sábado, 28 de septiembre de 2019

ESPERANZA DESTROZADA DE ALEXANDER SHUBIN


Volvemos a la carga con Alexander Shubin mostrando otro cuadro de tema ajedrecístico. Los elementos típicos de Shubin, un sutil erotismo salpicado de toques surrealistas, también están presentes en esta obra titulada «Esperanza destrozada». Quizá la esperanza destrozada sea la de las piezas blancas derribadas por la amazona protagonista del cuadro.


FICHA TÉCNICA
ALEXANDER SHUBIN
SHATTERED HOPE (2016)
ACRÍLICO SOBRE LIENZO
COLECCIÓN PARTÍCULAR

jueves, 26 de septiembre de 2019

UN FIAMBRE LLAMADO SCZYNSKY


Primera viñeta de la historieta «Un fiambre llamado Sczynsky», una sombría historia de necrofagia y horror en un buque hospital durante la guerra de Vietnam.  En la cubierta, dos soldados convalecientes juegan una partida de ajedrez. El guion fue escrito por el norteamericano Bob Toomey y los dibujos son de Rafel Auraleón, un dibujante español llamado realmente Rafael Aura León.

Se publicó en España en el número siete de la revista Creepy. Toutain. Barcelona, 1979.

Creepy fue una revista de cómics de terror que distribuía en España material de la norteamericana editorial Warren. Curiosamente, Warren se nutría de dibujantes españoles de la agencia Selecciones Ilustradas.

Las aventuras publicadas en Creepy eran presentadas por un siniestro personaje, el tío Creepy, quien se convirtió en la imagen icónica de la publicación.

martes, 24 de septiembre de 2019

EL DÍA QUE RAY CHARLES DERROTÓ A WILLIE NELSON AL AJEDREZ


Fotograma del programa That Time Ray Charles Beat Willie Nelson in Chess, un corto de Great Big Story, una compañía dedicada a la realización de microdocumentales. El que presentamos recupera una anécdota ocurrida entre los grandes músicos Willie Nelson y Ray Charles. Hay una parte documental, en la que Willie Nelson cuenta parte de la historia y otra animada. La animación es obra de Sam Lattrell.

Es bien sabido, por otra parte, que tanto Willie Nelson como Ray Charles fueron —Willie aún lo es— grandes aficionados al ajedrez.

A continuación el video completo en Vimeo.

That Time Ray Charles Beat Willie Nelson in Chess from Great Big Story on Vimeo.

Una transcripción del los diálogos:
Willie Nelson
—Creo que tengo tanto ego como cualquier otra persona.

Narrador
—Hace treinta años, un encuentro ajedrecístico con Ray Charles dio a un muy confiado Willie una lección de humildad.

Willie Nelson
—Ray y yo actuábamos en Austin y fui a visitarlo a su habitación del hotel, pasamos al salón, en el que no había luz. Sacó el tablero. Las piezas tenían... No tenían colores. Eran todas del mismo tono. Eran de madera sin barnizar. Pero él podía identificarlas por el tacto. Así que, ni que decir tiene, me ganó tres partidas seguidas. Y le dije: «Gracias, Ray. Vámonos a cantar.» Pero añadí que la siguiente vez que jugáramos lo haríamos con las luces encendidas.

lunes, 23 de septiembre de 2019

RAY CHARLES

El 23 de septiembre de 1930, en Albany, localidad de la muy sudista Georgia, donde la segregación y el racismo eran la ley, nacía Ray Charles Robinson, a quien la posteridad conocería simplemente como Ray Charles.

El pequeño Robinson, que había venido al mundo en el seno de una familia pobre y desestructurada, enfermó de glaucoma a los cinco años, perdiendo totalmente la visión solo dos años más tarde. Tres años más y quedó huérfano de padre; cinco más, y también de madre. Esta, que apenas era una adolescente cuando él nació, consiguió que fuera aceptado en una escuela especial para ciegos en Florida. Con suerte, porque esta institución también segregaba a los niños. El propio Ray ironizaría años después sobre el hecho de que se segregara a unos niños que ni siquiera eran capaces de ver el motivo por el que se les separaba. En esta escuela, una profesora enseñó música a Ray Charles. Desde ese momento nada pudo domar al genio que habitaba dentro del niño.

En los siguientes cincuenta años, el pobre niño ciego se convertiría en un innovador y creativo músico. Cantante, dueño de la singular voz que recordamos todos los que le escuchamos alguna vez, y multinstrumentista dotado para el piano, el clarinete y el saxofón. Fue el alma del soul, el estilo en el que sincretizó todas las influencias que había recibido en su vida.

