jueves, 12 de diciembre de 2019

PEREDUR Y EL TABLERO DE GWYDDBWYLL MÁGICO



Peredur es un personaje de la literatura del País de Gales cuya historia se cuenta en dos manuscritos de los siglos XIV y XV, aunque recogen historias del siglo XII y aún más antiguas. Peredur es la versión galesa del Percival de la corte del rey Arturo y los especialistas discuten si fue Chrétien de Troyes quien influyó en los relatos galeses, los galeses en Chrétien o ambos se inspiraron en una fuente anterior.

En el siglo XIX, Lady Charlotte Guest tradujo al inglés ambos manuscritos bajo el nombre común de The Mabinogion. El resultado es un conjunto de relatos típicos de la llamada materia de Bretaña: aventuras caballerescas en torno a la corte del rey Arturo, que no está localizada en Camelot sino Kaer Llion. En estas aventuras, esforzados caballeros llamados Lleu Llaw Gyffes, Echel Vorddwyt-Twll o Peredur, nuestro héroe de hoy, se ponen al servicio de desventuradas doncellas, que atienden a nombres tan irresistibles como Gwaethav Oll, Goleuddydd o Agharat Law Eurawc, cuyas hazañas son cantadas por poetas como Gwydyon, «el mejor narrador de cuentos del mundo». Los héroes sirven a personajes llamados el Rey de los Sufrimientos, la Señora de las Proezas o la Dama de la Fuente y todo transcurre en un ambiente mágico y maravilloso.

La ilustración que abre esta nota, realizada por el estadounidense Alfred Fredericks (1835-1926) para una edición adaptada para niños por Sidney Lanier (The boy's Mabinogion, Charles Scribner's Sons, Nueva York,  1881) pertenece precisamente al cuento Peredur, hijo de Eurawc en el que el protagonista encuentra un tablero de ajedrez mágico en el conocido como Castillo de las Maravillas, el cual se encuentra rodeado por un lago.

Traduzco libremente de The Project Gutenberg eBookThe Mabinogion Vol. 1 (of 3), Edited by Owen M. Edwards, Translated by Charlotte Guest.
Y Peredur se dirigió al castillo. Y la puerta estaba abierta. Y cuando llegó a la sala, la puerta también estaba abierta y entró. Y encontró un tablero de ajedrez en la sala en el que las piezas jugaban por sí solas. Y las piezas que estaban de su lado perdieron y las demás gritaron como si fueran hombres vivos. Y Peredur se enfureció. Y cogiendo las piezas en su regazo, arrojó el tablero al lago. Y cuando hubo hecho esto, entró una doncella negra y le habló así:
—Que los dones del cielo no sean contigo ya que prefieres el mal al bien. 
—¿Qué queja tienes contra mí, doncella? —dijo Peredur.
—Que has ocasionado a la emperatriz la pérdida de su tablero de ajedrez, al que no habría renunciado ni por todo su imperio.
 ¿Qué puedo hacer? —contestó Peredur.
—Puedes recuperarlo marchando al castillo de Ysbidinongyl donde hay un hombre negro que asuela los dominios de la emperatriz. Y si lo matas, recuperarás el tablero de ajedrez. Pero si vas allí, no regresarás con vida.
—¿Me guiarás hasta el castillo? —dijo Peredur.
—Te mostraré el camino. —respondió ella.
Así que fue al castillo de Ysbidinongyl y luchó contra el hombre negro. Y el hombre negro pidió misericordia a Peredur.
—Te concedo misericordia —dijo Peredur— a condición de que el tablero de ajedrez sea devuelto al lugar donde estaba cuando entré en la sala.
Entonces la doncella se acercó a él y le dijo:
—La maldición del cielo acompañe tus pasos, pues has dejado vivo a ese monstruo que destruye todas las posesiones de la emperatriz. 
—Le concedí su vida —dijo Peredur— para que hiciera que el tablero de ajedrez volviera a su lugar.
—El tablero de ajedrez no está donde lo encontraste. Vuelve, pues, y mátalo. —contestó ella.
Así que Peredur regresó y mató al hombre negro. 
Aunque las traducciones al inglés hablan de ajedrez (chess) se supone que a lo que jugaban en la época era al «gwyddbwyll», un antiguo juego de tablero de origen celta que algunos piensan que puede ser un precedente del ajedrez moderno. En los Mabinogion hay al menos tres cuentos en los que el gwyddbwyll tiene importancia. El de Peredur solo es el primero, dejamos los otros dos para otra ocasión.


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