabar por ofrecerse impúdicamente a una triple presa en G uno, inmolándose, sí, pero no sin establecer en torno a mi Rey un sofocante cimiento de piezas. Hasta el punto de permitir al rápido caballo infligirme el más irónico y doloroso de los mates: el mate ahogado.

En la página italiana Solo Scacchi, en un artículo firmado por Zenone y títulado Bufalino: l’unto dagli scacchi, se dice que entre los papeles postumos de Bufalino se encontró una partida, probablemente compuesta ex profeso, que ilustraba este párrafo aunque, finalmente, no se incluyó en el libro. El siguiente diagrama muestra la posición clave de la partida que puede verse entera siguiendo el enlace que aparece debajo del diagrama.


Las negras juegan y dan mate en tres jugadas.


Y continúa el narrador:

Pero mientras derribaba mi Rey, como es costumbre, «Uberius» proclamó mi adversario, y añadió, repentinamente meditabundo:
—¿Quién sabe por qué el sacrificio de la Reina proporciona a quien lo realiza un tan equívoco orgasmo, no lejano del amoroso— . Tal vez es un placer gatuno —se contestó a si mismo un poco después— . De gato jesuita y verdugo. El cual se divierte en prestar al ratón una momentánea hilaridad de salvación, y lo desengaña después de repente, lanzando un zarpazo mortal. Finge actos de piedad y mientras tanto se enfunda la capucha negra.

Y eso es lo que realmente está haciendo el Gran Flaco: jugar al ratón y al gato. Le reserva una sorpresa, va a salvarse. La enfermedad ha remitido. Pero Marta y el propio Doctor van a morir. A modo de herencia le dejará un dossier en el que se cuenta la historia, llena de sombras, de Marta. Es una sutil venganza. Sin embargo, Marta y el Narrador deciden escapar del Sanatorio. Para Marta es la huida final, no saldrá viva de esa aventura. Como triste colofón resuenan sus amargas palabras:

—¿Y acaso no soy una Reina? —bromeó también ella—. Su Desgracia Marta Primera, con un súbdito o dos apenas, que se la juegan al ajedrez.

FICHA TÉCNICA
GESUALDO BUFALINO
LA DICERIA DELL'UNTORE
SELLERIO. PALERMO, 1981

LA PERORATA DEL APESTADO
ANAGRAMA. BARCELONA, 1983

miércoles, 15 de junio de 2016

DE VARIA INVENCIÓN XCVII

¿Y acaso no soy una Reina? —bromeó también ella—. Su Desgracia Marta Primera, con un súbdito o dos apenas, que se la juegan al ajedrez.


FICHAS TÉCNICAS
PERORATA DEL APESTADO
ANAGRAMA. MADRID, 1983
TRADUCCIÓN DE JOAQUÍN JORDÁ

LA REINA (KRÓLOWA), 2006
ACRÍLICO SOBRE LIENZO. 110x90 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 13 de junio de 2016

FERDINAND ROYBET


Le Joueur d'Échecs (El jugador de ajedrez) es un grabado al aguafuerte obra del artista francés Ferdinand Roybet, otro exponente más de la llamada «pintura de casacón», tan apreciada por el gusto burgués del siglo XIX. Consistía esto del «casacón» en la recreación de temas costumbristas, ambientados en los siglos XVII y XVIII, que representaban un pasado tan idealizado como irreal. Estas obras fueron muy apreciadas por el público y por los coleccionistas por lo que alcanzaban una elevada cotización. Era, por tanto, muy practicada por ciertos artistas que veían en este tipo de pintura la forma más directa de alcanzar una buena posición. Roybet, que trabajó entre finales del siglo XIX y principios del XX, es un buen ejemplo.


miércoles, 8 de junio de 2016

DOBLE ROJO

Doppio Rosso (Doble rojo) es un libro de fotografías de la italiana Neige de Benedetti. La idea que animó este proyecto fue comparar la vida cotidiana de dos países de orientación comunista (si es que este calificativo es aplicable a la China actual) que están situados en las antípodas geográficas y culturales.