Quizá para olvidar la miseria de sus inicios, Ray —Brother Ray quería que le llamasen— decidió disfrutar la vida a grandes bocados. Todo tipo de excesos, y además cierta afición al alcohol, las mujeres y las drogas, le dejaron a las puertas de la cárcel o de la muerte. Le salvó de ambas amenazas su decisión de ingresar en el hospital St. Francis de Los Ángeles.

En St. Francis aprendió a jugar al ajedrez. Eso fue en 1965 y desde entonces, hasta su muerte en 2004, no dejó de jugar en cuanta ocasión se le presentó, como atestigua la amplia colección de imágenes que presentamos a continuación.

En 2002, dos años antes de su muerte, el GM norteamericano Larry Evans entrevistó a Ray para Chess Life mientras disputaban una partida. En la entrevista, Evans le preguntó si había jugado contra otro músico legendario, también muy aficionado al ajedrez, el trompetista Dizzy Gillespie (del que ya hemos hablado en ARTEDREZ). Ray reconoció que Dizzy le había derrotado con claridad pero se lamentó de que nunca le concediera la revancha. (Dejamos para otro momento sus partidas con otro grande de la música, Willy Nelson, porque merecen una entrada propia.)

Veamos ahora la partida que disputó contra Larry Evans en la que, aunque sea mínimamente, podemos ver cómo se manejaba Ray Charles con los trebejos.


Ray Charles siempre se mostró muy orgulloso de sus prestaciones como ajedrecista. Muchos testimonios certifican su pasión por este juego. Su manager declaraba que a veces se le hacía difícil salir al escenario si estaba en una posición interesante. Y su biografo, David Ritz, enfatizaba: «es un ajedrecista y una de las personas más competitivas que conozco». Él mismo declaró que si alguien le despertara en medio de la noche para proponerle una partida, lo haría sin pensárselo un momento. Sobre todo le atraía la magnitud del juego, la imposibilidad de abarcarlo todo y la igualdad de condiciones existente antes de la partida: «en el tablero no existe la suerte, es una batalla de cerebros», declaró en una ocasión. 

Terminamos con unas palabras de Ray Charles que resumen su actitud hacia el ajedrez:
No soy ni por asomo lo que se llama un maestro. Solo alguien que ama jugar al ajedrez. No me importa perder, aunque intento que no pase, simplemente me encanta jugar.
Jugando en un autobús en 1966

Ray Charles jugando contra Gwen Berry en el autobús
Foto de Bill Ray de 1966

Jugando contra su piloto privado.
Foto de 1966 por Bill Ray

Jugando contra el fotógrafo Bill Ray en el camerino del Carnegie Hall.
La fotografía de 1966 fue tomada por el ayudante de Bill Ray.

Ray Charles jugando contra Fred Morrell en un autobús.
Detrás de Morrell está sentado el crítico de jazz Leonard Feather y detrás de este Billy Preston.
Foto de 1967

Con un tablero de ajedrez en 1968

Después de un concierto en Rotterdam en 1972

Jugando contra el trompetista Tony Horowitz sobre 1973

Retratado por Neal Preston en 1981

Resolviendo un problema de ajedrez en 1984

Fotografiado por Gilles Peress en 1985



Jugando contra el saxofonista Plas Johnson en 1990
Otra instantánea de la misma gira


Juagando al ajedrez.
Fotografía de Theo Westenberger de principios de los años 90

En una foto de Barry Fitzsimmons de 1993

Jugando contra el GM Larry Evans en 2002

sábado, 21 de septiembre de 2019

EN LAS CALLES DE... SOFÍA (BULGARIA)


En las calles de Sofía (Bulgaria) se juega al ajedrez. En esta foto del francés Guy Le Querrec (1941) vemos una partida disputada con gran expectación en los jardines municipales. La imagen es de 2002.

Por cierto, están utilizando el mítico reloj Jantar de fabricación soviética.

jueves, 19 de septiembre de 2019

BODEGÓN DE AJEDREZ Y PIPA DE HIPÓLITO HIDALGO DE CAVIEDES


Hipólito Hidalgo de Caviedes (1902-1994) fue un pintor, ilustrador y muralista español. Su obra fue fundamentalmente figurativa aunque, como podemos ver en este Bodegón de ajedrez y pipa de 1959, deudora del cubismo.

El editor, bibliófilo y divulgador del ajedrez en todas sus vertientes Ricardo Lamarca me puso en la pista para localizar este cuadro. 



