ROBERTO ARLT
El comisario Romayo, me enseñó una vez el cuaderno de un ladrón, en cuya casa acababa de hacer un allanamiento. Este ladrón, que trabajaba de carrero, era un ajedrecista excelente. Tenía anotados nombres de maestros y soluciones de problemas ajedrecísticos resueltos por él. Este asaltante hablaba de Bogoljuboff y Alekhine con las misma familiaridad que un "burrero" habla de pedigrees, aprontes y performances.
FICHA TÉCNICA
ROBERTO ARLTCONVERSACIONES DE LADRONES en AGUAFUERTES PORTEÑAS
LOSADA. BUENOS AIRES, 1958
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