domingo, 1 de septiembre de 2024

RAFAEL REIG. EL RÍO DE CENIZAS

El río de cenizas es una novela de Rafael Reig publicada en 2022 de la que entresacamos una cita hace algún tiempo. Un hombre al que un ictus y sus muchos años han llevado a una residencia de ancianos tan privada como lujosa escribe una suerte de confesión dirigida a su hijo en la que pretende ajustar cuentas con su pasado y buscar un sentido a su vida y quizá una postrer redención.

En la residencia mantiene una intensa pugna personal y ajedrecística con otro de los asilados, Nicanor Valverde. Nicanor, Nica, viene descrito de la siguiente forma:

Sobre la mesa tenía un tablero de ajedrez y un libro con el que debía estar estudiando alguna partida. Era de corta estatura, pero disfrutaba de una melena blanca de senador romano o de poeta lírico. (...) El ajedrecista parecía un buhonero, con su pañuelo rojo anudado al cuello, su camisa de lunares, su chaqueta de lana azul y unas zapatillas de felpa con un escudo heráldico.

Aunque se supone que juegan muchas más, en la novela se hace referencia expresa a trece partidas, de las que nuestro protagonista gana 5 y pierde 8. Los jugadores ensayan gran número de aperturas: tres italianas —incluido un Gambito Evans—, cuatro sicilianas —con un gambito Morra en una de ellas—, un Sistema Londres, una Benoni y una Apertura inglesa.

Una de las partidas es descrita con un poco más de detalle, junto con las reflexiones del protagonista:
Elegante pero informal, diríamos: solo le faltaba un bombín. Dejó sobre la mesa el tablero, la caja de los trebejos y el reloj de la almoneda o anticuario, y se acercó a saludarme, magnífico, grave y autorizado. Me felicitó por mi pronta recuperación y manifestó su alegría al verme bueno y sano, y me invitó a jugar. Trasladó mi copa de vino a su mesa y, tras extender con delicados ademanes los faldones de la chaqueta, tomó asiento y sorteamos los colores. De los puños cerrados que me presentó elegí el izquierdo: un  peón negro. Puso en marcha el reloj, veinte minutos para cada uno. Avanzó dos escaques su peón de rey, e4, a lo que respondí con una siciliana, con mi peón de alfil rey* en c5.  Él avanzó dos casillas su peón de dama, d4. Me comí su peón sin titubear. Los gambitos siempre se aceptan, me enseñaba en mi juventud el maestro Cifuentes, y luego ya veremos lo que pasa. El chamarilero hizo un movimiento sorprendente, me ofreció otro peón, el del alfil del flanco de dama, movió c3. Sin pensarlo, me lo comí también, y apreté el botón del reloj. Entonces me di cuenta, era el gambito Morra (o Smith-Morra), y ahora tenía que aguantar el chaparrón. El blanco o buhonero entrega dos peones a cambio de desarrollo y de abrir líneas para un ataque peligroso. Ceder material y ganar posición: la esencia de cualquier sacrificio. El segundo peón no se debe aceptar: te quedas desprotegido, como si el blanco o vendedor ambulante hubiera tirado de un hilo hasta descoser toda mi ropa y dejarme en pelotas o in púribus. Se lanzó sobre mí como un terremoto y en quince jugadas más tuve que rendirme. Nos sobró tiempo a los dos. Escuece, ya lo creo que escuece, porque no se juega contra las piezas del adversario, sino contra su ego. El momento que más disfruto en una partida, decía Bobby Fischer, es cuando por fin consigo destruir su ego. O su alma, o su amor propio, diría yo, que soy tan reacio a Freud como a las espinacas.

*Evidentemente es el peón del alfil de la dama. Es un error de imprenta porque Reig sabe perfectamente lo que es una defensa Siciliana.

El ajedrez sirve en esta novela como aporte costumbrista, ya Alfonso X indicaba en su tratado que el ajedrez era una actividad adecuada para viejos (aunque sus mejores participantes sean cada vez más jóvenes), pero también para demostrar que el ánimo combativo, la lucha, la resiliencia, permanecen con nosotros hasta nuestras postrimerías. Además de, por supuesto, satisfacer el declarado amor por este juego del autor.


FICHA TÉCNICA
RAFAEL REIG
EL RÍO DE CENIZAS
TUSQUETS. BARCELONA, 2022



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