Un día, un niño de 10 años es castigado a permanecer encerrado en una habitación. En la habitación solo hay un tablero de ajedrez y un espejo apoyados en la repisa de la chimenea. Aburrido como solo puede aburrirse un niño de 10 años, intenta ver su imagen reflejada en el espejo pero es demasiado bajito y no logra ver nada más que el reflejo de las piezas. Sin embargo, le parece ver que las piezas reflejadas se mueven...
Así comienza "El tablero ante el espejo", una obra de literatura infantil de Massimo Bontempelli. Sí, de literatura infantil, que hasta los más encallecidos vanguardistas tienen su corazoncito. Ajedrez y espejos remitirán directamente al lector a Lewis Carroll y, efectivamente, aquí se cuenta una historia que transcurre al otro lado del espejo y en el que las piezas de ajedrez juegan un papel importante. Algún día tendré que traer a Alicia al blog...
La primera edición estaba ilustrada por Sergio Tofano, quien firmaba sus obras como Sto, un polifacético artista italiano que lo mismo realizaba películas que escribía libros, o los ilustraba, o actuaba en escena o dirigía representaciones teatrales.
Ilustración de Sto para la 1ª edición
Así comienza "El tablero ante el espejo", una obra de literatura infantil de Massimo Bontempelli. Sí, de literatura infantil, que hasta los más encallecidos vanguardistas tienen su corazoncito. Ajedrez y espejos remitirán directamente al lector a Lewis Carroll y, efectivamente, aquí se cuenta una historia que transcurre al otro lado del espejo y en el que las piezas de ajedrez juegan un papel importante. Algún día tendré que traer a Alicia al blog...
La primera edición estaba ilustrada por Sergio Tofano, quien firmaba sus obras como Sto, un polifacético artista italiano que lo mismo realizaba películas que escribía libros, o los ilustraba, o actuaba en escena o dirigía representaciones teatrales.
Ilustración de Sto para la 1ª edición
La edición castellana que he manejado para esta entrada está ilustrada, en un estilo totalmente distinto pero no por ello menos hermoso, por Javier Aguilar.
Ilustración de Javier Aguilar para la edición de Siruela
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