viernes, 11 de agosto de 2017

NICOLAS ROSSOLIMO

Nicolas Rossolimo es un personaje de novela. Nacido en Kiev, Ucrania, cuando esta pertenecía al Imperio Ruso, con posterioridad se nacionalizaría griego, francés y, por último, estadounidense, nacionalidad que mantendría hasta su muerte.

Aunque hoy en día es recordado por la variante de la defensa Siciliana que lleva su nombre (1. e4 c5 2. Cf3 Cc6 o d6 3. Ab5), Rossolimo fue campeón de París 7 veces, una vez también de Francia (1948) y campeón del U.S. Open en 1955. Participó también en 5 Olimpiadas de Ajedrez, dos defendiendo a Francia y tres a los Estados Unidos de América. Fue un táctico temible y obtuvo numerosos premios a la mejor partida en los torneos que disputaba. En su necrológica, aparecida en The Village Voice el 25 de agosto de 1975, Jerry Kantor hace seguidor a Rossolimo de una suerte de «ética de la belleza», poco en consonancia con los tiempos que corrían (que corren), que le llevaba a buscar la victoria, sí, pero no de cualquier manera sino de la forma más hermosa posible. Con todas las salvedades que nos suscitan las citas que no están debidamente acreditadas (y esta no hemos logrado hacerlo) se dice que Rossolimo afirmó: «¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Abandonar mi estilo romántico y convertirme en un cazador de puntos a cualquier precio? No, nunca haré eso. Lucharé por el ajedrez entendido como arte. No me convertiré en un monstruo». Esta actitud no jugó precisamente a favor de su economía.

Sus comienzos en los Estados Unidos fueron muy difíciles, ya en Europa tuvo que trabajar de estibador, y tuvo que emplearse de pinche de cocina, en una lavandería, de taxista, y de concertista de acordeón para completar sus ingresos principales, que venían de su academia de ajedrez, situada en el 191 de la calle Sullivan y trasladada el mismo año de su muerte al 271 de la calle Thompson. Por estos difíciles comienzos, Rossolimo explicaba que cuando un rival le apretaba, se mentalizaba diciéndose: «¡Este tipo quiere que vuelvas a los muelles». El Rossolimo's Chess Studio era un local multifunción donde se servía comida y bebida pero también se podían comprar libros y juegos de ajedrez y jugar partidas por una cuota mensual. El propio Rossolimo solía dar clases y ofrecía exhibiciones de simultáneas a los socios provisto de una silla especial a la que había añadido unas ruedas. 


El Club de Ajedrez de Rossolimo pronto tuvo un montón de fieles parroquianos entre los que cabe destacar a un joven Bobby Fischer. Allí Fischer aprendió ruso, con Rossolimo y la esposa de este, y aprendió también ajedrez. El Maestro Internacional mexicano Raúl Ocampo mantiene en una entrada de su blog, Chess Coach, que Rossolimo fue lo más parecido que Fischer tuvo a un maestro. El propio Fischer, poco dado a reconocer mérito alguno a nadie, lo admitía a regañadientes. También cabe destacar entre los socios a Marcel Duchamp, quien repartía su tiempo ente el Studio de Rossolimo y el Mannhattan Chess Club.

Rossolimo nunca pudo jugar al ajedrez de forma profesional. Era imposible en los Estados Unidos poder mantenerse jugando al ajedrez exclusivamente (solo Fischer y Reshevsky lo lograron en su época) pese a estar entre los quince mejores jugadores del mundo. Así que siempre tuvo que trabajar en otras cosas, lo que sin duda hizo que su fuerza ajedrecística se resintiera. Esta triste situación le hizo exclamar con amargura: «Los Estados Unidos son el mejor país del mundo para cualquiera, excepto para los jugadores de ajedrez».

Rossolimo murió en 1975 al caerse por unas escaleras en el edificio donde vivía. Solo dos semanas antes, había terminado tercero en el Open de Nueva York ¡a los 65 años! 

El motivo por el que Nicolás Rossolimo entra en ARTEDREZ es que entre sus múltiples oficios desempeñó el de cantante folk, llegando a editar un disco de canciones rusas (Kismet. Hi-Fi Recordings, s/f) en la década de los sesenta. El disco tiene el valor añadido de que el diseño de la funda del LP es obra de Marcel Duchamp quien, como dijimos, era socio del Studio de Rossolimo. Para la portada, Duchamp eligió una fotografía del intérprete en blanco y negro y tanto el nombre del artista como el título del álbum se sitúan sobre un escaqueado. En la contraportada, además de una glosa de la figura de Rossolimo, dispuso uno de sus rotorrelieves de 1935, concretamente el llamado Cerceaux (aros). La gracia consiste en que los rotorrelieves, que eran discos serigrafiados sobre cartón, estaban pensados para verse en un tocadiscos a 33 rpm. El dibujo en movimiento crea un efecto de profundidad sobre una superficie de dos dimensiones, que era parte de la intención de Duchamp. 

La traducción del texto es la siguiente:

NICOLAS ROSSOLIMO
ha sido proclamado
Gran Maestro Internacional
de Ajedrez en el Mundo
por la Federación Internacional
de Ajedrez.

Es un antiguo
Campeón de Francia
y vencedor en 1955
del Campeonato Abierto
de los Estados Unidos y
miembro del equipo
olímpico norteamericano
de los años 1958-1960

En la actualidad,
pueden encontrarlo
en su estudio de ajedrez
y música único
de Greenwich Village,
en el 191 de la calle Sullivan,
donde reina como autoridad
final en todos las partidas de ajedrez,
deleitando y sorprendiendo
a los socios con un extra
de auténticas canciones rusas.

JACQUES PRESS
Un reputado compositor
toca el piano

MARCEL DUCHAMP
Diseñó este
sorprendente disco.





COLOFÓN
La primera frase de esta nota afirma que «Rossolimo es un personaje de novela». Y esto es más que una figura retórica. En 2005, el periodista norteamericano Chris Hedges publicó Losing Moses on the Freeway: The 10 Commandments in America (Perdiendo a Moisés en la autopista: los diez mandamientos en América; Free Press, New York, 2005). En este libro, al hablar de la envidia se cuenta una historia de Nicolas Rossolimo. Rossolimo, al final de sus días tuvo un desencuentro con un antiguo empleado de su Studio, al que dejaba encargado del negocio cuando se iba a jugar torneos por el mundo. El empleado, de nombre Frohlinde, abrió como venganza otro club de ajedrez delante del Studio de Rossolimo. Sin embargo, la muerte del maestro acabó con la disputa. Lo remarcable del asunto es que la historia se repitió. Un empleado descontento de Frohlinde abrió a su vez un negocio de ajedrez, en el mismo local donde estuvo el estudio de Rossolimo. Y así andan todavía, en guerra, quitándose los clientes, manteniendo feroces guerras de precios, cruzando acusaciones y querellas y arruinándose mutuamente la vida.

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