FICHA TÉCNICA
HIPÓLITO HIDALGO DE CAVIEDES
BODEGÓN DE AJEDREZ Y PIPA (1959)
ÓLEO SOBRE LIENZO. 86 X 102 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 16 de septiembre de 2019

LOS PEONES DE PUTIN


Editorial gráfico de Phil Hands, publicado en el Wisconsin State Journal en 2018. En ella se sostiene que los extremistas de ambos bandos no son sino peones al servicio del presidente ruso, Vladimir Putin.

sábado, 14 de septiembre de 2019

EL AGENTE DE C.I.P.O.L. EL GAMBITO GIUOCO PIANO

The Man from U.N.C.L.E. (El agente de C.I.P.O.L. en España) fue una de las series de televisión que más me gustaban en mi más tierna infancia. Quizá parte del placer que me proporcionaba fueran las dificultades que tenía que superar para verla y que constituían en sí mismas una pequeña aventura. Mis padres eran inclementes con la hora en la que debía acostarme y la serie empezaba justo cuando yo tenía que irme a la cama. Así que tenía que irme a mi habitación, meterme en la cama, hacerme el dormido y saltar de ella como un resorte en cuanto juzgaba que había pasado el tiempo suficiente para que mi madre hubiera regresado al salón. Solo quedaba descorrer mínimamente la puerta del salón y ver desde el pasillo el episodio en cuestión. ¡Ah, y estar preparado para huir ante cualquier movimiento inesperado!

El agente de C.I.P.O.L. pertenece a un género que podríamos llamar series de «la distensión», ese periodo de la Guerra Fría en que las tensiones entre los U.S.A. y la U.R.S.S. se calmaron un poco y que duró más o menos desde principios de los años sesenta hasta  finales de los setenta del siglo XX. El enemigo en este género deja de ser el bloque del este y se sustituye por  organizaciones criminales que quieren sojuzgar a la humanidad y hacerse con el control mundial. Aunque esas organizaciones suelen presentar todos los rasgos que la sociedad norteamericana atribuía a los soviéticos y al público no le quedaba duda de quienes eran los malos, al menos las apariencias quedaban salvadas. En el caso del agente de C.I.P.O.L. dicha organización era T.H.R.U.S.H. y la forma de combatirla unir fuerzas. Así, un agente norteamericano, Napoleón Solo (Robert Vaughn), y uno soviético, Ilya Kuryakin (David McCallum), se enfrentarán a los malvados planes de los criminales.

El episodio siete de la primera temporada lleva el insólito título de The Giuoco Piano Affair (El caso Giuoco piano) y, sí, tiene que ver con el ajedrez aunque quizá no con la apertura del mismo nombre. O al menos eso creo.

La historia es la siguiente. Los de C.I.P.O.L. están persiguiendo a los malosos de turno, que están capitaneados por la bella Gervaise Ravel (Anne Francis) y su marido. Entre Gervaise y Napoleón Solo pronto se establece una dialéctica que utiliza términos ajedrecísticos como metáfora de su enfrentamiento. El plan concebido por los agentes de C.I.P.O.L. implica ofrecer como cebo a la novia de Ilya Kuryakin —Marion Raven (Jill Ireland)— para distraer la atención de Gervaise y atraerla al mismo tiempo a una trampa. Así se entenderá mejor el siguiente diálogo, pensado posiblemente para hacer comprensible el título al espectador no versado en ajedrez.

Napoleón Solo 
—¿Juega usted al ajedrez, srta. Ravel? 
Gervaise Ravel
— Claro, pero ahora mismo no me apetece.

Napoleón Solo 
—Entiendo. En el gambito Giuoco piano, alfil cuatro alfil dama, la dama mueve a caballo 3 y queda descolocada.

Gervaise Ravel
—Pero su dama está amenazada. No se arriesgará. Yo creo que es un farol.

Napoleón Solo
—No, no es un farol. El caballo blanco está protegiendo a mi dama 

Gervaise Ravel
—Usted no tiene un caballo blanco.

Pero sí lo tenía, Ilya Kuriakin se encamina a liberar a Marion de sus secuestradores y Napoleón Solo logra detener a los conspiradores. El parlamento final de este incide en el mismo tópico:
Napoleón Solo
—La partida ha terminado, Gervaise. Damas, caballos y peones han hecho sus jugadas. El rey está perdido. Jaque mate. 
Siguiendo con la idea planteada más arriba, la subtrama ajedrecística es un reflejo de la trama principal. Napoléon Solo como rey de las blancas —¿qué otro color pueden llevar los buenos?— realiza una maniobra de distracción para desviar a la dama negra —¿qué otro color pueden llevar los malos?— y dar jaque mate al rey negro, el marido de Gervaise. Los peones blancos son los policías al servicio de la ley y los peones negros, los esbirros al servicio de T.H.R.U.S.H. Los alfiles se quedaron sin papel en este capítulo. 

