Gustaf Lundberg (1685-1796) fue un retratista sueco de estilo rococó y el autor de este cuadro.
El retratado es Adolf Ludvig Gustav Fredrik Albert Badin, llamado Couchi en su país natal. Capturado como esclavo de niño, fue regalado a la reina de Suecia Luisa Ulrika de Prusia y a su hija, la princesa Sofía Albertina. La reina, que estaba muy interesada en las ciencias y había leído a Rousseau y a Linneo, decidió efectuar un experimento y educar al niño. Se crió en la cercanía de la familia real y llegado a la edad adulta desempeñó diversos trabajos para la corte. Maestro de ballet, chambelán, secretario, asesor. Supongo que el experimento se consideraría un éxito. O no, ¿quién sabe?
Se le recuerda como hombre inteligente, reunió una notable biblioteca y escribió unos diarios en los que muestra su lealtad a la familia real. A la muerte de la reina se retiró al campo para administrar unas granjas que esta le había dejado en herencia.
Como puede verse en el cuadro de Lundberg, la educación que recibió en la corte sueca incluyó el ajedrez.
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