¿Quien á quien jaque mate logrará dar;
el paisano, la dama ó el militar?
Tarjeta postal editada en Ginebra por Emile Clément y Marius Tournier a comienzos del siglo XX. En la tarjeta no consta quién fue el dibujante ni el grabador.
Fue enviada desde Cartagena a Madrid por un tal Fernando a su hija María en abril de 1902. En algunos sitios de internet se identifica al paisano con Napoleón aunque nada en el aspecto de aquel recuerde la iconografía típica con la que se suele representar al emperador galo o a su sobrino, Napoleón III.
El pareado, escrito por una mano diferente que la de la dedicatoria, parece apuntar con más tino. Creo que no cabe duda de que es una de las muchas escenas de género en las que se representaba la visita del pretendiente a la casa de la novia. Y era un tópico extendido que mediante una partida de ajedrez, bien entre los novios, bien entre el pretendiente y el padre de la novia, se sellara de manera simbólica la llegada a buen puerto de la relación. La partida siempre termina con la derrota del pretendiente, como si de algún modo esa derrota en el tablero simbolizara el lazo conyugal subsiguiente.
La pregunta formulada en el pareado, si nos atenemos a la mirada que la dama le lanza al paisano y al gesto apesadumbrado de este que parece abocado a la derrota ante el militar, tiene pues una respuesta inequívoca: ¡Jaque mate, paisano!
La tarjeta fue un regalo del MN Eduardo Serrano. ¡Qué Caissa se lo premie con unos buenos puntos ELO!
Fue enviada desde Cartagena a Madrid por un tal Fernando a su hija María en abril de 1902. En algunos sitios de internet se identifica al paisano con Napoleón aunque nada en el aspecto de aquel recuerde la iconografía típica con la que se suele representar al emperador galo o a su sobrino, Napoleón III.
El pareado, escrito por una mano diferente que la de la dedicatoria, parece apuntar con más tino. Creo que no cabe duda de que es una de las muchas escenas de género en las que se representaba la visita del pretendiente a la casa de la novia. Y era un tópico extendido que mediante una partida de ajedrez, bien entre los novios, bien entre el pretendiente y el padre de la novia, se sellara de manera simbólica la llegada a buen puerto de la relación. La partida siempre termina con la derrota del pretendiente, como si de algún modo esa derrota en el tablero simbolizara el lazo conyugal subsiguiente.
La pregunta formulada en el pareado, si nos atenemos a la mirada que la dama le lanza al paisano y al gesto apesadumbrado de este que parece abocado a la derrota ante el militar, tiene pues una respuesta inequívoca: ¡Jaque mate, paisano!
La tarjeta fue un regalo del MN Eduardo Serrano. ¡Qué Caissa se lo premie con unos buenos puntos ELO!
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