La verdad es que todo parece un poco traído por los pelos. El Giuoco piano es la variante principal de la Apertura italiana (1. e4 e5 2.f3 c6 3. c4 c5) y que yo sepa ni existe el gambito Giuoco Piano ni en ninguna variante se desvía a la dama negra a b6, al menos en la apertura. Lo que habría tenido lógica como título sería «Sacrificio de Dama» ya que el hecho de permitir el secuestro de Marion lleva directamente a la muerte del rey negro, pero no debió ocurrírseles la idea. Por cierto, contraviniendo la leyes del ajedrez, las negras siguen jugando sin rey. Pero claro, su reina era mucha reina.

Además de la trama, hay dos secuencias en el capítulo en las que sale el ajedrez, sin duda con la intención de subrayar la esencia ajedrecística del argumento. Ambas transcurren en una fiesta que que se celebra en el apartamento de Marion —a la que después se identificaría como la dama blanca— y están distribuidas de forma simétrica; una poco después del principio de la acción y la otra hacia el final. 


En la primera, que transcurre antes del inicio de la misión, vemos como un hombre permanece meditando delante de un tablero de ajedrez en el que, después de varios titubeos, realiza una jugada. No tiene rival y después de mover sigue pensando. En ese momento llegan Napoleón Solo e Ilya Kuryakin a la fiesta. Kuryakin se acerca al tablero y hace ademán de jugar una pieza pero el hombre se lo impide de un manotazo y sigue mirando el tablero.


Cumplida la misión, todos regresan al apartamento de Marion, y esta es la segunda escena, donde todo sigue igual a pesar de que habían pasado varios días (eso sí que eran fiestas). Kuryakin vuelve a acercarse al tablero y esta vez realiza una jugada sin la oposición del hombre. Este se muestra sorprendido y después enfadado. Para terminar, barre de un manotazo las piezas del tablero. ¡Qué mal perder!



martes, 10 de septiembre de 2019

EN LAS CALLES DE... COYOACÁN. MÉXICO


Fotografía del mexicano de origen español Pedro Meyer (1935) realizada ayer, 9 de septiembre de 2019, en el zócalo de Coyoacán, una de las dieciséis alcaldías de Ciudad de México. En su página de Facebook, Meyer considera que esta foto, que se inscribe en la mejor tradición de la fotografía documental, demuestra que cierta forma de vida, alejada de la prisa y la consulta obsesiva del teléfono móvil, es aun posible.

Pedro Meyer es un divulgador constante de la fotografía mediante la creación de fundaciones, museos y páginas web.

sábado, 7 de septiembre de 2019

ENRIQUE FLORES


Dibujo de Enrique Flores que ilustraba el artículo de Javier Sampedro «La creatividad y sus demonios». Publicado en el diario El País el 30 de agosto de 2002.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

XUEPING ZHANG


Dibujo de la artista de origen chino pero residente en los EE. UU. Xueping Zhang. Según la propia artista, desde 2014 su producción se centra en obras realizadas con lápiz y tinta sobre papel, en los que retrata la vida cotidiana de mujeres dedicadas al ocio en un entorno natural. 

FICHA TÉCNICA
XUEPING ZHANG
PIECES OF CHESS (PIEZAS DE AJEDREZ), 2017
LÁPIZ Y TINTA SOBRE PAPEL. 27,9 x 35,6 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 2 de septiembre de 2019

EL JUEGO DE AJEDREZ DE EVARISTO VALLE


Como complemento a la entrada de ayer sobre Evaristo Valle, traemos a colación un párrafo de su Autobiografía breve en el que se menciona el ajedrez.
Cuatro años llevo en casa y sin pintar. Desde aquellos últimos días de París, si no hay vértigo, de cuando en cuando mis nervios lo inventan. Un escultor de Castro Urdiales, Zenobio Barrón, que vive en Gijón, por esta época, se me ofrece a acompañarme. Le agradezco y acepto el ofrecimiento. Porque con compañía mis nervios, en la calle, no se alteran y el temor al vértigo desaparece. Paseos por el campo. Miro. Veo. Me exalto. Todo me admira. Con estas visiones lleno mi almacén. Recaídas luego en el café, ajedrez.
Estas impresiones son de 1935, época en la que Valle está pasando por graves dificultades económicas y problemas de salud. Como dijimos, el artista gijonés padeció agorafobia y del párrafo precedente parece deducirse que el ajedrez le ayudaba en sus momentos de crisis. 

