En 1978, el fotógrafo germano suizo Gunter Sachs invitó al gran Elliot Erwitt a pasar unos días en su residencia de Saint Tropez. Allí, el norteamericano tomó unas cuantas fotografías de su amigo jugando una partida en un ajedrez gigante con una chica no identificada.
Para Erwitt, la foto de Sachs y su anónima amiga es un resumen del relajado modo de vida que los muy ricos y famosos podían, y pueden, regalarse en Saint Tropez (y en cualquier otro sitio, añadiría yo). Recordemos a este respecto que Sachs era multimillonario de nacimiento. Al fotógrafo le gustó el contraste entre los trebejos y los jugadores, su actitud despreocupada y su integración en el entorno.
En 2013, incluyó la segunda de las imágenes que mostramos en su libro "Kolor" (Editorial teNeues; Kempen, 2013) en el que reúne una amplia selección de sus trabajos en color realizados entre los años cincuenta y noventa del pasado siglo.
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