Al hilo de la entrada de ayer sobre la novela de David Uclés La península de las casas vacías, en la que se menciona de pasada al general Emilio Mola (1887-1937)...
En la novela se dice que el general Franco era posiblemente el mejor estratega, el que mejor sabía mover «a amigos y enemigos como piezas de ajedrez». Aunque, según lo que vamos a contar, ese galardón debía corresponderle, por méritos propios, al general Mola.
En 1932, con motivo de la Sanjurjada, el intento de golpe de estado del 10 de agosto de 1932 contra la Segunda República Española, liderado desde Sevilla por el general José Sanjurjo, el general Mola fue pasado a la reserva.
Este hecho causó un descalabro económico a Mola que se entregó a las más variadas y pintorescas ocupaciones para sobrevivir: escribir sus memorias, fabricar juguetes o publicar un tratado de ajedrez. En 1934 fue amnistiado y tardó menos de dos años en ponerse al frente del pronunciamiento que llevaría a la guerra civil.
En 1935, la editorial Ediciones Ibéricas publicaba, bajo el seudónimo de W. Hooper Koeltz, su Manual práctico de ajedrez. En el prólogo, Mola se reconoce deudor de Philidor, Lasker, Morphy y Paluzíe en cuanto a las ideas que desarrolla en el libro, realmente las copió sin ningún disimulo. Además, insiste en que es un manual dirigido a los no iniciados en el juego.
El libro tuvo cierto éxito. Hay ediciones en 1939, 1940, 1944 y varias más sin fecha.
José A. Garzón, Josep Alió y Miquel Artigas, en su monumental NEBEA (Nuevo ensayo de bibliografía española de ajedrez, 1923-1938. ROM editores. Valencia, 2012) citan una publicación de Ino Bernard Mola, mártir de España (Prieto. Granada, 1938) en la que el propio general reconoce que, pese a no haber jugado nunca al ajedrez, se empolló unos textos en veinte días y escribió un tratado —el que estamos comentando— por el que le pagaron 500 pesetas (3,01 €).
La primera parte del libro explica los movimientos de las piezas, da unas breves notas sobre aperturas y muestra los mates simples. La segunda presenta una serie de partidas comentadas, con especial atención a las celadas de apertura, y una selección de dieciocho problemas.
Entre los problemas, dos de ellos están atribuidos a Hooper, por lo que suponemos que son de autoría del propio Mola. Son problemas sencillos, que más parecen ilustraciones sobre temas tácticos que problemas propiamente dichos.
He aquí uno de ellos.
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