En La variante del unicornio, del norteamericano Roger Zelazny, se cuenta el enfrentamiento entre un hombre y un unicornio con el destino de la humanidad en juego. El relato está incluido en el volumen Unicorns Variations (una antología que reúne diversos relatos y ensayo) publicada por Timescape Books en 1983.
La gestación del relato tiene su gracia. A Zelazny le habían propuesto participar en dos antologías de cuentos cortos; una requería relatos ambientados en un bar y la otra relatos protagonizados por un unicornio. El escritor le comentó el hecho a un amigo que estaba al tanto de que se estaba preparando una tercera antología, centrada esta en el ajedrez. El amigo lo tuvo claro, sugirió a Zelazny que escribiera un relato protagonizado por un unicornio, ambientado en un bar y en el que se disputase una partida de ajedrez. Así podría vender el relato tres veces. Roger lo hizo y el resultado tuvo tanto éxito que le llevó a ganar un Premio Hugo en 1982.
La gestación del relato tiene su gracia. A Zelazny le habían propuesto participar en dos antologías de cuentos cortos; una requería relatos ambientados en un bar y la otra relatos protagonizados por un unicornio. El escritor le comentó el hecho a un amigo que estaba al tanto de que se estaba preparando una tercera antología, centrada esta en el ajedrez. El amigo lo tuvo claro, sugirió a Zelazny que escribiera un relato protagonizado por un unicornio, ambientado en un bar y en el que se disputase una partida de ajedrez. Así podría vender el relato tres veces. Roger lo hizo y el resultado tuvo tanto éxito que le llevó a ganar un Premio Hugo en 1982.
Cubierta de James Warhola para la edición de 1987 de Unicorn Variations de Avon Books |
El unicornio, Tlingel, no es ese animal de albor inmaculado cuyo genio altivo solo se atemperaba en presencia de una virgen, y por el que el hombre del Medievo padeció gran número de penalidades, ya que no cejó en el vano empeño de capturarlo para poder preparar, con su cuerno helicoidal, un unto al que, entre otras muchas, se le atribuían propiedades confortativas del miembro natural. Al contrario, Tlingel es negro y su objetivo es destruir el mundo, como si los seres humanos no nos diésemos buena maña para ello nosotros solitos.
Martin, su oponente, es un antiguo jugador profesional de ajedrez al que su incapacidad para soportar la presión había impedido medrar adecuadamente en los ciclos de candidatos al título mundial, lo que le había hecho de él un ser solitario y con querencia al frasco.
El azar reúne a ambos contendientes y cuando Martin descubre que Tlingel es un apasionado ajedrecista intenta frustrar sus planes retándole a una partida de ajedrez con la salvación del mundo como apuesta. Si la presión de una partida oficial había sido casi insoportable para Martin, ahora, con la vida de millones en juego, era algo difícil solo de imaginar. Pero, como siempre hay un buen dios que ayuda a los borrachines, un inesperado acontecimiento vendrá en su ayuda…
Ilustración para la cubierta de Unicorns Variations en una edición de 1985 de la editorial Sphere Science Fiction a cargo de Peter Goodfellow |
La partida entre Martin y Tlingel, gracias a la cual está Ud. vivo, lector, no lo olvide, es la siguiente:
MARTIN - TLINGEL
C67. APERTURA RUY LÓPEZ. DEFENSA BERLINESA.
VARIANTE RÍO DE JANEIRO.
En alguna parte del desierto de Nuevo México, s/f
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Cf6 4.0-0 Cxe4 5.d4 Cd6 6.dxe5 Cxb5 7.a4 d6 8.e6 fxe6 9.axb5 Ce7 10.Cc3 Cg6 11.Cg5 Ae7 12.Dh5 Axg5 13.Axg5 Dd7 14.b6 cxb6
15.Cd5 exd5 16.Tfe1+ Rf8 17.Ta3 Ce5 18.Txe5 dxe5 19.Tf3+ Rg8 20.Ah6 De7 21.Axg7 Rxg7 22.Tg3+ Rf8 23.Tf3+ Rg7 24.Tg3+ 1/2-1/2
Y el mundo se salvó por triple repetición de posición.
En realidad, la partida fue disputada en Munich en 1900 entre Alexander Halprin, un jugador austriaco de segunda fila, y el gran Harry Nelson Pillsbury. Para terminar, una curiosidad: en las bases de datos aparece recogida una partida, idéntica solo que disputada 100 años después de la original, entre un tal Noble y otro tal Becker en un campeonato sub 16 de Hesse. No será la última vez que dos amigos pactan tablas de antemano pero deciden divertir un poco a la concurrencia aprovechándose del talento ajeno. De paso, y quizá sin saberlo, rindieron homenaje en su centenario a la partida que salvó al mundo.
Sobrecubierta de la 1ª edición. Timescape Books, 1983. |
1 comentario:
La verdad es un buen relato y con ayuda del Yeti y demas seres el protagonista le pudo ganar a Tlingel gracias por poner la partida que nos salvo a todos aunque la mayoria no lo sepa. Saludos
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