Mi dulce dueño, ¡hacéis trampas!
De nuevo Ferdinand y Miranda juegan su partida eterna del acto V de "La tempestad" de William Shakespeare. Esta vez de la mano de Edmund Dulac que en 1908 ilustró la edición publicada por Hodder & Stought.
Bajo este título, tomado de la revista que Javier Carpintero editó a mediados de la década de los 90, pretendo comentar las relaciones que el ajedrez ha mantenido y mantiene con la literatura y las artes plásticas.
Mi dulce dueño, ¡hacéis trampas!
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