La autora pasó un mes en cada uno de los dos países documentando la vida y costumbres de los lugares que visitaba. Pese a que, al principio, se podían esperar amplios contrastes al tratarse de dos países tan distintos, poco a poco se fueron abriendo paso las semejanzas. Después de todo, somos animales de la misma especie: sensibles a la propaganda y a los ritos; necesitados del amor de la familia; proclives a cansarnos cuando trabajamos (y cuando no, también); condenados a estar solos cuando envejecemos... Además, nos gusta reunirnos para jugar al ajedrez. A nuestro ajedrez, en el caso de Cuba, y al xianqi, en el de China. Pero, después de todo, ambos son hijos del mismo padre.

El libro está compaginado de forma que las imágenes que comparten ciertas características comunes aparezcan en páginas contiguas. La doble página donde se juega al ajedrez tiene estas fotografías:


La fotografía de Cuba está tomada en Camagüey durante un torneo de barrio organizado por el Instituto Nacional de Educación y Recreación.

La fotografía de China, en un parque público de Lijian.

FICHA TÉCNICA

NEIGE DE BENEDETTI (FOTOGRAFÍAS)
ADRIANO SOFRI, GIAMPAOLO VISETTI Y EMMANUELE DE VILLEPIN (TEXTOS)
DOPPIO ROSSO
SKIRA. MILÁN, 2012

lunes, 6 de junio de 2016

BORIS YEFÍMOVICH YEFÍMOV

Borís Yefímovich Yefímov, de quien hablamos con motivo de la exposición en Madrid de un juego de ajedrez diseñado por Vasili Gúriev, fue uno de los humoristas gráficos más importantes de la Unión Soviética. Su extraordinaria longevidad, vivió 109 años (1899-2008) le permitió conocer de primera mano todos los acontecimientos importantes del siglo XX y reflejarlos en su obra gráfica. 

Aunque comenzó estudiando leyes, pronto empezó a interesarse por la caricatura política, publicando su primera obra en 1919. Al año siguiente empezaría a trabajar para Agitprop, el departamento de propaganda del partido comunista ruso. Su obra a partir de entonces se mantendría fiel al poder establecido, trabajando para los medios oficiales soviéticos como Pravda o Izvestia. Fue muy destacada su labor de propaganda en contra del nazismo durante la II Guerra Mundial y, una vez terminada esta, en la subsiguiente Guerra Fría, su defensa de los puntos de vista soviéticos; empuñando el lápiz, se entiende. 

Yefímov recibió todos los galardones que la Union Soviética reservaba para los artistas: Orden de Lenin, Héroe del Trabajo Socialista, Artista del Pueblo de la URSS, Orden de la Bandera Roja del Trabajo y otros muchos. Murió ya entrado el siglo XXI, en 2008, por lo que vivió en tres siglos diferentes (había nacido en el siglo XIX) lo que deber ser un récord difícil de igualar.

En 1948, publicó la siguiente caricatura para conmemorar la victoria de Mijail Moyséievich Botvinnik en el torneo que, disputado entre la Haya y Moscú, sirvió para elegir al Campeón del Mundo de Ajedrez.



viernes, 3 de junio de 2016

MILIOU DEVILLE

Milou Deville es un heterónimo del artista chino taiwanés, pero residente en los Estados Unidos, Ying-Huei Wu. Deville se nos presenta como una pintora y activista feminista francesa y fue creada en 2009 por Wu para hacer una reflexión crítica en clave feminista de ciertas obras notables del arte de vanguardia. Su nacimiento tuvo lugar en una exhibición en la Galería de Arte de la Universidad Tufts (Medford, Massachusetts).


De la página web de Wu extraemos la siguiente declaración de intenciones:


Milou Deville seleccionó cuidadosamente fotografías que documentaban performances históricamente importantes ejecutadas por protagonistas femeninas y posteriormente pintó las escenas en un estilo realista. Las pinturas son monocromáticas para sugerir su origen fotográfico, pero su materialidad pictórica expresa las emociones y sentimientos de Deville, mostrando su respeto y devoción hacia sus personajes y reflejando también la irónica e icónica calidad de esas «mujeres sin nombre».


