viernes, 25 de octubre de 2024

EL CEREBRO DE CAPABLANCA


El 5 de marzo de 1922 el diario Brooklyn Daily Eagle, del que fue editor durante dos años el poeta Walt Whitman (¡Oh, capitán, mi capitán!), publicó en su sección de deportes un curioso artículo, firmado por Ed. Hughes, relacionado con Capablanca, concretamente con el cerebro de Capablanca.

El artículo intentaba contestar a la pregunta de un aficionado sobre si cualquier atleta que poseyera un cerebro con características similares al de Capablanca podría alcanzar la excelencia en su especialidad.

Después de analizar ejemplos de la inteligencia necesaria para jugar al béisbol, al fútbol americano o para  boxear, el articulista concluye que no. Sin despreciar a los atletas, y reconociendo que los mejores en cada especialidad suelen ser los más inteligentes entre sus pares, considera que la agilidad, poseer nervios de acero o la fuerza, unido a una inteligencia promedio, es lo que hace destacar en el deporte.

Por supuesto, en el artículo no se plantea si es la inteligencia la piedra de toque del ajedrez. Para su seguro servidor, que en esto es unamuniano, para jugar al ajedrez se necesita la inteligencia necesaria para jugar al ajedrez, simplemente. En lo demás se puede ser un cateto.

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