martes, 20 de febrero de 2024

EL REY TRISTE. CERRAR LOS OJOS, DE VÍCTOR ERICE

La memoria; el cine. El cine de antes, de moviola, celuloide y salas oscuras y silenciosas, que eran como templos en los que se oficiaba un rito. El cine que era el guardián de los recuerdos. La identidad, tan difícil, a veces. El fracaso, tan presente siempre.

Estos son los ejes en los que se enrosca «Cerrar los ojos», la última película de Víctor Erice.

La primera secuencia nos muestra, cine dentro del cine, un fragmento de una película antigua que quedó inconclusa. En ella, Mr. Levy, interpretado por José María Pou, un viejo y adinerado judío, pide ayuda a un detective, José Coronado, para que busque a su hija, que desapareció con su madre mucho tiempo atrás.

Mr. Levy está sentado al lado de un tablero de ajedrez que tiene como trebejos las famosas piezas de la Isla de Lewis. Interpelado por su visitante, explica el nombre de la casa donde vive, Triste-le-Roy (que por cierto es el nombre de una quinta en el cuento de Jorge Luis Borges La muerte y la brújula; las referencias culturales son frecuentes en la película):

El ajedrez es un espejo del mundo. Toda mi vida he sido un empedernido jugador de ajedrez. Y en el tablero, el rey, no sé muy bien porqué, siempre me ha parecido una pieza triste en relación con las demás. Quizá por eso me gustó tanto cuando lo descubrí. Triste-le-Roy. El rey triste. Es bonito, ¿no?

José María Pou como Mr. Levy. A su derecha, un ajedrez de la Isla de Lewis

José María Pou como Mr. Levy. En la mano, el rey triste

Vueltos al mundo real, Julio Arenas, el actor que interpreta al detective, desapareció inesperadamente en medio del rodaje de la película. Muchos años después se cree que un residente amnésico que vive en un asilo de ancianos pueda ser él. En una pequeña caja metálica de dulce de membrillo guarda sus escasas pertenencias, entre ellas un rey blanco. En este caso, un rey de plástico, Staunton, de un modelo barato.



Es este rey de plástico el que mueve al que fuera el director de la frustrada película, Miguel Garay (interpretado por Manolo Solo) a intentar resolver el misterio de la desaparición.
—¿Sabes de todas estas cosas la que más me ha llamado la atención?

—El escapulario.

—Ese rey.

—¿Mi padre jugaba al ajedrez?

—¿Al ajedrez...? No 

Manolo Solo, como Miguel Garay, con un rey blanco en la mano

Manolo Solo y Ana Torrent (Ana Arenas, hija de Julio) con el rey blanco

La película se cierra con otra vuelta a la película de ficción. De nuevo, el viejo judío, que está esperando el regreso de su hija tantos años ausente, aferra al rey triste.

José María Pou enfrentado al rey blanco de Lewis

Tristes personajes, tristes reyes, triste mundo.

Gran película.

Triste. 

 

 

 

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