Quizá alguna de estas crisis las combatiera jugando con el tablero que mostramos en las fotografías, que Evaristo había heredado de su padre, Evaristo del Valle Álvarez, quien había ejercido diversos cargos públicos en Filipinas donde reunió una colección de arte oriental que hoy se conserva en la Fundación Museo Evaristo Valle

Es un juego de ajedrez chino de mediados del siglo XIX; y de los trebejos expuestos se deduce que Valle debió poseer al menos dos juegos de piezas porque hay cuatro caballos de cada color con una ligera diferencia de tamaño.


FICHA TÉCNICA
TABLERO DE AJEDREZ DE MADERA LACADA
44,7 x 44,7 x 4,4 cm
PIEZAS DE AJEDREZ DE MARFIL TALLADO
7,5 x 2,5 Y 9,5 x 2,7
CHINA. DINASTÍA QING (PRINCIPIOS O MEDIADOS DEL SIGLO XIX
FUNDACIÓN MUSEO EVARISTO VALLE. GIJÓN



domingo, 1 de septiembre de 2019

EVARISTO VALLE EN PARÍS

Una nueva visita a la Fundación Museo Evaristo Valle de Gijón, aprovechando que estábamos jugando el V Open Internacional del Grupo Cultural Covadonga, nos deparó una agradable sorpresa, esta vez relacionada con la vida del pintor.

De Evaristo Valle ya publicamos hace tiempo una nota sobre su obra de 1949 «Los ajedrecistas». Hoy nos vamos a centrar en una olvidada anécdota que hemos recuperado de su autobiografía y que resumimos a continuación.

Estando en París, a principios del siglo XX, recibió Evaristo la visita de un paisano suyo de Gijón al que le había tocado algo de dinero en la lotería y quería gastarlo en el sueño de su vida, que era conocer la capital de Francia. Allí se pegó como una lapa a Evaristo, quien lo paseó por todos los museos y galerías de la ciudad. Remataban las noches en un cafetín de Montmartre donde también se reunía la colonia rusa. Entre ellos, una pareja jugaba incansablemente al ajedrez. Uno era alto y pelirrojo —«roxu» dirían los asturianos—,  el otro calvo y de ojos penetrantes. Una noche el pelirrojo faltó a la cita y el calvo buscó rival. Lo encontró en Evaristo Valle y disputaron tres enconadas partidas que terminaron en tablas.



El amigo se quedó sin dinero, regresó a Gijón y pasó el tiempo. Años después llegaron noticias a España de la revolución rusa y los periódicos empezaron a publicar fotos de los líderes revolucionarios. El amigo reconoció inmediatamente a uno de ellos. Era la persona que había jugado al ajedrez con Evaristo Valle en Montmartre: Lenin. Emocionado, se lanzó a proclamar la buena nueva a los cuatro vientos. No hubo local de Gijón, ya fuera casino, café, sidrería o chigre, donde no contara que Evaristo no solo había jugado al ajedrez en París contra Lenin sino que había entablado las tres partidas. Sin enterarse, Evaristo Valle consiguió una popularidad que ni su obra pictórica ni su obra literaria le habían granjeado hasta la fecha.

A su vuelta a Gijón, ignorante de todo el asunto, la gente asaltó en masa a Evaristo para preguntarle cómo era Lenin, de qué habían hablado, qué opinaba de los soviets, etcétera, etcétera, etcétera. Familiares y amigos, periodistas de todos los medios escritos del principado, y hasta alguno de la capital, y meros curiosos le esperaban a la puerta de su casa. Evaristo, que era melancólico, muy solitario y que en determinados momentos de su vida padeció agorafobia, negó la mayor. No había jugado con Lenin, había jugado con un ruso calvo y de ojos penetrantes que jugaba bien al ajedrez, pero no con Lenin. Pero la gente no le creyó. Pensó que la proverbial modestia de Valle le impedía reconocer el hecho. «Cómo es Evaristo —dijeron— siempre haciéndose de menos». Y siguió durante un tiempo siendo un héroe para sus convecinos.

¿La verdad? ¿Quién lo sabe?


FICHA TÉCNICA
EVARISTO VALLE
RECUERDOS DE LA VIDA DEL PINTOR
TRAMA EDITORIAL. MADRID, 2000

MARÍA JOSÉ ACOSTA
LENIN CONTRA VALLE (2019)
LÁPIZ SOBRE PAPEL. 
COLECCIÓN PARTICULAR