Las obras seleccionadas para ser copiadas por Milou Deville fueron: una fotografía de Charlotte Moorman tocando el chelo-televisión de Nam June Paik en una performance de 1971; una foto de las modelos que sirvieron de pinceles humanos en la performance «Antropometría de la época azul» de Yves Klein, celebrada el 9 de marzo de 1960 en la parisina Galería Internacional de Arte Contemporáneo y la fotografía que Julian Wasser tomó de Eve Babitz jugando al ajedrez con Marcel Duchamp en la exposición retrospectiva de 1963 sobre el artista francés que se celebró en el Museo de Pasadena y que es un clásico de ARTEDREZ.

Antes de seguir adelante, veamos la obra:



La versión de Deville/Wu de la fotografía de Jualian Wasser lleva el título de «If You Remember Her Name» y en la exposición iba acompañada del siguiente texto explicativo:


«If You Remember Her Name» se basa en una fotografía realizada por Julian Wasser de Marcel Duchamp jugando al ajedrez con una modelo desnuda durante la retrospectiva sobre el artista francés de 1963, celebrada en el Museo de Arte de Pasadena. Los jugadores están rodeados por obras de Duchamp y no hay más público presente que Wasser. Duchamp, que tenía 76 años, y que había jugado y escrito sobre ajedrez de forma profesional, estaba en su elemento. La modelo, Eve Babitz, tenía 20 años de edad en el momento de la fotografía y su cara esta tapada por su pelo, dejandola en el anonimato. Y anónima permaneció los años posteriores a la toma de la fotografía mientras el montaje de la escena se atribuía a Wasser o a Duchamp. Sin embargo, en una entrevista concedida a Paul Karlstrom el verano de 2000 para los archivos del Instituto Smithsoniano de Arte Americano, ella afirmó que ningún hombre había sido el responsable de la puesta en escena, que de hecho, ella había sido la impulsora.


Las razones por las que Milou Deville —o su creador, Ying-Huei Wu— redactó este texto para incluirlo como panel explicativo en la exposición no resultan nada claras. Sobre todo porque no parece que se ajuste a la verdad de lo sucedido ese día. De la lectura de la entrevista con Karlstrom (Oral history interview with Eve Babitz, 2000 June 14, Archives of American Art, Smithsonian Institution) se desprende una historia totalmente diferente. Según las propias palabras de Eve Babitz, esta se prestó a posar en la sesión de fotografías como una suerte de venganza contra el comisario de la exposición, Walter Hopps, a la sazón su amante, que no la había invitado a la ceremonia de apertura porque su esposa iba a estar presente. También queda claro en la entrevista que la idea de la fotografía fue de Julian Wasser y que ni siquiera Duchamp sabía qué iba a pasar en la sesión. Además, de todas las fotografías que se tomaron, Eve insistió en que se usara solo una en la que no se le viera la cara, algo a lo que Duchamp accedió sin reticencia alguna, llegando incluso a amenzar con no permitir su publicación si se elegía otra toma. Quería permanecer, costara lo que costara, en el anonimato. Penetrar en las razones que llevaron a Wu a interpretar a su manera las palabras de Babitz es algo que queda para otro momento.


FICHA TÉCNICA
YING-HUEI WU (MILOU DEVILLE)
IF YOU REMEMBER HER NAME (SI TU RECUERDAS SU NOMBRE)
ACRÍLICO SOBRE LIENZO. 121,9 x 189,9 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

miércoles, 1 de junio de 2016

EN LAS CALLES DE... POKHARA (NEPAL)


Dos hombres juegan al ajedrez bajo una ligera lluvia junto al cierre de su comercio en la ciudad nepalí de Pokhara, mientras una niña mira desafiante al fotógrafo. La instantánea, titulada los jugadores de ajedrez, forma parte de una serie de viajes sobre Nepal: Nepal Travel Series.

La imagen es obra del fotógrafo norteamericano James David Phenicie, un fotógrafo comercial radicado en California que combina la fotografía publicitaria con el retrato, la fotografía de viajes o la fotografía de acción. En su página de Flickr puede verse una amplia muestra de su trabajo.