viernes, 4 de marzo de 2011

STRÖBECK, LA CIUDAD DEL AJEDREZ


Este escudo es el de la ciudad alemana de Ströbeck y sí, la historia de esta ciudad está tan unida con el ajedrez como para merecerlo.

La relación de esta ciudad con el ajedrez se debe a Gunzelin de Kuckenburg, Margrave de Meissen. Gunzelin fue capturado en 1009 por las tropas del obispo de Halberstadt y puesto en prisión en la torre de Ströbeck donde padeció ocho años de cautiverio. Hasta aquí, los hechos más o menos históricos. A partir de ahora, los más o menos legendarios.

Gunzelin se aburría en su cautiverio como solo los moluscos vivalvos que se alimentan de fitoplancton y viven enterrados en la arena pueden hacerlo. Para intentar paliar su aburrimiento decidió jugar al ajedrez. Talló un tablero con sus correspondientes trebejos y enseñó a jugar a sus guardianes. Esto era absolutamente necesario ya que en la época en la que transcurre la historia, principios del siglo XI, era imposible encontrar gente que supiera jugar al ajedrez fuera de los estamentos nobiliario y clerical. El hecho es que el juego fascinó a los carceleros que lo enseñaron a su vez a sus familias y a sus vecinos extendiéndose en poco tiempo por todo el término municipal de Ströbeck.

Al recobrar la libertad, y sus privilegios feudales, Gunzelin, en agradecimiento al buen trato que le habían dispensado los habitantes de Ströbeck, les otorgó la exención de impuestos siempre que en la ciudad se transmitiera de generación en generación el aprendizaje del juego del ajedrez.

Así empezó una tradición que dejó una profunda huella en las costumbres, folklore y cotidianidad de los habitantes del pueblo.


En su libro de 1616, Das Schach oder Königsspiel (El ajedrez o el juego de los reyes), Gustavo Selenio menciona Ströbeck en relación a la modalidad de ajedrez conocida como Courier game del que ya hemos hecho mención en varias entradas de este blog.

Hemos de suponer que los habitantes de Ströbeck permanecieron fieles a las recomendaciones de Gunzelin porque en en 1651 el Gran Elector Federico Guillermo de Brandemburgo regaló a los habitantes del pueblo un tablero dotado de trebejos de plata. Los trebejos terminaron desapareciendo pero el tablero aún se conserva en el museo dedicado al ajedrez que existe en el pueblo.

Una de las costumbres que se estableció era invitar a todos los forasteros que llegaban al pueblo a jugar una partida de ajedrez contra el alcalde del pueblo. A esta tradición no escaparon ni los reyes. En 1773, Federico II jugó, y perdió, cuando pernoctó en Ströbeck en un viaje por la región.

En el siglo XVII, los mozos que querían pasar por el altar tenían que "ganar" a su novia jugando al ajedrez contra el alcalde de la localidad. En caso de perder tenían que pagar un impuesto especial a las arcas municipales.

En 1823, la relación del ajedrez con Ströbeck recibió el espaldarazo definitivo al introducirse el ajedrez como materia obligatoria dentro de los planes de estudio, un caso único en aquellas fechas. El resultado a corto plazo fue que Ströbeck sea la única localidad del mundo donde todos sus habitantes saben jugar al ajedrez.

Ajedrez en la escuela
Los estudiantes compiten anualmente por ganar un tablero de ajedrez, que solo se entrega a los tres primeros de cada categoría, y que es considerado un honor por lo que ocupa un lugar preferente en el domicilio de los ganadores. Los nombres de los ganadores se graban, desde 1823, en una placa conmemorativa.

Sin embargo, en 2004, la escuela secundaria de Ströbeck tuvo que cerrar, entre las protestas de los vecinos, por no llegar al mínimo de alumnos requeridos por las leyes federales alemanas. La tradición de enseñanza de ajedrez se mantiene aún en la escuela primaria.

Niños camino de la escuela llevando cada uno su propio tablero
Desde 1926 es costumbre que grandes maestros de fama mundial disputen exhibiciones de simultáneas en el pueblo. Entre la lista de maestros figuran Berthold Lasker, Bogoljubow, Suetin, Tal, Ulhmann, Hort...

Aprovechando estas circunstancias, mitad reales, mitad legendarias (no hay noticias contrastadas hasta el siglo XVI), la ciudad de Ströbeck ha hecho del ajedrez uno de sus reclamos turísticos más importantes.

Plaza del ajedrez. Tienda de ajedrez. Museo del ajedrez

Fotografía de Dagobert Kohlmeyer

En 1991, se inauguró el único museo público que hay en Alemania dedicado al ajedrez para guardar memoria de la historia de la ciudad y de los acontecimientos vinculados al juego que conformaron su identidad.

A finales de mayo se celebra un gran festival de ajedrez que cuenta como atractivos fundamentales un torneo que reune a un gran número de participantes y una representación de ajedrez viviente que se viene representando anualmente desde 1688.

Ajedrez viviente en la plaza de Ströbeck hace algunos años

Ajedrez viviente en la plaza de Ströbeck en la actualidad

Fotografía de Dagobert Kohlmeyer
Más datos sobre la ciudad del ajedrez pueden encontrarse en Sarah Chess' Journal y en la página oficial del Museo del ajedrez de Ströbeck.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mariano,
"No hay nada nuevo bajo el sol"; esta frase del Antiguo Testamento es muy apropiada para gran cantidad de datos históricos en el ajedrez. Toda la Historia del Ajedrez Viviente de Ströbeck es conocida desde hace mucho tiempo e incluso aquí tenemos otro ejemplo con el de Xàvia que en breve se celebrará.
Sin embargo, una vez más, como el escrito que te comenté sobre la pieza de ajedrez del Pirineo catalán, también en nuestro pueblo pirenaico disfrutamos desde hace diez años de la representación de una obra de Ajedrez Viviente cada mes de Agosto, precisamente siendo su protagonista el Conde y su castillo ( Mataplana ) donde se descubrió la pieza comentada.
Por supuesto, dispongo de gran cantidad material fotográfico y el desarrollo escrito de todas las Ediciones. Quizás el artículo mas importante para un conocimiento del mismo sea un resumen que para Chessbase escribí hace dos años, más exactamente en la dirección http://www.chessbase.com/espanola/newsdetail2.asp?id=7439. Como curiosidad puedes leerlo y tendrás una idea global del mismo.
Ya se que esta pequeña aportación apenas merece atención, pero como simple aficionado te tengo por interés de dar a conocer algún hecho anecdótico mas que confronta el espíritu artístico de nuestro juego.
Sigo en la búsqueda del libro de Francesc Vicent (!), pero por aquí arriba en el Pirineo no aparece. Me parece que será más fácil encontrar el santo Grial de los cátaros antes ... (!)
Recibe un abrazo,
Alejandro Melchor
La Pobla de Lillet, Barcelona