jueves, 1 de abril de 2021

EL REY DE BENGALA


Probablemente escrito para aprovechar el tirón de una noticia que fue portada en la prensa francesa y de la que se hizo eco la de otros muchos países (en España tuvo cierta cobertura mediática), El rey de Bengala cuenta la historia de un niño bangladesí, emigrante sin papeles, que evita in extremis ser deportado de Francia al proclamarse campeón nacional de ajedrez en la categoría de menores de doce años.

Lo primero que encontramos es que la verdadera autora del libro no aparece ni en la cubierta ni en la portada. Ahí solo vemos el nombre del niño, Fahim, y el de su profesor de ajedrez y valedor, Xavier Parmentier. Solo en el prólogo nos enteramos que la autora fue Sophie le Callennec. Una de tantas escritoras (o escritores) por encargo que ven sus nombres olvidados por una praxis editorial muy cuestionable.

La historia de Fahim (2000) se resume brevemente, aprende a jugar a los cinco años de la mano de su padre, que regenta un club de ajedrez en Daca. El niño se interesa por el juego y va progresando poco a poco. En el primer torneo que participa logra, como premio, recibir clases de un Maestro FIDE. A partir de aquí, su progreso es rápido y espectacular. Gana torneo tras torneo y comienza a llamar la atención de la prensa.

Sin que quede claro el porqué, en este punto Fahim y su padre tienen que emigrar. Se insinúan motivos políticos, envidia por los éxitos que se materializan en amenazas de secuestro y varias cosas más. Como sea, el exilio es su elección. Destino Madrid, pasan primero por Budapest y luego por París, donde acaban por instalarse, primero provisionalmente y después definitivamente. Allí tiene la suerte de encontrarse con Xavier Parmentier, un prestigioso monitor de categorías juveniles e infantiles (1963-2016), quien supo intuir el talento de Fahim y se convirtió en su entrenador. Y la mala suerte de encallar con las administraciones públicas francesas. 

El alejamiento de su madre, que ha quedado en Bangladés, los problemas de adaptación a un nuevo país, las dificultades para poder conseguir los papeles que garantizaran su estancia en Francia, las fluctuaciones de su juego al vaivén de esos problemas y la necesidad de ganar para intentar ablandar a las autoridades, componen el grueso de la novela. El cínico comentario de un juez de menores francés citado en el libro resume muy bien la situación: «si nos ofreces la perspectiva de traer una medalla (...) dentro de un mes te llevarás la sorpresa de que tu abuelo era francés». Y así pasa, cuando van a ser expulsados, Fahim consigue ganar el campeonato, la prensa comienza a hacer ruido y las autoridades cambian de opinión. Final feliz

Pero no tanto, en el epílogo vuelve a tener voz la escritora del libro que nos recuerda que las heridas que Fahim y su padre han recibido no se borran simplemente con unos papeles. 

Se echa en falta un mejor tratamiento de lo exclusivamente ajedrecístico, las partidas están contadas desde el punto de vista de un neófito (probablemente debían haberle cedido la palabra en este punto a Xavier Parmentier). Y sobre todo un tratamiento más profundo del problema de la emigración, quizá en la línea del periodismo de investigación, de los niños emigrantes y de la hipocresía de las sociedades receptoras.

FICHA TÉCNICA
FAHIM/XAVIER PARMENTIER
EL REY DE BENGALA
GRIJALBO. BARCELONA, 2016
TRADUCCIÓN DE MARÍA PONS IRAZAZÁBAL

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