Sobre el tablero sólo quedaban los dos reyes y tres peones.
—Me parece que eso es tablas —comenté.
—Creo que no, seño. Están en zugzwang, lo hemos dado en el cole, es una posición que, al que le toque mover, pierde.
—Y ¿quién mueve?
—Ni idea, seño.
Así ha sido mi vida: zugzwang.
GUAPA DE CARA
LENGUA DE TRAPO. MADRID, 2004
FOTOGRAFÍA: MIGUEL TOMÁS-VALIENTE
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