—¿Qué hace la gente con su tiempo en un sitio como este?
La respuesta del ingeniero de la nave nos dice que hay un ajedrecista a bordo.
—Libros —dijo Hoskins medio ausente. —Ajedrez. Conversar.
Inesperadamente, un mensaje llega desde el planeta saludando a los hombres de la Tierra. Dado que toda la expedición es secreta y su recorrido por el cosmos se consideraba indetectable, la consternación cunde entre la tripulación. De alguna manera, los habitantes del planeta han descubierto quiénes son y de dónde vienen los visitantes. Poco a poco, sin que los alienígenas hagan ningún movimiento inequívocamente agresivo, los expedicionarios terrestres van experimentando incapacitantes episodios de pánico. Parece como si los nativos del planeta sondearan sus mentes y dieran con sus miedos más profundos. Son los humanos los que se hacen daño a sí mismos con sus acciones precipitadas o sus temores. Los alienígenas han encontrado su punto de ruptura.
—¿En que estás pensando?
El ingeniero lo miró, se encogió de hombros y dijo suavemente.
—Ajedrez.
—En qué específicamente.
—Oh, algo muy general. La reciprocidad del juego. Es lo que lo convierte en la magnífica actividad que es. Muchas empresas humanas pueden acosar a un hombre, golpearlo con un desastre tras otro, sin fin. Pero no en el ajedrez. No importa quién sea tu oponente, cada vez que hace una jugada tú puedes responder.
El capitán llega a la conclusión de que los alienígenas están jugando una suerte de partida con ellos. A cada acción de los terrestres, ellos contestan con otra y esperan un nueva reacción.
El ingeniero Hoskins, el ajedrecista, monta el tablero y parece ponerse a jugar contra un enemigo invisible. Poco a poco, toda la tripulación va cayendo bajo el hechizo de los naturales del planeta. Solo Hoskins, que sigue jugando al ajedrez, al final del relato descubrimos que contra los alienígenas, salva su cordura al centrar su mente en el mundo reglado e inalterable del ajedrez, lo que le permite mantener sus miedos a raya.
—El ajedrez es el ajedrez (...) puede simbolizar cualquier conflicto, pero es ajedrez y siempre seguirá siendo ajedrez.
Interesante obra toca el tema de las dificultades de entenderse con una inteligencia extraterrestre y que anticipa algunas de las ideas presentes en la aclamada novela de Stanislav Lem Solaris.
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