La fotografía de Marcel Duchamp que publicamos en la entrada "Marshall vs. Duchamp" se reprodujo por error invertida. Evidentemente, la casilla a mano derecha de Duchamp no podía ser negra.
Con mis disculpas, la reproduzco ahora tal y como debe ser.
Bajo este título, tomado de la revista que Javier Carpintero editó a mediados de la década de los 90, pretendo comentar las relaciones que el ajedrez ha mantenido y mantiene con la literatura y las artes plásticas.
3 comentarios:
¡ Qué caprichosa es la fama ! Es posible que Duchamp dedicara interminables jornadas a mejorar sus conocimientos de ajedrez, faceta suya bastante desconocida para la posteridad. Y, sin embargo, el hecho de colocar un urinario en un museo lo haya convertido en un icono de la controversia sobre qué es arte y qué no. Así de caprichosa es la fama, querido Duchamp.
Un saludo
Reproduje la partida con un amigo, efectivamente se llega a tablas ;) No sé por qué se me ocurrió pensar que Marshal pudo haber sido condescendiente con el buen Duchamp, jeje.
saludos!
Se trataba de una partida oficial en el más importante torneo por selecciones nacionales, no hay duda de que Duchamp tuvo su día y no por condescendencia de Marshall.
Un cordial saludo, Martín.
Mariano.
Publicar un comentario